sábado, 27 de noviembre de 2010

Victimas de apropiacion. Dignidad arrebatada.

 En la Argentina, faltan textos enteros del tejido social. Tejido roto porque hay nombres cuyos cuerpos faltan. Y también hay cuerpos adosados a nombres falsos, cuerpos expropiados de sus verdaderos nombres y de sus verdaderos lazos, y por tanto sin verdadero acceso a la vida, a estar en el mundo. Y esto no puede ser desconocido a la hora de intentar dar cuenta de lo que circula entre generaciones. Es difícil pensar que no vaya a tener efectos sociales y a producir catástrofes subjetivas el que haya todavía nietos circulando con nombres falsos, otrora niños expropiados de sus padres. Desalojados de deseos que no eran anónimos, los de sus padres, e incrustados en familias de apropiadores. Pero también tiene y tendrá poderosos efectos el deseo decidido de quienes buscan la restitución.
Tener un cuerpo incluye una dimensión jurídica que vuelva a anudarle un nombre, y la decisión cívica de restituir sujeto al religarlo a su historia, a la de quienes le dieron vida y existencia, y a sus familias. Pero también es fundante cómo ese sujeto devastado, expropiado de su historia, se decide o no a ligarse a lo verdadero. Ahí es donde se termina de efectuar la dimensión ética.
Dice Walter Benjamin: "El pasado contiene un índice temporal que lo remite a la salvación. Hay un secreto acuerdo entre las generaciones pasadas y la nuestra. Hemos sido esperados en la tierra. A noso-tros, como a las generaciones que nos precedieron, nos ha sido dada una débil fuerza mesiánica sobre la cual el pasado tiene un derecho". Es esa fuerza mesiánica, ese heliotropismo secreto, llámese confianza, valentía, humor, audacia –según términos de Benjamin–, o llámese deseo, fuerza inconsciente, decisión del sujeto, esa fuerza es el corazón de aquello que intentan atacar los apropiadores, cuando buscan reducir al sujeto a una posición de objeto del cual disponer.
Por eso la restitución se termina de efectuar verdaderamente cuando quien pudo salir y trasponer el límite del nombre ajeno y usurpatorio para acceder al propio, se encuentra con el deber ético, como sujeto de derecho, de dar testimonio. Ese testimonio es un renacimiento del sujeto que le permite volver a la vida y al mundo cuando lo que intentaban era reducirlo a lo in-mundo. Los testimonios de quienes salieron de los campos de extermino nazi –Robert Antelme, Primo Levi, Jorge Semprún–, cada uno con sus particularidades, dan cuenta de esto.
Quien ha sido víctima también tiene una responsabilidad, un deber cuyo cumplimiento le devuelve la dignidad que se le ha intentado arrebatar.
Sin embargo, la posición de algunos jóvenes apropiados es, por el momento, la de rechazar lo que entre generaciones se transmite; consienten, por el momento, en ser objeto de goce de otros, en ser usados como hijos de alguien que dispone de progenie ajena para su perversa satisfacción personal. Deso-yen y desmienten, por el momento, el heliotropismo secreto del que Benjamin hablara, lo que reprimido debería retornar, las risas, las palabras, los olores de sus padres. En cambio, por el momento, eligen permanecer en un tormento de culpas, como quien viste una ropa interior con mugre ajena.
El psicoanálisis de una niñita, que Alicia Lo Giúdice relata en "Lo que se restituye en un análisis" (en Psicoanálisis de los derechos de las personas, varios autores, ed. Tres Haches), da cuenta de cómo una de las primeras nietas restituidas asumió, aun en su primera infancia, la tremenda responsabilidad subjetiva de retomar decidida su historia, el secreto acuerdo entre generaciones que el terrorismo de Estado le había intentado birlar. La niña, con títeres que confeccionan con su analista, va armando el siguiente relato: "Una pollita se va a pasear con sus hermanos y su mamá, y se pierde, encuentra una casa en la que había gente grande y, como la invitan a pasar, entra y se queda y se olvida de volver. El papá gallo, la mamá gallina y sus hermanos salen a buscarla pero no la encuentran. La pollita, después de mucho tiempo, se da cuenta de que se había quedado en una casa que no era la suya y decide volver. No encuentra el camino, pero después de muchas cosas logra encontrar su casa. Tenía mucho miedo de que el papá estuviera enojado, pero el gallo primero la reta, luego la perdona y la pollita puede irse a jugar con sus hermanos, a los que les cuenta todo lo que había pasado cuando se había perdido".
