viernes, 4 de marzo de 2016

La pobreza rural necesita protección social, según la ONU.


 El éxito de la agenda de desarrollo posterior a 2015 de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) dependerá de que nadie quede excluido de la lucha para erradicar el hambre y la pobreza para el año 2030, y especialmente la población rural pobre.
Más de 70 por ciento de la población pobre vive en zonas rurales y en comunidades indígenas que están profundamente arraigadas a su medio, como los campesinos y los pastores de subsistencia, las comunidades pesqueras, los trabajadores migrantes y los artesanos.
Entre las medidas de protección social se incluyen la atención médica financiada por el Estado, la educación primaria y secundaria gratuita, las transferencias de dinero, los subsidios económicos, la seguridad social, las pensiones de vejez y las medidas de acción afirmativa para eliminar la discriminación contra las mujeres, los indígenas y los discapacitados. Crédito: Sujoy Dhar/IPS
Sin embargo, la ONU señala que el empoderamiento de la población rural – sobre todo en África subsahariana, América Latina y el Caribe y Asia – “es un primer paso esencial para la erradicación de la pobreza”.
En el mundo actual, según el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, demasiadas personas siguen padeciendo la exclusión, muy pocas economías alcanzaron un crecimiento inclusivo y sostenible, y la gente se frustra porque sigue “quedándose atrás” aunque “trabaje más duro”.
Las economías deben estar al servicio de la gente, mediante políticas sociales integradas eficaces, especialmente en un mundo donde la desigualdad sigue siendo excesiva y donde muy pocas economías lograron el crecimiento sostenible.
Tal vez una de las armas más exitosas en la lucha contra la pobreza rural y la desigualdad económica sea la protección social, como se muestra en varios países en desarrollo, como Botswana, India, Kenia y Namibia.
Entre las medidas de protección social se incluyen la atención médica financiada por el Estado, la educación primaria y secundaria gratuita, las transferencias de dinero, los subsidios económicos, la seguridad social, las pensiones de vejez y las medidas de acción afirmativa para eliminar la discriminación contra las mujeres, los indígenas y los discapacitados.
Para Sergei Zelenev, director ejecutivo del Consejo Internacional sobre Bienestar Social, de Uganda, estas medidas son una inversión y no un costo, y el acceso a las mismas, incluida la seguridad básica del ingreso, debe garantizarse a toda persona que lo necesite, dadas las prioridades y límites nacionales.
La agenda de desarrollo post 2015 de la ONU brinda una oportunidad sin precedentes para que la Organización Internacional del Trabajo y el Banco Mundial sumen fuerzas para hacer que la protección social sea una realidad para todos en todas partes, destacó en una reunión de la Comisión de las Naciones Unidas para el Desarrollo Social, celebrada a principios de este mes.
Los Estados podrían considerar la elaboración de un proyecto de resolución del Consejo Económico y Social sobre mínimos nacionales de protección social como un paso hacia la protección universal, sugirió.
Kunal Sen, profesor de Economía del Desarrollo de la británica Universidad de Manchester, argumentó en una reciente mesa de discusión en la ONU que las capacidades administrativas débiles y la falta de compromiso político son algunas de las razones que explican la escasa aplicación de las políticas sociales y económicas.
En materia de protección social, las políticas actuales son una parte integral de los programas de lucha contra la pobreza en África, América Latina y Asia, agregó.
Sen indicó que sus investigaciones en Etiopía, Kenia, Ruanda, Uganda y Zambia confirman que el compromiso político y el intercambio de mejores prácticas, así como la financiación, son las claves para el éxito.
Las personas que viven en la pobreza extrema superan los 1.200 millones del total mundial de más de 7.200 millones de habitantes.
Los expertos proyectan que India, con una población de 1.300 millones de personas y una tasa de crecimiento demográfico de 1,3 por ciento anual, será el país más poblado del mundo en 2035. En la actualidad hay más de 400 millones de personas que viven en la pobreza en ese país, sobre todo en comunidades rurales.
El desarrollo será sostenible solo cuando todos los sectores de la sociedad realicen su potencial y contribuyan al máximo, subrayó Mayank Joshi, de India.
Actualmente, el país asiático aplica el mayor programa de transferencia de dinero del mundo, con 5.000 millones de dólares para impulsar los esfuerzos nacionales por el crecimiento económico inclusivo.
Berzack Maphakwane, de Botswana expresó que los esfuerzos nacionales de su país en varias áreas, entre ellas el buen gobierno, la participación ciudadana y el combate a la pobreza, incluyen un sistema de protección social integral, centrado en las personas, con transferencias de dinero para proteger y potenciar a los grupos vulnerables, además de un programa de capacitación de la juventud.
El gobierno de Botswana aplicó subsidios que fomentan la producción de alimentos y la acumulación de activos entre las personas con pocos recursos para ayudar a lograr la seguridad alimentaria de los hogares y permitirles salir de la pobreza, dijo.
La embajadora de Kenia, Koki Muli Grignon, declaró que pese a los notables avances de los últimos años, resulta alarmante que 80 por ciento de la pobreza del planeta se concentre en África subsahariana y Asia meridional.
Como señaló el informe del secretario general, África sigue con problemas de altos niveles de pobreza, desigualdad y desempleo generalizado, especialmente entre los jóvenes, las mujeres y otros grupos desfavorecidos.
Con un enfoque centrado en la gente, el gobierno de Kenia emprendió diversas medidas para garantizar que todas las personas disfruten de igualdad de oportunidades.
Para garantizar la inclusión social, Kenia decidió que 30 por ciento de todas las licitaciones de obras, bienes y servicios se destinen a jóvenes, mujeres y personas con discapacidad, con el fin de potenciar su capacidad empresarial para crear riqueza e impulsar el desarrollo.
Además, asignó 700 millones de dólares para atender las necesidades de los jóvenes y ofrecerles capital para abrir empresas.
El comisario de Equidad en el Empleo de Namibia, Vilbard Usiku, declaró que para complementar los esfuerzos nacionales es fundamental una arquitectura económica y financiera de apoyo que sea justa, así como una alianza mundial para el desarrollo sostenible.
En el contexto de su historia del apartheid, que dejó un legado de grave desigualdad en el ingreso, Namibia aprobó una ley de acción afirmativa destinada a garantizar que grupos designados, incluidas las mujeres, personas que anteriormente eran desfavorecidas por su origen étnico y con discapacidad, recibieran un trato preferencial en las decisiones de empleo.
La erradicación de la pobreza es una de las prioridades nacionales, dijo, y añadió que la educación de calidad, la formación y la inversión en “capital humano” ponen a las personas en el centro del desarrollo sostenible.

