martes, 28 de junio de 2016

Historia de la alimentación ecológica


“La historia de la alimentación ecológica consiste más en un renacimiento que una revolución, ya que hasta la década de 1920 toda la agricultura en general era orgánica, aunque en realidad lo ecológico va más allá de la ausencia de fertilizantes y pesticidas modernos.”
La aparición del DDT En realidad no fue hasta la Segunda Guerra Mundial que los métodos de cultivo cambiaron drásticamente y ello se debió a que la investigación sobre los productos químicos diseñados como armas de guerra, demostró que también eran capaces de matar a los insectos.
En 1939, Paul Muller desarrolló el DDT, el primero de una nueva clase de insecticidas, los  Hidrocarburos clorados que comenzaron a emplearse para contrarrestar los problemas de las plagas. Desde entonces, surgió una nueva forma de agricultura donde el uso de productos químicos fue ampliamente promovido. Esto llevó a la destitución pura y simple de los Si bien el movimiento orgánico moderno había comenzado al mismo tiempo que la agricultura industrializada, en Europa en torno a la década de 1920, cuando un grupo de agricultores y consumidores buscaron alternativas a la industrialización de la agricultura, éste no progresó, aunque en Gran Bretaña el movimiento orgánico había cobrado fuerza en la década de 1940.
Muchas personas le otorgan al británico Sir Alfred Howard el crédito de ser el refundador de la agricultura ecológica, sin embargo hasta la década de 1970 las ideas de este y otros pensadores, fueron ignoradas.
La realidad es que casi la totalidad de la comunidad agrícola perseguía las suculentas ganancias de productividad prometidas por los nuevos fertilizantes y pesticidas sintéticos y por el uso de equipo mecánico más potente.
Sin pájaros
Después de la publicación del libro “Primavera silenciosa” de Rachel Carson en 1962 en el que critica el uso indiscriminado de pesticidas químicos, fertilizantes y herbicidas y cuyo título alude a la desaparición de los pájaros cantores a causa del DDT, los agricultores y consumidores comenzaron a cuestionarse los costos reales del empleo de pesticidas y fertilizantes sintéticos y los pequeños mercados de alimentos cultivados de forma natural comenzaron a evolucionar.
El "ser natural" que fue el enfoque de los años 1960 y 1970, el creciente interés de los consumidores en materia de salud y nutrición, el crecimiento del movimiento verde, el interés por los temas de conservación y ambientales estimularon el desarrollo del mercado de productos orgánicos y alentaron a los agricultores a adoptar métodos orgánicos y ecológicos para producir los alimentos.
A principios de la década de 1970 con la venta de productos orgánicos a través de tiendas de alimentos naturales y cooperativas agrícolas se establecieron los primeros organismos de certificación orgánica. El número de organismos de certificación privados creció rápidamente en todo el mundo y cada agencia tenía requisitos ligeramente diferentes.
Los productos eran ofrecidos sólo a través de las tiendas de alimentos en los años 1970 y 1980, pero en la década de 1990 el movimiento se extendió y alcanzó las góndolas de los supermercados. Hoy en día, los productos orgánicos ocupan sus propios espacios en las estanterías de primera en los principales centros de venta de alimentos.
Los alimentos ecológicos del siglo XXI
 Las granjas orgánicas deben ser certificadas por organismos de certificación independientes aprobados por cada país. Este certificador revisa el plan de explotación para asegurarse de que cumple con las normas orgánicas y realiza visitas a las granjas para realizar inspecciones in situ.
Las fincas deben tener un plan para el control de plagas y nutrientes de manera que se mantenga o mejore la salud física, química y biológica del suelo y se reduzca al mínimo la erosión del suelo. El plan debe incluir la rotación de cultivos, los cultivos de cobertura y el saneamiento.
Todos los equipos utilizados con cultivos y productos convencionales deben limpiarse a fondo antes de que toquen los productos orgánicos. Esto incluye la maquinaria utilizada en los contenedores de campo, almacenamiento y transporte y la maquinaria en las plantas de procesamiento.
La ganadería ecológica debe ser alimentada en base a comidas orgánicas y no es posible utilizar antibióticos. Si un animal está enfermo y necesita ser tratado con antibióticos, su carne no se puede vender como orgánica.
Los materiales procedentes de la ingeniería genética no pueden ser utilizados en la agricultura orgánica o en la ganadería ecológica, ni en el procesamiento de alimentos, incluyendo semillas genéticamente modificadas, hormonas y enzimas.

http://www.ecoticias.com/especial-alimentos-ecologicos-2016/115561/Breve-historia-alimentacion-ecologica

lunes, 20 de junio de 2016

Los hijos que Estados Unidos devolvió a Camboya.