Este relato le llevó varias sesiones, en las que pudo rearmar su historia y darse alguna explicación acerca de lo que le había pasado: era chiquita y sus papás no podían ayudarla porque estaban desaparecidos. Sí la pudo encontrar su abuela, "que es más famosa que yo", dice la nena.
Esta niña, en su tremenda dignidad, se hace responsable de sí, responde cómo es que se había perdido y vivido en una casa ajena en una época en que, dice, "era un poco tonta". Nombra así la desaparición forzada de sus padres y la voluntad poderosa de su abuela.
Responde, no porque se plantee culpable sino, por el contrario, porque no consiente en quedar en el lugar de objeto en que los captores la habían situado; decide restablecer su dignidad de sujeto y asumir, de manera dolorosa pero audaz, las consecuencias de su propia historia, armando con los pollitos el trayecto vital de la vuelta a casa.
Dice Benjamin: "Articular históricamente el pasado significa adueñarse de un recuerdo tal como éste relampaguea en un instante de peligro". No se trata de una reconstrucción histórica punto por punto, sino de destellos, pequeños latidos en que surge algo de lo verdadero, lo que sucedió (con su borde inexplicable, imposible e inadmisible). En este caso se trata, sobre todo, de cómo lo que sucedió hizo marca en esa niña. Y, a la vez, de lo que ella va pudiendo hacer con esas marcas: producir reescrituras sucesivas de su nombre, reclamar al juez que le restituya su documento de identidad, crecer acorde a su edad verdadera y no acorde a la edad que el captor le había asignado. Retomar las marcas que sus papás dejaron.
Hay un acto último, y a la vez inaugural, que esta niña realizó y contó luego a su analista; un acto que marca un antes y un después. En una ocasión en que el apropiador la espera frente a su casa y la llama por su nombre, ella sale corriendo, pero antes se da vuelta y le saca la lengua. "Fue lo único que se me ocurrió", dice.
La lengua es la patria y la memoria que destella y vuelve en pequeñas escenas. Dice Jacques Lacan: "El inconsciente es la manera que tuvo el sujeto de estar impregnado por el lenguaje (...), la manera en que le ha sido instilado un modo de hablar, que no puede sino llevar la marca del modo bajo el cual lo recibieron sus padres". Aquel gesto tiene una enorme significación; ese pequeño acto simbólico de sacarle la lengua al captor, evidencia en la niña su audacia de no haber consentido al intento de arrebatarle en lo real su lengua, su nombre, su filiación, su historia. Y ese acto le señala al apropiador que es él quien ya no podrá contar con la posibilidad de su propia lengua, ya que su acto lo deja excluido de la verdadera existencia.
Retomemos la idea de trama, donde lo singular no es sin lo colectivo. Esta niñita responde porque hay en ella rastros del deseo de sus padres; y porque hay en ella una decisión de no desoír esos rastros. Y, también, porque hubo abuelas decididas a encontrarla. E instancias jurídicas. Y civiles. Y una analista decidida a escucharla dejándose tomar por lo que la niña planteara. Es decir que hubo Otro con el que contar para no quedar en el mayor de los desamparos, bajo la presencia masiva de un otro intrusivo, abusivo.
Pero no se trata sólo de que hubo Otros con los cuales contar, sino, también, de que los hubo reclamado el acto civil y ético de la restitución que se completa con la decisión de la niña. Eso constituye país.
Un derecho es humano en tanto no es individual; en tanto no sólo compete a quien es víctima directa, sino también a toda la ciudadanía. La restitución es un acto que se le debe a cada víctima, pero también a toda la comunidad. Si no, nos quedamos todos perdidos como la pollita al principio del relato: viviendo sin enterarnos en una casa ajena, en un país ajeno; peor aún, expropiados de país, sin poder volver y reclamando que se nos respete el derecho... a ser rehén.
 