http://www.ipsnoticias.net/2016/02/la-pobreza-rural-necesita-proteccion-social-segun-la-onu/
Por Thalif Deen

lunes, 29 de febrero de 2016

Pueblo Warao diezmado por el Sida.



Los médicos están enfrentando una epidemia que pone en riesgo la supervivencia del pueblo Warao. Se estudian varias hipótesis sobre la propagación, mientras las autoridades han optado por mantener el caso en silencio.
El día que monseñor Felipe González le pidió a los habitantes de San Francisco de Guayo –un poblado indígena localizado en el Delta del Orinoco, al extremo nororiental de Venezuela– que describieran lo que la gente sentía antes de morir, todos comenzaron a nombrar: diaraya (fiebre), sojo (diarrea), botukataya (pérdida de peso), botobotoya (debilidad), ataearakateobo (mareos).
Ninguno mencionó la enfermedad que engloba todos esos síntomas. “Señores, ustedes están muriendo de Sida”, sentenció el sacerdote.
En San Francisco de Guayo, como en otras comunidades de los caños cercanos, muchos indígenas de la etnia Warao no llaman al VIH-sida por su nombre sino por los síntomas que experimentan.
Luis José Rodríguez, médico de la zona, ha tenido que dar explicaciones similares a las del sacerdote.
Ya que los indígenas Warao sólo advierten la fulminante presencia de la enfermedad cuando el cuerpo comienza a descomponerse.
Rodríguez, tiene muy presente el episodio porque recientemente le dio la noticia a una paciente de Jeukubaca, otra comunidad del municipio Antonio Díaz en Delta Amacuro.
“Lo tomó como si nada”, recuerda. “Le pregunté: ‘¿sabes lo que es el VIH-sida?’. Y me dijo: “No, no sé”. Al revisar la historia de esta paciente encontraron que su anterior esposo había muerto de VIH.
San Francisco de Guayo forma parte de las más de 365 comunidades asentadas en el municipio Antonio Díaz, el más grande de los cuatro que integran el estado Delta Amacuro – uno de los territorios de origen de dicha etnia- y una de las ocho comunidades donde realizaron las pruebas pilotos.
El doctor Julián Villalba y otros investigadores del Instituto Venezolano de Investigaciones Científicas y el Instituto de Biomedicina de la Universidad Central de Venezuela, elaboraron un estudio sobre la epidemia de VIH en los indígenas Warao y sus patrones epidemiológicos (2013).
Los especialistas se alarmaron porque 9,55 por ciento de los habitantes de estas ocho comunidades habían contraído el Virus de Inmunodeficiencia Humana, como se muestra en un reportaje publicado en la Plataforma de Periodismo Latinoaméricano CONNECTAS.
Según el Censo del año 2011 de Venezuela, en el Delta Amaracu la población ronda los 165.525 habitantes, de los cuales el pueblo indígena Warao tiene una población de 49.771 individuos.
La palabra Warao quiere decir “gente de la canoa” o “gente de los caños”. Su modo de vida se desarrolla en las riberas del río Orinoco, en viviendas autóctonas tipo palafito y se transportan usando una curiara.
Pero el hecho de haberse quedado en este lugar tan recóndito de Venezuela no les aseguró que su cultura haya permanecido intacta.
Este poblado tiene una misión católica capuchina hace 73 años y posteriormente llegaron las religiosas de la congregación Terciarias Capuchinas quienes todavía permanecen en Guayo.
Los análisis también arrojaron que en esta comunidad la transición al virus es más letal y se produce con mayor rapidez, esto ocurre cuando la persona ha sido infectada por más de una cepa del virus.
Además de tener una variante más agresiva del virus, sobresalen enfermedades como tuberculosis, hepatitis B, entre otras, que ensombrecen la situación.
También se halló que la prevalencia del virus fue más significativa en los hombres en comparación con las mujeres entre las edades de 18 y 30 años.
La mayoría de los infectados llega al hospital ya en la última etapa del Sida, donde uno de los síntomas es una diarrea que no se detiene.
“Cuando ellos llegan con un síndrome diarreico crónico de más de un mes de evolución, uno pregunta ¿eres casado? ‘Sí’. ¿Concubino? ‘Sí’. ¿Cómo se llama tu esposo? ¿Vive contigo?
