viernes, 5 de noviembre de 2010

Soledad

Siempre te imaginé parte del universo
rondando entre el sol y las estrellas,
imaginé que un día por sorpresa llegarías,
ya que hasta ahí, solo tu nombre conocía.

En un momento percibí tu sombra
traté de verte por la rendija de una puerta,
El temor me hacía buscarte con mirada esquiva,
Y cerré mis ojos para no enfrentarte.

Por evitarte hice pactos con mi mente
dejé de vivir lo que tocaba,
temblaba al pensar que te podría tener delante mío,
sin pensar siquiera que tu también algo bueno traes

Sé que vienes sin que te llamen

sin aparentar una tarea por hacer
llegas para llenar el vacio
con el sonido del silencio que dejas escuchar

Miedo das, al que no te conoce
triteza, al que no te ha entendido
sufrir al que te asocia con dolor
sabiduría al que aprendió contigo

Tu vacío llena de lecciones,
tu silencio cubre de música los oidos,
haces explotar un manantial de pensamientos
para entender donde está el mejor camino

Dichoso el que sabiamente te ha probado
porque tu sabor tiene un toque exquisito,
y en especial aquel que entiende que tu presencia
nunca va a adormecer aquello que debe estar vivo.

Escrito por un poeta de la vida pero impregnado por la magia de las musas del Parnaso.

miércoles, 3 de noviembre de 2010

Los niños invisibles.