Por Jacquie Lejbowicz *
 
Políticas de la Memoria "Recordando a Walter Benjamin. Justicia, Historia y Verdad. Escrituras de la Memoria", Centro Cultural de la Memoria Haroldo Conti, octubre de 2010.

miércoles, 24 de noviembre de 2010

Historia del Dia de Accion de gracias..

Junto con el Día de la Independencia, el Día de Acción de Gracias es considerado por muchos como el día festivo favorito de los Estados Unidos, en su mayoría porque reúne a todos alrededor de la mesa para la cena; es en sí un tributo al origen del día festivo.
Un grupo de marinos en busca de fortunas partieron en el "Mayflower" desde Plymouth, Inglaterra, el día 6 de septiembre de 1620, junto con dos grupos de pasajeros. Estos pasajeros, hombres, mujeres y niños, fueron considerados "separatistas". Sesenta y seis días más tarde, se descubrió tierra cerca del Cabo Cod, Massachusetts, que también sería bautizado "Plymouth" por el Capitán John Smith.
El grupo se decidió por el área de Plymouth porque la tierra era rica en recursos y porque ofrecía un atractivo puerto. Pero el primer año fue desastroso, ya que no pudieron contar con muchos de esos recursos, y en consecuencia no les fue posible sobrellevar el primer invierno en el "Nuevo Mundo". Un grupo de Indoamericanos locales llegó para ayudar a los Peregrinos. Les enseñaron a los nuevos habitantes a plantar y cosechar comida y cultivos. Una vez llegado el invierno, los Peregrinos habían cultivado y preservado maíz, el cultivo más abundante, así como frutas y vegetales. Además, habían aprendido a empaquetar pescado en sal y curar carne ahumándola sobre las brasas.
Sabiendo que habían superado tantos infortunios, los Peregrinos encontraron una razón para celebrar el haber sobrevivido y las lecciones que se les habían enseñado. En 1621, el Gobernador William Bradford proclamó que el Día de Gracias se compartiera entre los Peregrinos y los Indoamericanos. Según la obra de Edward Winslow, "Diario de los Peregrinos de Plymouth" (del inglés "A Journal of the Pilgrims at Plymouth"), el festejo incluía en su mayoría aves de corral (pavo salvaje), reunidas por los colonos, y ciervos que fueron traídos por los Indios.
El Presidente Abraham Lincoln designó el último jueves de noviembre para conmemorar el Día de Acción de Gracias. Pero en 1939, debido a que el comercio y la Navidad se volvieron una combinación muy popular, el Presidente Franklin Roosevelt cambió el día festivo al cuarto jueves de noviembre, para ampliar la distancia entre ambos día festivos. El Congreso lo aprobó en 1941.

martes, 23 de noviembre de 2010

Manuela Saenz musa inspiradora del libertador..