Cientos de camboyanos criados en Estados Unidos se enfrentan a la deportación como último castigo por los crímenes cometidos en un país que les acogió como refugiados de niños y les expulsa como criminales de adultos.
Khom Soeun parece a simple vista un mendigo más de los muchos que frecuentan los alrededores del céntrico templo Wat Lanka, en Phnom Penh, pero su inglés fluido y su marcado acento estadounidense revelan su condición de deportado.
Soeun fue llevado a EEUU cuando tenía 12 años de la mano de los Servicios Sociales Católicos, una de las organizaciones que realojaron a cerca de 120.000 refugiados tras la guerra civil y el régimen del Jemer Rojo, que asolaron el país en la década de 1970.
El vagabundo forma parte de “la gente de los 80”, el grupo más numeroso y el que sufrió las cicatrices de la utopía agraria comunista que provocó la muerte un cuarto de la población en Camboya entre 1975 y 1979.
“Tendría unos 12 o 13 años (cuando viajó a EEUU), toda mi familia murió durante el Jemer Rojo, excepto una hermana que no sé dónde está” cuenta Khom Soeun, que vive de la limosna de los turistas desde hace tres años.
Los refugiados que sufrieron el terror del Jemer Rojo como Khom Soeun se integraron con más dificultad, ya que la organización comunista buscó el exterminio de cualquiera que tuviese educación o que formase parte de la clase urbana.
“Con 14 años ya era miembro de una banda, en Filadelfia, Pensilvania; me acusaron por llevar un arma oculta sin licencia y pase 9 meses en prisión”, cuenta el sintecho.
Siete años después, Khom Soeun atracó un banco en Los Ángeles, al oeste de EEUU, y comenzó una huida que acabaría en un tiroteo en el que murieron varios policías, según su versión de los hechos.
“Me condenaron por asesinato y me cayó la cadena perpetua sin fianza, después de 20 años llegué aquí, a Camboya”, relata, mientras muestra las cicatrices de tres proyectiles que impactaron en su chaleco antibalas.
Desde 2002, 506 camboyanos han sido expulsados de EEUU, según la ONG Centro de Apoyo a la Integración de los Retornados (RISC, en inglés), que provee alojamiento temporal y subvenciona parte de la documentación y formación de los recién llegados.
Además, la Oficina de Detención y Deportación de EEUU indicó en julio pasado que 1.464 exreclusos camboyanos esperan a ser deportados.
“Los hay que tienen casos duros. Un enfermo mental murió hace dos años”, asegura el codirector de RISC, Kem Villa, que ha vivido tres suicidios desde que ocupa el cargo.
Sin embargo, Villa insiste en que muchas de las historias de los deportados hablan de superación y redención.
Tuy Sobil, alias “KK”, fundó en 2005 una ONG para enseñar break dance a los niños de las barriadas y Kosal Khiev se consagró como poeta en Camboya y fue invitado como representante de su país a las olimpiadas de Londres, entre otros ejemplos.
“Muchos no han estado en Camboya, casi ni hablan el idioma, la situación es diferente (a otros deportados). Como refugiados crecimos en EEUU y no sabíamos nada de Camboya”, cuenta Sophea Phea, que nació en un campo de refugiados en Tailandia.
Sophea fue sentenciada en 2005 a dos años de cárcel en EEUU, convirtiéndose en candidata a ser expulsada y separarse de su hijo, ya que su condena superó el mínimo de 365 días que establece la ley.
La organización 1 Love, de la que Sophea es miembro, aboga por la revisión del acuerdo de repatriación entre EEUU y Camboya.
La ONG argumenta que, al contrario del documento firmado entre EEUU y Vietnam en 2008, el pacto con Camboya no contempla el regreso de los deportados a Estados Unidos en caso de error en el proceso o por razones humanitarias.
Voces conservadoras en materia de inmigración en EEUU consideran la ley actual de deportación demasiado permisiva y no ven prioritario revisar el acuerdo.
La directora de políticas del Centro de Estudios de Inmigración de Washington DC, Jessica Vaughan argumenta que los activistas deberían centrarse en “la educación de los ciudadanos camboyanos respecto a las leyes de EEUU” y “los beneficios de obtener la nacionalidad estadounidense”.
En cualquier caso, el portavoz del departamento de Inmigración del ministerio de Interior, Keo Vanthorn, afirma que el acuerdo no va a reconsiderarse “por ahora”. EFE
Ricardo Pérez-Solero . http://elsoldelaflorida.com/los-hijos-que-estados-unidos-devolvio-camboya/

miércoles, 1 de junio de 2016

La gran barrera de coral se muere por el cambio climático



“Más de un tercio de los arrecifes de coral de las regiones del centro y norte de la gran barrera de coral han muerto tras el gran evento de blanqueamiento descubierto y denunciado a principios de este año, dijeron los investigadores de Queensland.”
Entre los corales que se encuentran al norte de Cairns, una zona que abarca alrededor de dos tercios de la Gran Barrera de Coral australiana se encontró una tasa de mortalidad promedio del 35 por ciento, llegando a más de la mitad en las zonas de los alrededores de Cooktown. Los investigadores inspeccionaron más de 84 arrecifes y comprobaron que en el norte de la Gran Barrera de Coral existen sitios donde más del 50 % de los mismos ha muerto, aunque una parte de los que se había alertado que sufrían de un extremo blanqueo, se están recuperando lentamente.
El director del Centro ARC de Excelencia para Estudios de Arrecifes de Coral de la Universidad James Cook, el profesor Terry Hughes, dijo que estaba "atónito" ante la magnitud de la decoloración de los corales y que ésta superó con creces a las de los dos eventos anteriores que se dieron en 1998 y 2002.