Casi todos los niños y las niñas encuentran en su familia la protección, el afecto y la estimulación que necesitan y a que tienen derecho. Según el siglo XX fue avanzando, los derechos infantiles fueron reconociéndose y haciéndose efectivos. Aunque asediada por muy diversos problemas, la infancia occidental cuenta hoy con muy elevados niveles de bienestar, protección y satisfacción de sus necesidades. Lamentablemente, existen también niños y niñas para los que la situación es muy diferente. Para ellos, su familia no es fuente de protección, sino de riesgo e incluso de maltrato, pues el maltrato infantil suele ocurrir en el interior de la familia. Es muy difícil determinar a cuántos niños y niñas afecta el maltrato, porque en su mayor parte se esconde de puertas adentro. En España, el maltrato grave conocido por el sistema de protección de infancia supone como mínimo 15.000 casos nuevos por año.
Falta un compromiso firme por una progresiva desinstitucionalización de los niños maltratados
En 2008 unos 11.000 menores fueron a centros, mientras solo 4.000 eran acogidos o adoptados
Cuando la familia abandona o maltrata, el Estado y sus instituciones tienen el deber de proteger. En algunos casos, la protección implica separar al menor de su familia temporal o permanentemente, según corresponda. Nuestra legislación establece que cuando un menor ha de salir de su familia, la alternativa prioritaria debe ser otra familia, en acogida o en adopción, según el caso. De acuerdo con la ley, las alternativas familiares deben ser siempre privilegiadas sobre las institucionales. Existe una apabullante evidencia científica que muestra las graves desventajas de la institucionalización. Y aunque es cierto que las instituciones para menores son cada vez mejores, no es menos verdad, que siguen siendo instituciones. Los humanos estamos hechos de un material que en la infancia necesita dedicación individualizada, compromiso personal, presencia y disponibilidad habitual de buenas figuras de apego. Es por ello lógico que la ley dé clara prioridad a las alternativas familiares frente a las institucionales como mejor respuesta al supremo interés del menor.
Papel mojado, por desgracia. Aunque las estadísticas españolas de protección de infancia son pobres, en 2008 (último año del que hay cifras oficiales disponibles), unos 11.000 menores entraron en instituciones de protección, mientras que aproximadamente 4.000 pasaron a acogimiento familiar o adopción nacional. Es decir, que de los menores españoles necesitados de protección, las tres cuartas partes van a parar a instituciones (la alternativa sin duda menos recomendable) y solo la cuarta parte va a familias.
Lo que ocurre en los países de nuestro entorno es lo contrario, porque en ellos o no hay institucionalización infantil o la existente es excepcional. España es uno de los países que más niños trae de fuera, a través de la adopción internacional, y uno de los que más menores nacionales mantiene en sus instituciones. Paradoja y anomalía tan incomprensibles como inaceptables. Pero este escándalo parece no quitar el sueño a nadie. En los centros, los niños se vuelven invisibles. Y en ellos (a veces peregrinando de uno a otro) pueden pasar muchos años de su infancia y adolescencia. Y cuanto más tiempo pasan en ellos, menos fácil es encontrarles una alternativa familiar y más daño acumulan. Por desgracia, son muchos los que entran pequeñitos y permanecen luego institucionalizados durante buena parte de su infancia, si no más.
En los últimos años, el sistema de protección de la infancia español se ha visto atrapado entre dos tsunamis. Por un lado, el de la adopción internacional, que tan positiva ha sido y al que tantos recursos se han dedicado. Por otro, el de los menores inmigrantes no acompañados, a los que hay que prestar atención inmediata y urgente. En medio, alejados de cualquier prioridad, los menores españoles necesitados de protección.
La institucionalización de la infancia es la medida menos recomendable, pero la más fácil de gestionar. Es mucho más sencillo contratar a profesionales para centros que buscar familias adecuadas y apoyarlas eficazmente. Pero lo más fácil para la Administración no siempre es lo más conveniente para los administrados. Cuando estos son niños y niñas que han tenido muy adversas experiencias familiares, y que lo que necesitan son vivencias reparadoras y terapéuticas, la institucionalización es sin duda lo menos deseable. El riesgo vivido en la familia es sustituido por los riesgos inherentes a la institucionalización, que son tantos como bien documentados y que afectan sobre todo al desarrollo emocional y la salud mental, pero también al rendimiento escolar y la integración social presente y futura. En la mayor parte de los casos, las instituciones no causan esos problemas, pero no sirven para resolverlos y con frecuencia contribuyen a agravarlos.
Habrá quien piense que, como suele ocurrir, lo mejor (acogimiento familiar o adopción) será mucho más caro que lo menos deseable (institucionalización). Pero es justo lo contrario. Un menor en un centro de protección español cuesta en torno a 3.000 euros al mes (bastantes son mucho más caros), frente a los 300 que puede implicar un acogimiento familiar (la mayoría no recibe ni siquiera eso y unos pocos acogimientos implican más coste). En adopción nacional, el coste es cero. No hay que hacer acogimientos familiares o adopciones porque sean más baratos, pero la alternativa menos deseable es además desproporcionadamente más cara. Mucho mejor gastado estaría ese dinero en prestar un adecuado apoyo, tanto profesional como económico, a buenas familias acogedoras.
Los responsables de la protección infantil española (comunidades autónomas de todo color político) siempre encuentran excusas para mantener este estado de cosas. El último pretexto para explicar nuestras altas tasas de institucionalización son los menores inmigrantes no acompañados, que en realidad solo contribuyen a aumentar un contingente formado sobre todo por niños, niñas y adolescentes españoles. Además, conviene recordar que también hay menores inmigrantes que llegan a otros países europeos y en los que mayoritariamente van también a familias acogedoras.
Otro gran pretexto es la falta de familias que se ofrezcan para acogimientos o adopciones nacionales, cuando lo que realmente falta son campañas sistemáticas y eficaces para promoverlas, primero, y medios para hacer luego su experiencia satisfactoria y atractiva. ¿Cuántas familias saben que cerca de su casa hay niños y niñas que están en centros y que necesitan un hogar en el que recibir el beso de buenos días, la charla alrededor de la mesa sobre cómo ha ido la mañana en el colegio, el rato de juego por la tarde, la lectura al pie de la cama cuando el día termina, el abrazo cuando la herida duele?
Sobran excusas y falta compromiso. Un compromiso claro, decidido y firme por una progresiva desinstitucionalización de nuestra infancia, con fecha puesta y empezando por los más pequeños. ¿O es que en un país tan solidario como España no hay de sobra familias dispuestas a que el año que viene fuera posible que ningún menor de dos años pasara una sola noche en un centro de acogida? Y si eso se hiciera bien, ¿no habría al año siguiente familias suficientes para que ningún menor de seis años pusiera el pie en una institución? Esas familias existen, pero hay que querer y saber buscarlas, atraerlas, prepararlas, apoyarlas y hacer que su experiencia sea satisfactoria. Para los niños y niñas implicados, sin duda lo será.
En los dos últimos años, una comisión del Senado ha estado analizando esta problemática. Las decisiones que de ella salgan deben acabar con tanto riesgo para quienes necesitan protección, con tanta y tan injustificable institucionalización. Mientras eso no ocurra, nuestro sistema de protección, cargado de excusas, estará incumpliendo la ley que debería ser el primero en cumplir. Porque es seguro que el supremo interés del menor no está en su institucionalización.
Jesús Palacios
es catedrático de Psicología Evolutiva y de la Educación de la Universidad de Sevilla.