"Muchísimas veces el esposo está en Bolívar, está en Cambalache”, explica el doctor Rodríguez. Cambalache, es un basurero ubicado en el Estado Bolívar, a unos 260 kilómetros de San Francisco de Guayo, donde buena parte de los Warao que van a este lugar regresan con VIH.
Se especula que las idas y venidas entre Cambalache y las demás zonas donde habitan los Warao sean la causa de la generalizada propagación del virus entre la población.
Los barcos que transportan mercancías relacionadas con la industria minera y cuyas rutas atraviesan o se aproximan al Delta del Orinoco, es otra de las hipótesis sobre el contagio que se tiene.
“Traen tuberculosis, VIH, hepatitis y una semana sin actividad sexual. Entran sin ningún control sanitario”, comenta, Jacobus de Waard, biotecnólogo quien actualmente dirige el Laboratorio de Tuberculosis en el Instituto de Biomedicina de la Universidad Central de Venezuela.
Muchos de los marineros proceden de Filipinas y pasan por estas locaciones en busca de sexo. Es probable que de alguno de estos lugares los Warao hayan importado el virus y que cuando regresaron al Delta del Orinoco comenzara la proliferación.
Otra de las suposiciones sobre el contagio manejadas por los nativos, es acerca de los Tidawinas cuyo vocablo Warao significa mujer con pene.
Tradicionalmente las familias más acaudaladas de la etnia incluían dentro de su estructura a una segunda esposa, quien mantenía relaciones sexuales exclusivamente con el marido y se desempeñaban en algunos hogares, como ayudante de la primera mujer.
Según el antropólogo Olivier Allard, en su libro: Pueblos Indígenas e Identidades de Género: el dualismo sexual sometido a discusión, la discriminación comenzó por presión de los misioneros y la sociedad criolla quienes proscribieron, invisibilizaron y ridiculizaron a esta figura transgénero, desestructurando su identidad y llevándolo a ocupar un lugar marginal en el tejido social y ahora responsable directo del VIH, porque ya muchos Warao relacionan al Tidawina como un factor de riesgo para contraer la enfermedad. Relegados a la clandestinidad, algunos de ellos se han dedicado a la prostitución.
Luis Felipe Gottopo añade que las contradicciones actuales pueden ser el resultado de la flexibilización de las normas sexuales tradicionales, como consecuencia de la interacción con el mundo criollo.
Sin embargo, insiste en la necesidad de garantizar la atención médica y la prevención a través de campañas especiales. “Después de todo, se trata de una enfermedad que llegó con el mundo exterior, por lo que también deben recibir tratamientos de ese mundo exterior”, afirma.
Por su parte y a pesar del estudio realizado por los investigadores, el cual fue presentado en reuniones con las viceministras de salud y las actuales autoridades sanitarias, quienes aseguraron que tomarían medidas, considerando que una parte de la institución ya conocía el problema, y que debían planificar una investigación de campo.
En el año 2015 algunos especialistas de estos estudios y antropólogos de otra investigación Estudio de VIH en poblaciones Warao, se reunieron con representantes de la Defensoría del Pueblo para plantearles la situación.
Sólo se sabe que luego de esto viajaron a Tucupita, se reunieron con autoridades y realizaron talleres con líderes comunitarios.
Desde ese entonces, nada ha cambiado. Mientras las aguas del Orinoco siguen corriendo, hay nuevas historias de indígenas Warao con VIH.
Con el paso del tiempo los médicos han advertido que los nuevos portadores del virus llevan en la sangre una variante más agresiva que los está matando en menos de cinco años.
Ningún ente está garantizando que todos puedan acceder al tratamiento: “Yo tengo siete años aquí, he escuchado que tienen VIH y no he visto que han recibido tratamiento. Cada año mueren cuatro o cinco”, aseguró Luis Tocoyo, profesor en una escuela de Jobure, otra comunidad con alta prevalencia en casos con VIH.

Por Minerva Vitti*
http://www.servindi.org/actualidad-informe-especial-noticias/11/02/2016/pueblo-warao-diezmado-por-el-sida