El problema de El Niño

"Es justo decir que lo que ha pasado nos ha tomado a todos por sorpresa" explicó el profesor Hughes. "Es una gran llamada de atención porque en general todos pensábamos que la decoloración de los corales era algo que solo ocurría en zonas que estaban más cerca del epicentro del fenómeno de El Niño, que es uno de los factores que más afecta al Medio Ambiente marino." El Niño de 2015-16 fue uno de los tres más fuertes registrados hasta la fecha, ya que el punto de partida fue aproximadamente 0,5 grados más caliente que el anterior más grande que se presentó en 1997-1998 y los científicos lo achacan a que el aumento de las emisiones de gases de efecto invernadero elevaron las temperaturas del fondo. Los arrecifes en muchas regiones como Fiji y Maldivas, también se han visto muy afectados.
El blanqueamiento ocurre cuando se presentan condiciones anormales, en este caso una insólita e inesperada calidez, que hace que los corales expulsen a las pequeñas algas fotosintéticas, llamadas zooxantelas con las que viven en simbiosis. Los corales se vuelven blancos sin estas algas y pueden morir si las zooxantelas no los recolonizan. El extremo norte de la Gran Barrera de Coral australiana fue el hogar de muchos de los corales de 50 a 100 años de edad, que hoy han muerto y la realidad es que hay pocas probabilidades de recuperarlos antes de que se presente otro fenómeno de El Niño y los vuelva a empujar más allá de los límites de los umbrales de tolerancia.

¿Poca previsión?

 El profesor Hughes se mostró muy preocupado ante la posibilidad de que los corales no tengan tiempo de recuperarse y deban enfrentarse a un cuarto o a un quinto hipotético blanqueamiento, porque cree que los resultados podrían ser catastróficos. La salud del arrecife ha sido un tema polécammico con tintes netamente políticos ya que el ministro de Medio Ambiente de Australia Greg Hunt prometió más fondos en el presupuesto mensual para mejorar la calidad del agua, que es uno de los aspectos que afectan a la salud del coral.
Pero el señor Hunt también ha tenido que explicar por qué su departamento encargó a la ONU que “recortaran” los datos de Australia, de un informe que se ocupa de informar acerca de las amenazas que por culpa del cambio climático se ciernen sobre los sitios considerados como patrimonio mundial y que incluyen la Gran Barrera de Coral y Kakadu.

Los ciclones

El profesor Hughes dijo que los ciclones tropicales pueden ser los culpables de la destrucción de unos 50 km de corales, pero comparó el evento de blanqueamiento de este año con el daño que provocarían "10 ciclones que marcharan de la mano y se pasearan por todo el tercio norte de la Gran Barrera de Coral". También aclaró que en ocasiones estos fenómenos pueden resultar beneficiosos. El ciclón Winston que chocó contra Fiji en febrero pasado, trajo lluvias generalizadas sobre partes de Queensland y actuó como una depresión tropical, ayudando a bajar la temperatura del mar en dos grados y salvando a gran parte de los corales del sur de una decoloración severa, especificó el profesor Hughes.
Aun así, esos arrecifes del sur siguen siendo propensos a una desaceleración en la reproducción y el crecimiento, dado que las aguas de los mares presentan una calidez muy significativa e inusual para la época. Los científicos dijeron que el evento de blanqueamiento mostró lo importante que era continuar incrementando la capacidad de recuperación del arrecife, a través por ejemplo de programas que limiten la escorrentía que proviene de granjas y pueblos y que aportan un exceso de nutrientes y la consecuente dosis de contaminación del Medio Ambiente.
“La Barrera ya no es tan resistente como lo era antes y ha tenido que hacer frente a tres eventos de blanqueamiento en solo 18 años, muchas arrecifes costeros están muy degradados y la principal amenaza de la Gran Barrera de Coral es el cambio climático, cosa que el gobierno en la voz del ministro de Medio Ambiente ha reconocido muchas veces", comentó Hughes con honda preocupación.

http://www.ecoticias.com/medio-ambiente/115736/La-gran-barrera-de-coral-se-muere-por-el-cambio-climatico

miércoles, 25 de mayo de 2016

"Un refugiado lleva la muerte en su espalda y encuentra un muro"


La paradoja civilizatoria actual es "vivir en un mundo sin fronteras que no deja de implementar muros", apunta el catedrático de la Universidad de Valencia
"Somos animales migratorios. Si hay una realidad humana es ésa", dice Javier de Lucas, experto en políticas migratorias y derechos humanos
Crítico con el "acuerdo de deportación" cerrado entre la UE y Turquía, cree que la desigualdad es el "cáncer fundamental" de los problemas: "nuestras crisis son el paraíso para millones de seres humanos".
"Frente a la necesidad de protección que tienen más de 60 millones de personas, según ACNUR, ¿cuál está siendo la respuesta europea? Muros". La descripción es de Javier de Lucas, experto en políticas migratorias y derechos humanos. Un "contexto de crisis civilizatoria", dice, que deja "pocas esperanzas" reducidas a una pugna dialéctica: democracia frente a desigualdad.

Mientras nace el "acuerdo de deportación" entre la Unión Europea (UE) y Turquía las migraciones siguen su curso natural. Y ahí está "el mayor desafío que tienen nuestra civilización": que el desarrollo humano vaya ligado al de los derechos humanos. "Extender la democracia inclusiva", apunta el catedrático de Filosofía del Derecho y Filosofía Política en la Universidad de Valencia.

"Los refugiados, los migrantes, no son otros. La cuestión migratoria no es ajena y sus protagonistas no son diferentes a nosotros. Todos somos animales migratorios. Si hay una realidad humana, es ésa", explica De Lucas en la conferencia titulada 'Propuesta para otra política de inmigración y asilo posible en la Unión Europea'. Un encuentro con apertura por parte del alcalde de Sevilla, Juan Espadas, y organizado por el Fondo Andaluz de Municipios para la Solidaridad Internacional (Famsi) en la Fundación Biodiversidad.