 Mujer de ímpetu, pasión, inteligencia y carisma, idolatrada y musa inspiradora del Libertador. Aunado a ello, mereció honores por el Mesías de la América en aquellos tiempos de guerras por el temple y la valentía que asumió al incorporarse a la división de Húzares y luego a la de Vencedores, organizando y proporcionando el avituallamiento de las tropas, atendió a los soldados heridos y batió fuego a la par de los enemigos para rescatar heridos, por esto y más Sucre la postula al General Bolívar como la Coronela del Ejercito Colombiano.
Mujer de fina intuición, aún en estos tiempos se sienten y se huelen sus magnánimas ideas de Libertad, hoy despiertas del letargo en las venas y la conciencia de la latinidad rebelde con ansias de justicia social. Mujeres con esta cognición resultan necesarias y precisas para enrumbar el destino de nuestra historia, otorgando un mejor legado humano y social, librando a todos los continentes de la mezquindad, de los prejuicios egoístas e inicuos de la inconciencia.
El alma de Manuelita retó el despotismo, el egoísmo y la envidia de quienes adversaron el ideal independentista que prosiguió Bolívar del Generalísimo Miranda. Patriota ecuatoriana, "Caballeresa del Sol" fue el nombre que recibió Manuela Sáenz al recibir la más alta condecoración que el Perú revolucionario concedía a los militantes de la causa patriota, la Orden del Sol. "La Sáenz" termino despectivo de los enemigos de Bolívar que reconocían la astucia de esta mujer para alertarlo, del mismo modo que ella se nombraba para demostrar su desprecio ante la hostilidad de éstos.
Ante la partida del Libertador de la presidencia, el 20 de enero de 1830 y de estas tierras que le abrigaron con la misma fuerza con la que le traicionaron, el 17 de diciembre de ese mismo año fallece, generando la desgracia humana y política de sus fieles entre estos su fiel amada y amiga Manuela, quien fue azuzada de la manera más cobarde por Santander, Vicente Azuero, quienes se encargaron de incitar a la gente al repudio absurdo y macabro, mediante carteles alusivos a su integridad y la de su amado amigo el General, y actos como la quema de dos muñecos en la fiesta de la semana mayor (Corpus Christi), en los que personificaron a Manuela y a Bolívar bajo los nombres de Tiranía y Despotismo. La reacción de la Señora Manuela, embargada por la muerte del Libertador S. E. Bolívar, fue obvia; pues destruyó las figuras y todo el andamiaje que las sostenía. El resentimiento santafereño cedió a las acciones viles de Azuero.
Sin embargo, Manuela recibió el apoyo de las mujeres, quienes en consigna pronunciaron «Nosotras, las mujeres de Bogotá, protestamos de esos provocativos libelos contra esta señora que aparecen en los muros de todas las calles. La señora Sáenz, a la que nos referimos, no es una delincuente». El gobierno estuvo a punto de considerar éste y otros llamados de "las mujeres liberales", como ellas mismas se llamaron, pero un folleto, "La Torre de Babel", escrito por Manuela Sáenz, en el que no sólo ponía de manifiesto la ineficacia e ineptitud de los rectores del gobierno que se impusieron como sanguijuelas al poder.
Un manifiesto público de la Coronela en defensa de la calumnia y las facinerosas acciones, expresa: "…Pueden calificar de crimen mi exaltación; pueden vituperarme; sacien, pues, su sed; más no han conseguido desesperarme; mi quietud descansa en la tranquilidad de mi conciencia y no en la malignidad de mis enemigos, en la de los enemigos de S. E. El Libertador. Si aún habiéndose alejado este señor de los negocios públicos no ha bastado para saciar la cólera de éstos, y me han colocado por blanco, yo les digo: que todo pueden hacer, pueden disponer alevosamente de mi existencia, menos hacerme retrogradar ni una línea en el respeto, amistad y gratitud al General Bolívar; y los que suponen ser esto un delito, no hacen sino demostrar la pobreza de su alma, y yo la firmeza de mi genio, protestando que jamás me harán ni vacilar, ni temer. El odio y la venganza no son las armas con que yo combato; antes si desafío al público de todos los lugares en donde he existido a que digan si he cometido algunas bajezas; por el contrario, he hecho todo el bien que ha estado a mi alcance… ¿Por qué llama hermanos a los del sur y a mi forastera?... Seré todo lo que quiera: lo que sé es que mi país es el continente de la América y he nacido bajo la línea del Ecuador". [1]
Estas palabras muestran la sensatez de la Coronela para defenderse de la injuria pública y de los adversarios del Presidente y General Simón Bolívar. Hasta ahora, la injuria histórica nos plasma a Manuela como la amante indigna, pues, la mezquindad, el machismo de los sucesores y aquellos eruditos de la élite que escribieron la historia tergiversaron la realidad de los hechos que se suscitaron en la época, tanto que 179 años después de la fecha de muerte del Libertador, los escritores e historiadores contemporáneos basaron sus escritos en estos lúgubres textos. Sin embargo, la verdad es un verbo tan genuino y absoluto que siempre nace un quisquilloso para despertar a la mayoría del letargo con el mismo ímpetu con el que se dieron estos apasionados escenarios.
 