Epidemia de malaria deja numerosos muertos en territorio Yanomami.

Un número aun incierto de yanomami fallecidos reportó el equipo de salud que retornó el pasado miércoles 27 de octubre del abordaje de las comunidades de Maiyotheri, Awakau y Pooshitheri ubicadas en una zona de difícil acceso en las cabeceras del río Putaco, municipio Alto Orinoco del estado Amazonas. Estas comunidades contaban con una población de aproximadamente 200 personas y la epidemia resultó en una alta mortalidad.
Las muertes son el resultado de un brote de malaria del que tenían noticias las autoridades regionales de salud desde el 31 de julio. Se realizaron varios intentos para llevar un equipo de salud a la zona, pero diversos factores impidieron que llegara al sector, que sólo es accesible por vía terrestre -a varios días de caminata-, o por helicóptero, en un helipunto abierto en el 2008, pero que fue cubierto por la vegetación haciendo imposible el descenso. Reportes de fallecidos y muchos enfermos graves empezaron a recibirse desde el 20 de septiembre.
A principios de octubre, un equipo técnico (sin médico) conformado mayormente por agentes de salud yanomami, pudo llegar a Maiyotheri caminando desde Parima y retornaron el 22 de octubre con la noticia de 51 personas fallecidas (25 en Maiyotheri, 19 en Awakau y 8 en Pooshiteri). Esta información fue recabada por los agentes de salud yanomami de los testimonios de los sobrevivientes de las tres comunidades. Describieron además un cuadro consistente en fiebre, vómitos, diarrea e ictericia. 48 personas estaban aún sintomáticas, pero no se pudo tratar a todas porque no contaban con suficientes medicamentos. Las láminas que trajeron reportaron 84% de positividad para malaria, con presencia de Plasmodium falciparum en un 50% (malaria grave).
Los habitantes de Maiyotheri abandonaron el shabono (casa comunitaria) y lo quemaron para que el helicóptero pudiera aterrizar. El sábado 23 de octubre un helicóptero MI 17 de la Guardia Nacional Bolivariana logró aterrizar, dejando un equipo de salud con suficiente personal (3 médicos, microscopista y agentes de salud yanomami), insumos y medicamentos para atender la emergencia, brindando atención médica, toma masiva de láminas y tratamiento antimalárico. Durante esta visita se reportaron dos nuevos fallecimientos, uno en Maiyotheri y otro en Awakau. Sin embargo, el equipo médico que visitó la zona, no ha podido verificar la información suministrada originalmente por el personal yanomami.
La situación descrita podría estar repitiéndose en otros sectores del territorio Yanomami, desde donde se han recibido reportes de brotes de malaria, como Hashimú, Yaritha, Koyowe y Siapa. Es urgente el abordaje por vía aérea (helicóptero) de estas comunidades para atender la coyuntura con la atención médica necesaria, y así evitar más muertes. Asimismo, es necesario volver a la zona de Maiyotheri para dar seguimiento a las personas que recibieron tratamiento. Sin embargo, más allá de la situación actual, la estructura sanitaria en el Alto Orinoco debe ser fortalecida con apoyo aéreo permanente, la instalación de radios en las comunidades de difícil acceso, la presencia del personal e insumos necesarios y el entrenamiento de agentes de salud comunitarios en los sectores que carecen de atención. Episodios como estos han ocurrido varias veces en estos territorios, y seguirán ocurriendo a menos que la estructura sanitaria esté realmente fortalecida.

elpueblosoberano.net

martes, 2 de noviembre de 2010

Dia de difuntos en Mexico.