La desigualdad como "cáncer" social

"Una ciudad debe tener recursos para trabajar con el movimiento asociativo", sostiene Espadas. Y en este punto, continúa, el ayuntamiento "y la ciudad tiene mucho que decir". Con la mirada puesta en "las tremendas situaciones que estamos viviendo en la UE en torno al drama de los refugiados" que refiere el alcalde sevillano, los municipios tienen algo que decir: "el asentamiento en una comunidad local", refiere Javier de Lucas. Acoger, integrar. "Contribuir" a políticas migratorias cojas con las apuestas "nacionales y regionales de la UE", según el profesor del Instituto de Derechos Humanos de la universidad valenciana.
Un ejemplo, coinciden Juan Espadas y De Lucas, es la propia Famsi y el proyecto 'Amitie Code. Migraciones y desarrollo'. La iniciativa trata de traducir el nexo entre ambas realidades desde la toma de conciencia a la práctica con un enfoque basado en los derechos humanos. Generar conciencia colectiva sobre los procesos migratorios y su vinculación con el desarrollo mundial, la ciudadanía y las comunidades locales. Cuenta con 14 socios de seis países de la UE, entre ellos la Fundación Sevilla Acoge y Famsi.

"El cáncer fundamental de los problemas que afrontamos es la desigualdad", resume el profesor Javier de Lucas. Y precisa: "se está convirtiendo a seres humanos en mercancía con fecha de caducidad. Como los productos que mueven los mercados". Es una forma de "rebajar ese estatus mínimo que corresponde a los humanos para convertirlos en parias, en seres reemplazables que son utilizados además como elemento de desestabilización de los grupos menos beneficiados frente a los que se usa como acicate a los inmigrantes y en estos momentos también a los refugiados".

Muros de exclusión en la UE

"Las migraciones no son un fenómeno laboral", sostiene. Se trata de una "mirada reductiva que lanzamos sobre la comunidad migratoria ignorando que esas migraciones son fenómenos sociales globales". Una visión interesada que trae frutos como el acuerdo entre la UE y Turquía. "Es una desfachatez humana y política presentarlo como solución del tema de los refugiados". "No es más que un instrumento vergonzoso y de más que dudosa legalidad, es un acuerdo de deportación", define De Lucas.
"¿Cómo se consigue que en el espacio más amplio de justicia y libertad que hay en el mundo, la UE, se estén levantando muros de exclusión y se amplíe la desigualdad?", pregunta el profesor y experto en derechos humanos. También en España, con las fronteras de Ceuta y Melilla como lugares "donde se practica ese disparate jurídico que llamamos devoluciones en caliente y que son expulsiones ilegales". Un país, además, "donde en los últimos años los índices de desigualdad muestran un aumento asombroso como consecuencia de las políticas de recortes aplicadas".

Cuando la terapia a ese carcoma es "aumentar la democracia inclusiva y plural, la inversión en proyectos y recursos que fomenten el desarrollo humano". Desarrollo, puntualiza, "no tanto económico como de distribución equitativa de los recursos".

Lanza una definición: "un refugiado es la persona que lleva la muerte en su espalda y se encuentra un muro delante". "Nuestras crisis son el paraíso, un horizonte deseable para cientos de millones de seres humanos", dice De Lucas. O como explica la tesis de las fronteras internas de la democracia de la profesora de Ciencia Política de la Universidad de Berkeley (California, EEUU), Wendy Brown, a la que alude el profesor y que completa una paradoja: "vivir en un mundo teóricamente sin fronteras que no deja de implementar muros".

http://www.eldiario.es/andalucia/Javier-Lucas-refugiado-espalda-encuentra_0_509900242.html

jueves, 12 de mayo de 2016

La ergonomía en China: Combatir el estrés en el trabajo.


La OIT colabora con los sindicatos y el Gobierno de China a fin de reducir el impacto del estrés y de una ergonomía deficiente sobre los trabajadores.
Es un lunes por la tarde en Shenzhen, en el centro manufacturero de la Provincia de Guangdong, la ingeniera Lingzhi Li realiza un control de rutina en el taller de una fábrica que produce componentes eléctricos para examinar las condiciones de seguridad de sus colegas.
Durante sus inspección anterior, y utilizando la Lista de comprobación ergonómica de la OIT , Li había marcado en rojo diversos puntos que necesitaban ser mejorados. Hoy, ella está verificando cuáles pueden pasar de rojo a verde, para indicar que el problema fue solucionado, o de rojo a amarillo, para señalar que es necesario hacer más.
La ergonomía y el estrés relacionado con el trabajo son cuestiones relativamente nuevas en China, y no hay mucha conciencia entre el publicó. Pero las consecuencias las conocen todos: dolores crónicos en la espalda, cuello, hombro o muñeca; tensión en los ojos o cansancio por pasar mucho tiempo sentado, parado, ejecutando tareas repetitivas o levantado cargas pesadas; y problemas psicológicos como el estrés y la ansiedad causados por horarios de trabajo intensivos.
La ergonomía es percibida como un factor menos grave de la Seguridad y Salud en el Trabajo (SST) en relación a otros desafíos como los grandes accidentes industriales o enfermedades como la neumoconiosis – causada por la inhalación de polvo de sustancias peligrosas – que afecta principalmente a los mineros y es la enfermedad profesional más comúnmente notificada en China.
No obstante, en las economías más desarrolladas de Europa, las enfermedades relacionadas con la ergonomía – en especial los trastornos muscoesqueléticos (TME) – son una de las principales causas de enfermedad entre los trabajadores, representando la mitad de todas las ausencias y 60 por ciento de las incapacidades permanente para trabajar.
La rápida industrialización de China implica que probablemente el país seguirá la misma tendencia y que los TME emergerán como una de las enfermedades profesionales más comunes.
“Ningún país, ningún lugar de trabajo, está libre de los peligros ergonómicos. Si no son atendidos, pueden ocasionar una disminución del bienestar, o hasta una verdadera discapacidad, una pérdida considerable de la productividad de la empresa, así como un aumento del costo de la seguridad social para la sociedad”, declaró Tim De Meyer, Director de la Oficina de la OIT para China y Mongolia . “Queremos que lugares de trabajo más seguros y sanos sean parte de una nueva normalidad. La capacidad de innovación de China dependerá en gran medida de la salud de una fuerza de trabajo, tal vez reducida, pero más cualificada y protegida”.
Lista de comprobación ergonómica