Muchos en sus prejuicios la señalan de infiel porque estaba casada, pues si le fue infiel a un negocio legalizado y amparado por la iglesia, sin embargo, no le fue infiel a sus sentimientos, pensamientos e ideales, más aún fue la única persona literalmente de confianza de Bolívar. No obstante, es necesario considerar que en esa época a las Señoritas se les arreglaba los matricidios con señores que enaltecieran la casta de la familia y supuestamente dignificaran la pureza del linaje. Mis apreciados lectores, esta Dama burló estos prejuicios y demostró en esa época como cuan mujer de este siglo XXI, que los mismos privan al ser de esta libertad plena, y se arriesgo a ser peligrosamente feliz.
A continuación, se plasma extractos de una carta que le escribió al doctor James Thorme, con la finalidad de que se reflexione el digno sentir de nuestra Libertadora. "…Y cree usted que yo, después de ser la predilecta de este general por siete años y con la seguridad de poseer su corazón prefiera ser la mujer del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, o de la Santísima Trinidad? Si algo siento yo es que no haya sido usted mejor para haberlo dejado. Yo sé muy bien que nada puede unirme a él bajo los auspicios de lo que usted llama honor. Me cree usted más o menos honrada por ser él mi amante y no mi esposo?¡Ah! Yo no vivo de las preocupaciones sociales inventadas para atormentarme mutuamente…El amor les acomoda sin placeres, la conversación sin gracia y el caminar despacio, el saludar con reverencia, el levantarse y sentarse con cuidado, la chanza sin risa; estas son formalidades divinas, pero yo, miserable mortal que me río de mi misma, de usted y de otras seriedades inglesas, etc., ¡qué mal me iría en el cielo! Tan malo como si fuera a vivir en Inglaterra o Constantinopla, pues los ingleses me deben el concepto de tiranos con las mujeres, aunque no lo fuese usted conmigo…" [2]
Atajo la continuación del mismo para compartir una anécdota que viví con un estimado y bien recordado profesor de la cátedra "Desarrollo Sociopolítico del Estado", la cual cursé en la universidad, a quien le expresé un día de esos tantos, mi simpatía por lo que implicó la vida de esta gran mujer que revolucionó con rebeldía el alma libertaria de la época y el corazón de Bolívar. En ese mismo instante miró mis ojos con cierta picardía y me preguntó: ¿realmente te gustaría ser como ella, te gustaría ser como Manuela Sáenz? Sinceramente, guardé silencio y no respondí, pues no supe como justificar este sentir rebelde y feminista que me identifica con el mismo sentir de justicia humana y tal afán por cambiar los sistemas políticos y el modo profundo para nutrir la conciencia de la mayoría, si apenas se puede con la nuestra. Asimismo, la complejidad en la que constantemente se debate una mujer ante el prejuicio y la inconciencia por parte de la mayoría de lo que implica el amor y la sexualidad. En este sentido, disculpen tal subjetividad que expreso con alma y pensamiento, pero me dignifica identificarme con esta Señora y se que son muchas las damas y jovencitas que les honra coincidir con estos pensamientos y sentires que dejó plasmados la idolatrada Manuelita en sus cartas y diarios.
En consecuencia, no sólo admiro su temple humanista sino su valentía para encarar sus ideales, quien se enfrentó con poesía y pasión a la Guerra y a las estrategias políticas, pues, esta señora profundizó con sabiduría cada texto que implicara nutrir sus conocimientos; relacionados con la política, las sociedades, los sistemas y estrategias geopolíticas, las artes, las literaturas, las tácticas militares y mejor aún llevó en su vena de la justicia benévola, tal y como expresó Bolívar a Santander, quien se irritó por la presencia de la fiel amiga en el Ejercito de Colombia como la Coronela, pues ella tenía una clara intuición de lo bueno y lo malo.
Tal y como expresó la Señora Sáenz en su diario, la historia absolverá su ser en reposo de la crueldad y la desgracia que se abatió en su contra y en contra de su gran amor Bolívar y la Independencia de los pueblos latinoamericanos. En conclusión, la musa que inspira ahora estas líneas son las cartas que Manuela y Bolívar se escribieron en aquellos tiempos de luchas internas, de conciencia, de luchas sociales y políticas ante la premura necesaria del cambio ideológico de la sociedad que yacía en el yugo español y embargada en los prejuicios de la fatua elite que aplastaba la dignidad de nuestros pueblos del caribe, de la línea del Ecuador y debajo de ella. Sin más invito a ustedes a regocijarse en la poesía literaria que destacó a estos dignos héroes amantes de la libertad plena y a evaluar exhaustivamente los modelos de formación histórica que aún se les imparte a nuestra generación de relevo de la verdad de nuestra patria y sus fundadores.
Manifiesto de Manuela Sáenz que circuló en Bogotá en una hoja impresa. Bogotá, 30 de junio de 1830. Las más hermosas Cartas de Amor entre Manuela y Simón. Fundación Editorial El Perro y La Rana, 2006.
Manuela Sáenz le responde una carta al doctor James Thorne, su esposo. Sin fecha. Las más hermosas Cartas de Amor entre Manuela y Simón. Fundación Editorial El Perro y La Rana, 2006.
 
