miércoles, 29 de enero de 2014

Curiosidades sobre el Día de Muertos .




Abordar la historia de la humanidad nos ofrece un montón de hechos curiosos que no terminan de explicar los misterios estrechamente ligados a la existencia del ser humano, pero que complejizan y aportan puntos de vista valiosos. La forma en que enfrentamos la muerte es un asunto de relevancia, y por ello queremos compartir algunos datos curiosos acerca del Día de Muertos.

El festejo del Día de muertos es fruto de una tradición antiquísima. Sus raíces pueden rastrearse en el culto a los muertos realizados por aztecas, mayas y toltecas de la Mesoamérica prehispánica. Según fueran adultos o niños y las circunstancias de su muerte, se destinaba ciertos meses del año para rendir honores a los difuntos.

Para ello, se preparaba una recepción a los muertos que regresarían al mundo de los vivos durante estas fechas. Como forma de darles la bienvenida, se les dejaba ofrendas como comida, flores, incienso, además de recibirlos con música y bailes rituales. Esta costumbre permanece casi intacta hasta el día de hoy.

Como hemos visto antes, los mexicas tenían conocimientos avanzados de astronomía y el calendario azteca era fundamental para la celebración de rituales y festividades, además del importantísimo papel que tenía para la agricultura. De esta manera, la festividad que antecede al actual Día de Muertos se celebraba durante el noveno mes azteca. Por ello, el festejo comenzaba a principios de agosto y se extendía por todo un mes, presidido por Mictecacihuatl, la diosa de los muertos.

El reino de los muertos
Mictecacihuatl también es conocida como la Señora de Mictlan, el inframundo, según la mitología azteca. Era la encargada de cuidar los huesos de los muertos y presidir lo que luego, con la llegada del Cristianismo, sería el festejo del Día de Muertos. Mictecacihuatl, posteriormente, comenzó a asociarse a la ahora tradicional figura de la Catrina.

Al Mictlan llegaban todos quienes morían de muerte natural. Quienes lo hacían por otras causas, tenían un destino diferente. Si un guerrero moría en combate, tenía su morada final en el Tonatiuhichan; aquellas personas que perecían ahogadas iban al Tlalocán; si un niño pequeño o una persona moría en sacrificio por el bien de las cosechas, su lugar estaba en el Cincalco.

Catolicismo y tradición: sincretismo
Con la conquista de América se produjo una proceso de sincretismo, en el que las viejas tradiciones aztecas se mezclaron con el Catolicismo y las costumbres de los conquistadores. Los religiosos trajeron consigo las tradiciones del Día de Todos los Santos, que se festeja el 1 de Noviembre, y el Día de los Fieles Difuntos, el 2 de noviembre, que pronto se fusionarían con el tradicional festejo indígena. Las mismas costumbres españolas incluían ofrendas a los muertos y la asimilación de santos con dioses les dio a la Iglesia una posibilidad de cristianizar a los indígenas más sencillamente. De allí, la mixtura que hace del Día de Muertos una celebración tan particular.

El festejo en la actualidad
El Día de muertos se festeja en México, Centroamérica y en Estados Unidos, donde crece año a año y tiene una continuidad y correlato, por sus muchas similitudes, con Halloween. Estrictamente, los festejos de Día de muertos comienzan el 1 de noviembre y se extienden hasta el 2 de noviembre.
En los días previos, se realizan picnics en los cementerios en donde yacen los seres queridos y se adornan las tumbas con hojas de cempasúchil (tagetes erecta), una flor de un llamativo color naranja, como no podía ser de otra manera. Además, se utiliza incienso y velas, todo ello para guiar a los muertos de vuelta a sus hogares.

Los altares hogareños incluyen distintas ofrendas, como agua, pan, frutas y mole, además de otros alimentos y bebidas. Asimismo, la presencia de calacas, calaveras de azúcar, papel picado y otras ofrendas más elaboradas son típicas de este día.

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