A fin de abordar estos riesgos profesionales relacionados con la ergonomía, la OIT elaboró el manual de comprobación ergonómica y una serie de otras herramientas de SST, como el método WISE  (Mayor productividad y un mejor lugar de trabajo) y el programa WIND  (Mejores trabajos para el desarrollo comunitario) y La prevención del estrés en el trabajo: Lista de puntos de comprobación . Estas herramientas has demostrado ser eficaces y son utilizadas en muchos países para promover la SST.
En China, hay alrededor de 42 millones de pequeñas y medianas empresas (PYME), con pocos recursos y capacidades para hacer frente a los riesgos internos en materia de SST. Para responder a esta necesidad, la Lista de comprobación ergonómica de la OIT fue concebida para ser asequible, práctica y fácil de implementar.
La Lista de comprobación ergonómica de la OIT fue introducida en China en 2013 por la Federación Nacional Sindical China (ACFTU ) y el Instituto Nacional de Salud en el Trabajo y Control de intoxicaciones (NIOHP ) en el marco de su proyecto de SST, el cual recibe apoyo técnico de la OIT.
La empresa donde trabaja Li comenzó a utilizar la Lista de comprobación ergonómica a partir de 2015 y ya ha producido beneficios económicos gratificantes. Tan sólo en su unidad operativa, el rendimiento por persona y por hora aumentó de 8 por ciento, lo cual permitió ahorrar 1,52 RMB (230.000 dólares aproximadamente).
“Es un beneficio mutuo”, afirmó Li. “Por un lado, es positivo para los trabajadores, ya que los empleos se ajustan a sus necesidades, en lugar que pedirles que se ajusten a sus empleos. Por otro, la empresa se beneficia de un incremento de la productividad”.
El proyecto piloto ACFTU/NIOHO (2013-2015) inicialmente se concentró en cuatro sectores – carbón, productos químicos, electrónica y metalurgia – los cuales conjuntamente emplean a millones de trabajadores. Al trabajar con los Departamentos gubernamentales de SST locales y los institutos de medicina, el proyecto logró alcanzar a miles de empresas en todo el país. Por ejemplo, en la Provincia de Liaoning, más de 1.000 empresas adoptaron medidas ergonómicas para proteger la salud de sus trabajadores. En China, los proveedores de algunas empresas multinacionales también comenzaron a abordar los temas de salud relacionados con la ergonomía.
“Gracias a este proyecto, esperamos además promover una civilización industrial al sensibilizar a toda la sociedad sobre los problemas ergonómicos, modificar las normas nacionales en materia de salud en el trabajo e incluir los trastornos muscoesqueléticos en la lista nacional de enfermedades profesionales”, declaró el profesor Min Zhang, especialista principal del proyecto de SST de la ACFTU y el NIOHP.
“La OIT y sus socios chinos esperan que, al integrar una cuestión de SST 'ligera' como la ergonomía, sea posible desarrollar una conciencia generalizada sobre los beneficios para la salud y abra las puertas para abordar algunos de los riesgos más estructurales que enfrentan los trabajadores en China en materia de SST”, concluyó Tim De Meyer.

http://www.ilo.org/global/about-the-ilo/newsroom/features/WCMS_474519/lang--es/index.htm

sábado, 30 de abril de 2016

Los Mártires de Chicago.



Corría el año de 1877 y las huelgas de los ferroviarios, las reuniones y las grandes movilizaciones en Estados Unidos eran reprimidas a balazos, golpes y prisión. Estas mismas tácticas represivas y la necesidad imperiosa por la defensa y la asociación para buscar mejoras en las condiciones de trabajo que en ese tiempo eran de semiesclavitud dieron pie a la gestación de un movimiento de resistencia y lucha de trabajadores que algunos años mas tarde daría sus frutos.
 En 1880 quedó conformada la federación de organizaciones de sindicatos y trade unions (Federation of Organized Trades and Labor Unions), y en 1884 se aprobó una resolución para establecer a partir del primero de mayo de 1886, mediante la Huelga General en todo EEUU, las ocho horas de trabajo. Esto despertó un interés y un apoyo generalizado, ya que por aquella época el horario de trabajo obligatorio era de 10, 12 o 14 horas diarias normalmente. De estas jornadas tampoco estaban excluidos l@s miles de niñ@s, ni por supuesto las mujeres a quienes se les pagaban salarios inferiores, sin mencionar que de por sí los salarios eran muy bajos y las condiciones de trabajo insalubres. La efervescencia fué tal en todo EEUU que los sindicatos y las trades unions aumentaban geométricamente. Por ejemplo, el número de miembros de los Caballeros del Trabajo subió de 100.000 en el verano de 1885 a 700.000 al año siguiente.
 En 1885 volaba de mano en mano entre los trabajadores de EEUU una octavilla que decía:

"¡Un día de rebelión, no de descanso! (...) Un día en que con tremenda fuerza la unidad del ejército de los trabajadores se moviliza contra los que hoy dominan el destino de los pueblos de toda nación. Un día de protesta contra la opresión y la tiranía, contra la ignorancia y la guerra de todo tipo. Un día en que comenzar a disfrutar ocho horas de trabajo, ocho horas de descanso, ocho horas para lo que nos dé la gana". La víspera del Primero de Mayo, el periódico anarquista Arbeiter Zeitung, dirigido por August Spies, publicó los siguientes comentarios que muestran el tono de confrontación que imperaba: "¡Adelante con valor! El Conflicto ha comenzado. Un ejército de trabajadores asalariados está desocupado. El capitalismo esconde sus garras de tigre detrás de las murallas del orden. Obreros, que vuestra consigna sea: ¡No al compromiso! ¡Cobardes a la retaguardia! ¡Hombres al frente!"
El 1º de Mayo de 1886 la paralización de los centros de trabajo se generalizó. La huelga paralizó cerca de 12.000 fábricas a través de los EEUU. En Detroit, 11.000 trabajadores marcharon en un desfile de ocho horas. En Nueva York, una marcha con antorchas de 25.000 obreros pasó como torrente de Broadway a Union Square; 40.000 hicieron huelga. En Cincinnati un batallón obrero con 400 rifles Springfield encabezó el desfile. En Louisville, Kentucky, más de 6000 trabajadores, negros y blancos, marcharon por el Parque Nacional violando deliberadamente el edicto que prohibía la entrada de gente de color. En Chicago que era el baluarte de la huelga, paró casi completamente la ciudad. 30.000 obreros hicieron huelga, aunque empresas como en la fábrica de materiales de Mc Cormick y alguna otra se dieron a la tarea de contratar esquiroles. El día 2 se realizó un mitin de los obreros despedidos de Mc Cormick para protestar por los 1.200 despidos y los brutales atropellos policiales. Mientras Spies dirigía su discurso a un grupo de 6000 a 7000 trabajadores, unos cuantos centenares fueron a recriminar su actitud a los esquiroles que en ese momento salían de la planta. Rápidamente llegó la policía, cuya acción dejó seis muertos y gran cantidad de heridos. La indignación ganó los corazones de los trabajadores movilizados. Spies corrió a las oficinas del Arbeiter Zeitung y publicó allí un manifiesto que fué distribuido en todas las reuniones obreras: "(...) Si se fusila a los trabajadores responderemos de tal manera que nuestros amos lo recuerdarán por mucho tiempo (...)".

Texto completo : http://madrid.cnt.es/1-de-mayo/historia/

martes, 26 de abril de 2016

Todo sobre ‘Chernóbil’ .