Por: Erika Calanche Ramos
Ya camino a Santa Marta (Colombia), cuando se aproxima a sus últimos días, el Libertador le escribe: "Tu amor da una vida que está expirando. Yo no puedo estar sin ti, no puedo privarme voluntariamente de mi Manuela. No tengo tanta fuerza como tú para no verte: Apenas basta una inmensa distancia. Te veo, aunque lejos de ti. Ven, ven, ven luego. Tuyo de alma".

lunes, 22 de noviembre de 2010

25 de Noviembre: " Dia Internacional contra la violencia hacia las mujeres".

Uno de los aspectos más llamativos de la violencia contra las mujeres, son los asesinatos a manos de parejas o ex parejas. Pero la violencia sexista va, desgraciadamente, mucho más allá del crimen o de las palizas. La intimidación psicológica, que demasiados hombres ejercen sobre las mujeres, es también una perspectiva violenta no tan tenida en cuenta a la hora de analizar el terror físico.

Pero, además, desde nuestra perspectiva feminista debemos examinar la violencia machista de forma global como estructura casi indisoluble que nos invade socialmente. Y decimos que es una estructura perenne y permanente, porque la arbitrariedad institucional a la hora de abordar esta lacra, está cargada de una parcialidad patriarcal, más o menos consciente, que permite su perdurabilidad.

Desde IU y desde el movimiento feminista, venimos denunciando que son los gobiernos, el Estado desde cualquier ámbito territorial y de responsabilidad, quienes deben poner todos los medios políticos, personales, materiales y económicos para acometer de forma realmente integral la violencia de género.

Hasta ahora, las leyes puestas en marcha, tanto a nivel estatal como autonómico, se han demostrado ineficaces, no sólo porque en su mayoría están configuradas como declaración de intenciones sin soporte obligacional ninguno, sino porque además, al encarar la violencia de género desde el punto de vista de las relaciones "afectivas", dejan fuera del marco legal casi todos los aspectos que forman el conjunto de violencias que siguen amparado discriminaciones e injusticias hacia las mujeres. Por hablar del contexto español solamente, dícese, como ejemplos, la tenaz invisibilización y exclusión de las mujeres del poder real, el mantenimiento estereotipado de roles, la discriminación salarial y laboral, la objetualización corporal, las discriminaciones directas e indirectas, la explotación y esclavitud sexual, etc.

Izquierda Unida propuso hace tiempo un gran Pacto de Estado entre todas las fuerzas políticas y sociales, que aún mantenemos, que se basara en el compromiso de alcanzar a todos los niveles, un acuerdo que comprendiera básicamente la determinación de no avalar ni institucional ni socialmente, ninguna manifestación de violencia de género, combatiéndola de todas formas y con todos los medios al alcance.

Es decir, este Pacto vendría a poner todos los medios necesarios para que ninguna violencia, ya sea como manifestación individual o colectiva (empresa, medio de comunicación, institución, etc) no tuviera a partir de este Pacto, no sólo ningún tipo de complicidad, ni explicación o justificación, sino que además tuviera que enfrentarse a la fuerza de la justicia social.

Articulo de Charo Luque. Boletin  Izquierda Unida.
Noviembre 2010.
http://www.izquierda-unida.es/