Las ofrendas de Día de Muertos revisten todos los rincones de México, en recuerdo de los que se han ido. Los altares son adornados con vistosos colores que dan el papel picado, las flores de cempasúchil y la mano de león de rojo intenso, veladores, agua, comida, así como objetos del difunto.

La celebración conocida también como de los Fieles Difuntos es la más extendida de México y tiene raíces prehispánicas fundidas con la creencia católica de la vida en el más allá, señaló en un comunicado el Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (Conaculta).

Lo que para los antiguos habitantes de Mesoamérica era una forma cíclica de entender la naturaleza: vida y muerte, se fundió con la religión de los conquistadores, el día de Todos los Santos, lo que dio como resultado la celebración más fiel a la herencia de las culturas precolombinas.

Es tal la fuerza y arraigo de la festividad en sus diversas expresiones en todo el territorio nacional, que la celebración del Día de Muertos fue declarada en 2003 como Obra Maestra del Patrimonio Oral e Intangible de la Humanidad, por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO).

El Conaculta abundó que las ofrendas de Día de Muertos se colocan prácticamente en todo el territorio nacional, donde no pueden faltar los cirios, velas o veladoras, las flores, preferentemente de cempasúchil de amarillo intenso, y las rojas conocidas como mano de león o moco de pavo, que significa sangre de Cristo, un elemento imprescindible entre otros.

Detalla que los altares se adornan además con calaveras de azúcar, los incensarios con copal (de tradición prehispánica); el papel de china picado o con figuras alusivas a la celebración, como esqueletos y calaveras.

Asimismo mencionó que de acuerdo con la región o la etnia que se trate existen algunas variantes en la celebración del Día de Muertos. Puede ser en el adorno y composición de la ofrenda, también en las fechas y en el horario o los rezos. Además, en la forma ya sea festiva o trágica de dirigirse a los difuntos.

lunes, 1 de noviembre de 2010

Rigoberta Menchu: " Es una tragedia que Chile criminalice a los mapuches"

Como una tragedia calificó la Premio Nobel de la Paz Rigoberta Menchú, el tratamiento que se le da al pueblo mapuche en nuestro país.
De visita en Chile, donde participó en diferentes encuentros y dio una entrevista exclusiva al programa RadioAnálisis de nuestra emisora, Menchú lamentó que en el exterior las autoridades entreguen una visión de igualdad mientras se castiga a los pueblos originarios por sus legítimos reclamos.
"Realmente es una tragedia que Chile pregone igualdad, modernidad y recursos porque este país habla que ha superado la pobreza y realmente lo contradice con la criminalización que hacen con los mapuche, la criminalización de nuestros hermanos que están prisioneros, la criminalización de luchas por las tierras, que no les corresponde a ellos más que a los pueblos ancestrales", sentenció Menchú.
La líder indígena afirmó que dentro de este sistema es imposible "producir un mínimo beneficio para los pueblos originarios". "Sigue habiendo represión, censura y silencio. Es imposible pensar que en Chile se apliquen leyes como la Antiterrorista contra los indígenas".
Además Menchú hizo un repaso por la situación política y social que se vive en su nación de origen, Guatemala, en donde el crimen organizado, el narcotráfico y la impunidad se han conjugado para socavar al Estado.
Sin embargo, sostuvo que existe una oportunidad y no sólo para su país, sino para todas las democracias latinoamericanas, que es buscar respuestas a través de la participación de la gente y los pueblos originarios, cosa que lamentó no pase en la actualidad.
"Si todos los políticos escucharan a la gente tendrían las soluciones más fáciles. Pero ellos no escuchan y creen que tienen las respuestas. Cómo volvemos a despertar en el ser humano la humildad, la bondad y la solidaridad ? El occidente pregona un concepto muy valioso que es el bien común. Pero no tenemos una referencia de él cuando hay violencia, ultraje, robo, es decir, todo lo que lo contradice. Nosotros no somos mesías para el futuro, pero sí creemos que podemos dar una contribución para rescatar códigos de ética y valores para no ocultar los problemas", aseguró.
Rigoberta Menchú se mostró en contra de que los pueblos indígenas sean calificados como minorías, porque son una civilización que no han podido ser destruidas a pesar de la colonización, por lo que demandó mayor interés por su conocimiento para el fortalecer las democracias y las sociedades del continente.
Fuente: Radio U de Chile
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