La central era la central nuclear de Chernóbil, y esa noche se produjo la explosión en su cuarto reactor. Su marido, bombero, le dijo algo cierto: había un incendio y él iba a ser de los primeros en acudir a sofocarlo. A la vez también mintió, porque ya nunca regresó.
El 26 de abril de 1986, en mitad de la noche, Liudmila Ignatenko oyó un ruido y despertó. Al mirar por la ventana vio a su marido salir de la casa y le oyó decir: Cierra las ventanillas y acuéstate. Hay un incendio en la central. Volveré pronto. La central era la central nuclear de Chernóbil, y esa noche se produjo la explosión en su cuarto reactor. Su marido, bombero, le dijo algo cierto: había un incendio y él iba a ser de los primeros en acudir a sofocarlo. A la vez también mintió, porque ya nunca regresó. Al día siguiente, junto con el resto de compañeros que sobrevivieron, fue trasladado a un hospital de Moscú. Liudmila averigua el nombre del hospital y viaja hasta allí para estar con él, pero los supervivientes ‘arden’ de radiactividad y los médicos desaconsejan las visitas, más aún si son mujeres jóvenes y pueden estar o quedarse embarazadas. Ella oculta su embarazo, soborna a algunas empleadas y pasa todo el tiempo que puede con él. Aun así le dicen: No debe usted olvidar que lo que tiene delante ya no es un marido, un ser querido, sino un elemento radiactivo con un gran poder de contaminación. No sea usted suicida. Recupere la sensatez. Pero les ignora. Aunque lo colocan en una cámara hiperbárica, aunque usan instrumentos a distancia para evitar acercarse, ella duerme con él. A los pocos días el marido muere. Dos meses más tarde ella da a luz a una niña con cirrosis y un defecto en el corazón. Apenas sobrevive cuatro horas. Cuenta que en su hígado había 28 roentgen de radiactividad y que los médicos no se la quieren dar. Reacciona así: ¿Cómo que no me la vais a dar? ¡Soy yo quien no os la voy a dar a vosotros! ¡La queréis para vuestra ciencia, pues yo odio vuestra ciencia! ¡La odio! Vuestra ciencia fue la que se lo llevó y ahora aún quiere más. ¡No os la daré! * Lo anterior es un resumen del primer capítulo de Voces de Chernóbil, el libro de testimonios sobre la tragedia escrito por Svetlana Alexiévich, premio Nobel de Literatura en 2015. Con la ciencia de fondo borroso, los (en muchas ocasiones brutales) testimonios humanos, la falta de información, la psicología rusa, los entresijos del comunismo y, sobre todo, la amenaza invisible y latente de la radiactividad, pululan por un libro que funciona como una grabadora polifónica. A pesar de tratarse de un accidente civil, casi todos los testimonios hablan de “una guerra” Si Truman Capote presumía de recordar “el 96% de sus conversaciones”, Aleksiévich no duda en calificarse como un “oído humano”. Un oído que más que datos parece registrar tonos. Los de las mujeres, los soldados, los científicos, algún político, los miembros de las distintas asociaciones, los evacuados, los pocos que retornaron, los niños. Al hojear el libro, compuesto por capítulos de coros y monólogos, uno se pregunta cómo transcribir todos esos testimonios si la autora solo usa su propia voz en un breve segundo capítulo. Cómo habrá sido su proceso para filtrar, ordenar, para componer desde su teórica invisibilidad. Seguramente, en ese collage de entrevistas hay una voz por encima de cada voz, pero apenas se hace evidente; cada testimonio adopta la misma altura. Coros de voces horizontales y semianónimas recogidas durante 20 años describen lo que allí vivieron (y muchos siguen viviendo), y de ellas sobresalen las comparaciones con la guerra, el miedo y la temeridad ante un enemigo invisible; el tema del héroe y la víctima; la historia de un pueblo que busca en el pasado explicaciones a lo que Aleksiévich llama “una crónica del futuro”. Un accidente civil teñido de guerra Ya habían ocurrido Hiroshima y Nagasaki, pero cómo compararlos con Chernóbil. La explosión del reactor provocó niveles de radiactividad cientos de veces superiores a los de las bombas atómicas. Aquellas habían sido lanzadas deliberadamente, con devastadores efectos inmediatos. Esto era distinto, lo llamaban “el átomo para la paz”. Sin embargo, ante la ausencia de referencias para explicarlo, casi todos los testimonios hablan de “una guerra”. Los rusos tiran de su pasado reciente (la II Guerra Mundial, las constantes revueltas entre las repúblicas de la entonces Unión Soviética) y no encuentran sino paralelismos: a pesar de tratarse de un accidente civil, es el ejército, armado incluso con tanques, quien acude a ocupar la zona; miles de personas son evacuadas, convirtiéndose así en refugiadas; empiezan, poco a poco, a acumularse las bajas; hay un vacío de información y el Gobierno minimiza la catástrofe.
Unas 600.000 personas participaron en las labores de descontaminación. Se llamaron los 'liquidadores', apenas estaban informados de los riesgos y no llevaban la protección adecuada. En la imagen, unos hombres limpian la zona el 24 de mayo de 1986. / EFE En plena guerra fría, acusan a los países capitalistas de inventar una tragedia y entre medias desatienden consejos básicos, como repartir pastillas de yodo para prevenir el cáncer de tiroides, uno de los más relacionados con la radiación. No es de extrañar el paralelismo: aun sin enemigo, Chernóbil desprendía olor bélico. A pesar de ello, según Aleksiévich, “para aquellos que estuvieron allí, Chernóbil no terminaba en Chernóbil. Y estos hombres no regresaron de una guerra, sino se diría que de otro planeta”. Un planeta del futuro. Pero por entonces no se veía así. Para el exdirector del Instituto de Energía Nuclear de Bielorrusia: “Se debía hablar de física. Y, en cambio, se hablaba de enemigos. Se buscaba al enemigo”. “Este miedo [a la radiación]no lo conozco. A quien temo es a los hombres. A la gente armada”, decía una superviviente El riesgo invisible A menos que se sobrevolara o se entrase en la central, la radiación no dejaba marcas físicas, no quemaba, era invisible. Una residente de la zona preguntaba a Aleksiévich: ¿Y cómo es? Puede que se la hayan enseñado en el cine. ¿Usted la ha visto? ¿Es blanca o cómo? ¿De qué color? Algunos vivían con el miedo de la amenaza constante: la dosis recibida, los posibles efectos acumulándose pero aún por aparecer. Pero para muchos otros la invisibilidad minimizaba o anulaba el riesgo. Algunos se resistieron a abandonar sus casas y volvieron a ellas tras ser evacuados. El Gobierno acabó permitiendo a más de 300 de ellos, todos mayores de 50 años, residir en la zona de exclusión. Uno de ellos, consciente del riesgo, decía: Por envenenada que esté, con toda esta radiación, es mi tierra. Ya no hacemos falta en ninguna otra parte. Hasta los pájaros prefieren sus nidos. Otra desplaza la atención hacia una amenaza distinta, constante en su memoria: Este miedo [a la radiación]no lo conozco. A quien temo es a los hombres. A la gente armada. Los liquidadores: héroes o víctimas Hasta 600.000 personas llegaron a colaborar en las labores de descontaminación de la zona de Chernóbil. Eran los llamados ‘liquidadores’. Una mayoría procedían del ejército, pero en última instancia terminaron siendo una amalgama de militares, militantes (y no militantes) comunistas obligados por el partido, y voluntarios en general muy bien pagados. Apenas fueron informados de los riesgos, no tenían protección adecuada y las mediciones de radiactividad que se les practicaban en muchas ocasiones se trucaban o directamente se les ocultaban. Las estadísticas fluctúan inconcebiblemente según los estudios, pero la principal organización de liquidadores estima que 60.000 han fallecido y más de 150.000 se encuentran discapacitados. Tras el desastre, les llovieron las condecoraciones. Algunos se negaron a marcharse: “Por envenenada que esté, con toda esta radiación, es mi tierra” ¿Fueron héroes o víctimas? ¿Se puede hacer una clara distinción? Un liquidador: Yo no vi héroes allí. Locos sí que vi, gente a la que le importaba un rábano su vida. Un soldado: ¿Y si nos llevan a Chernóbil? Y sonó la orden: ¡A callar! Las expresiones de pánico serán juzgadas por un tribunal militar como en tiempo de guerra. El vicepresidente de la asociación Escudo para Chernóbil habla de los liquidadores, gente anónima que vio en aquel momento la oportunidad de trascender: Un día discutí con uno. El hombre me quería demostrar que una actitud como aquella se explicaba por el poco valor que le damos a la vida. Que era cosa de nuestro fatalismo asiático. (...) Es la añoranza de un papel. Hasta entonces era una persona sin texto; un figurante. Y aquí de pronto se convierte en el personaje principal. ¿Qué es nuestra propaganda? Le proponen a uno morir para dar un sentido a su vida. Aleksiévich parece en un momento deslizarse hacia la protesta y la identificación de los culpables políticos, pero inmediatamente amplía el foco. Muestra la historia como una sucesión de hechos de desidia, de traslado de responsabilidades. El exdirector del Instituto de Energía Nuclear: No, no eran una pandilla de criminales. Más bien nos encontramos ante una combinación letal de ignorancia y corporativismo. Pero, ante todo, siguen planeando el futuro. Una pediatra hablaba así de los niños: “Corren por las salas del hospital uno tras otros y gritan: ¡Soy la radiación! ¡Soy la radiación!” Un soldado: Regreso a casa. Voy al baile. Me gusta una chica. Me presento. Soy tal. ¿Cómo te llamas? -Para qué. Si ahora eres de los de Chernóbil. ¡Cualquiera se casa contigo! Y los niños, la encarnación de ese futuro. Los más sensibles a la radiación. Una pediatra: ¿Y sus juegos? Corren por las salas del hospital uno tras otros y gritan: ¡Soy la radiación! ¡Soy la radiación! Cuando mueren, ponen unas caras de tanto asombro. Parecen tan perplejos. El futuro presente Aleksiévich trata de permanecer ajena al baile de cifras que diversos estudios ofrecen sobre las víctimas. Prefiere la visión de la gente y su realidad. En el único capítulo en que alza su voz dice: Este libro no trata sobre el mundo de Chernóbil. Sobre el suceso mismo se han escrito ya miles de páginas y se han sacado centenares de miles de metros de película. Yo, en cambio, me dedico a lo que denominado la historia omitida. Esa historia llega hasta hoy. En una página de internet se ofrecen excursiones a Chernóbil, asegurando que “durante dos días en la zona, el cuerpo humano recibe dosis de radiación equivalentes a una radiografía en el hospital o un vuelo iEn el epílogo del libro, Aleksiévich recoge recortes similares de periódicos bielorrusos. Dicen: “La experiencia no tiene punto de comparación con un viaje a las islas Canarias o a Miami. (…) El turismo nuclear goza de gran demanda, sobre todo entre los turistas occidentales. La gente viaja al lugar en busca de nuevas y poderosas impresiones. Sensaciones que es difícil encontrar en el resto del mundo, ya tan excesivamente acondicionado y accesible al hombre. La vida se vuelve aburrida. Y la gente quiere algo eterno”. No es difícil imaginar a Aleksiévich, resignada, pensando que el futuro ha encontrado su tiempo. El inconcebible baile de números No es sencillo calcular el número de víctimas causadas por el accidente. Los efectos a largo plazo, el que no exista un marcador que permita identificar si es la radiación la causa de la enfermedad o el aumento progresivo en el número de casos de cáncer solo por el hecho de las mejoras en el diagnóstico, dificultan enormemente las estimaciones. El paisaje que ofrecen los informes es desconcertante. Estos son algunos: El informe UNSCEAR del comité científico de las Naciones Unidas asigna menos de 50 muertes seguras como consecuencia directa de la radiación. Estima que esta causará al menos 6.000 casos de cáncer de tiroides, pero que no provocó un problema de salud pública. Los informes del Fórum de Chernóbil, en los que participó la Organización Mundial de la Salud (OMS) fueron aumentando el número de muertes por cáncer atribuidas hasta las 9.000. El número de casos de cáncer de tiroides entre niños y jóvenes lo estima en alrededor de 5.000, de los cuales hasta el 99% sobrevivirá. En global afirma que el principal problema está en las repercusiones sobre la salud mental y sostiene que “los mitos y las ideas equivocadas que aún persisten sobre la amenaza de la radiación han generado un “fatalismo paralizador” entre los residentes en las zonas afectadas”. Un informe de Greenpeace, sin embargo, cifra en hasta 200.000 las muertes atribuibles al accidente, de las cuales solo la mitad se deberían a casos de cáncer. El informe fue criticado por basarse en extrapolaciones incorrectas y por no considerar el aumento de casos de cáncer como consecuencia directa de la mejora en los diagnósticos. El informe TORCH, realizado a petición del Partido Verde Alemán, cifra en 30.000-60.000 las muertes por cáncer debidas a la radiación. El informe de la sección alemana de la IPPNW, siglas de la Asociación de Médicos para la Prevención de la Guerra Nuclear, es profundamente crítico con respecto a los de las Naciones Unidas y la OMS, a quienes acusa de “manipular sus propios datos”.


http://www.ecoticias.com/residuos-reciclaje/114534/Todo-sobre-Chernobil
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