viernes, 4 de diciembre de 2015

¿Qué son los nativos digitales? ¿Y los inmigrantes digitales?

Si tratásemos de segmentar (algo que amamos hacer los mercadólogos o nos sentimos desubicados) podríamos decir que Nativos Digitales es el término que describe a los menores de 30 años, que han crecido con la tecnología y, por lo tanto, tienen una habilidad innata en el lenguaje y el entorno digital. Las herramientas tecnológicas ocupan un lugar central en sus vidas y dependen de ellas para todo tipo de cuestiones cotidianas como estudiar, relacionarse, comprar, informarse o divertirse.
Hay que decir que no todo menor de 30 es un nativo digital aún cuando haya nacido en un marco circunstancial como el descrito; lo cual abre una cuestionante… Aquellas personas nacidas en un periodo distinto pero que manejan la tecnología incluso mejor que los menores de 30 ¿Qué denominación reciben? La respuesta es que no son nativos digitales, sino inmigrantes digitales.
Inmigrantes digitales son aquellos que se han adaptado a la tecnología y hablan su idioma pero con “un cierto acento”. Estos inmigrantes son fruto de un proceso de migración digital que supone un acercamiento hacia un entorno altamente tecnificado, creado por las TIC. Se trata de personas entre 35 y 55 años que no son nativos digitales y han tenido que adaptarse a una sociedad cada vez más tecnificada.
Ventajas de los nativos digitales
Los inmigrantes digitales tienen cierta tendencia a guardar en secreto la información; los nativos digitales comparten y distribuyen información con toda naturalidad.
Los procesos de actuación de los inmigrantes digitales suelen ser reflexivos y, por lo tanto más lentos, mientras que los nativos digitales son capaces de tomar decisiones de una forma rápida, sin pensarlo mucho.
En los juegos electrónicos, los utilizados por los inmigrantes digitales suelen ser lineales en funcionamiento y objetivos, mientras que los de los nativos digitales son más complejos, implicando la participación y coordinación de más jugadores.
Desventajas de los nativos digitales
Si piensa que todo está a favor de los nativos digitales, reconsidérelo porque este grupo suele pasar el menor tiempo posible en una labor determinada, por lo que la información que manejan tiende a ser somera y superficial, acompañada en ocasiones, de una ansiedad causada por abrir continuamente el mayor número de frentes posibles, provocando pérdidas de productividad, descensos en la capacidad de concentración y períodos de atención muy cortos con una tendencia a cambiar rápidamente de un tema a otro.
La importancia de conocer a los nativos e inmigrantes digitales
¿Por qué es tan importante el conocimiento de estos grupos? Creo que con la explicación dada, cualquier otra aclaración está de más, sin embargo con lo anteriormente citado podemos entender por qué el boom del social media y el éxito de herramientas como Twitter, Facebook o Foursquare; podemos comprender por qué los niños toman la computadora como una herramienta natural; por qué el iPad y toda la generación de gadgets “i” tiene tanto éxito en el mercado; por qué muchas otras marcas de cámaras ofrecen subir con un sólo click, fotos y videos a YouTube; podemos entender los nuevos diplomados y maestrías de las universidades, especialmente en Europa; podemos entender la enorme diferencia entre que Barnes&Noble vaya a online y que Amazon haya nacido online… en síntesis, podemos comprender cómo está funcionando el marketing hoy en día y cuál es la enorme diferencia entre las famosas 4 P´s del marketing tradicional y las 4P´s del marketing digital.
Éste es el nuevo mundo digital, la nueva realidad, un paradigma que está cambiando tan rápido que atreverse a sugerir dónde terminará sería insensato… Lo único que podemos hacer es seguirle el paso a este tren, sin importar si lo hacemos naturalemnte como nativos o esforzándonos un poco más, como inmigrantes.


Por 
http://www.luismaram.com/2010/09/07/que-son-los-nativos-digitales/

lunes, 16 de noviembre de 2015

Uruguay apuesta en grande a las nuevas energías renovables.


Uruguay pretende alcanzar la neutralidad en carbono para 2030, y para ello transforma su matriz energética, ya mayoritariamente renovable, con el impulso de fuentes limpias no convencionales y una estrategia que combina desde asociaciones público privadas hasta nuevas inversiones.

"Este país cerró 2014 con 55 por ciento de energías renovables en su matriz global, cuando el promedio mundial es de apenas 12 por ciento", destacó el presidente del Sistema Nacional de Respuesta al Cambio Climático, Ramón Méndez, durante un encuentro sobre el sector.

Además, 94 por ciento de la generación eléctrica provino de fuentes renovables, acotó, en un país que solo es responsable de 0,06 por ciento de las emisiones globales de gases de efecto invernadero, causantes del recalentamiento planetario.

La transformación energética comenzó durante el anterior gobierno del actual presidente, Tabaré Vázquez (2005-2010), aunque el país no partía de cero en fuentes renovables, explicó en entrevista con IPS el físico Gonzalo Abal, del Laboratorio de Energía Solar de la Universidad de la República del Uruguay.

Uruguay ya tenía un fuerte componente renovable, gracias a la fuente hidroeléctrica, pero esta es una alternativa vulnerable, por supeditarse a los vaivenes climáticos.

Tradicionalmente, el país dependió de cuatro antiguas centrales hidroeléctricas, tres sobre el río Negro, construidas entre los años 30 y 70, y una más sobre el río Uruguay, compartida con Argentina, de la década de los 70.

Además, dos vetustas plantas térmicas a fueoil han operado como respaldo cuando por falta de agua se reducía o paralizaba la generación hidroeléctrica, la última vez en 2004.

Este país del Cono Sur americano, con 3,3 millones de personas, ha explotado totalmente la fuente hidroeléctrica, al menos la de gran potencial, y por eso comenzó a apostar por la fuente eólica y luego la biomasa, que son las dos donde más ha avanzado, según datos aportados por los especialistas y documentos consultados.

La transformación energética requirió de un marco legal, que incluyó la autorización a los clientes conectados a la red de baja tensión de generar electricidad de origen renovable eólica, solar, biomasa o minihidráulica con una potencia no mayor a 150 kilovatios.

También se aprobaron varias iniciativas como la Política Energética 2005 2030, y el Plan Nacional de Eficiencia Energética 2015-2024, aprobado el 3 de agosto.

El Plan aspira a reducir el consumo de energía en todos los sectores, pero en particular en el residencial y de transporte, que serán responsables de 75 por ciento de la disminución total acumulada para 2024.

Además, se modificó la Ley de Promoción de Inversiones, para incentivar a que los proyectos incluyan al menos cinco por ciento de la inversión en energía renovable, a cambio de la reducción tributaria, mediante un indicador de producción más limpia.

La estatal Administración Nacional de Usinas y Trasmisiones Eléctricas (UTE) es responsable de la generación, la trasmisión, la distribución y la comercialización de energía eléctrica para 1,2 millones de clientes distribuidos en los 176.215 kilómetros cuadrados del territorio uruguayo.

La empresa estatal monopoliza la distribución energética, pero no la generación, en la que participa el sector privado, lo que implicó la dificultad de sumar el área a los objetivos de la estrategia energética.

Al final de 2014, Uruguay contaba con una potencia total instalada de 3.719 megavatios, incluyendo los generadores conectados al Sistema Interconectado Nacional y otros autónomos y de autoproducción, según datos del Ministerio de Industria, Energía y Minería.

Hándicaps renovables

Las grandes plantas de celulosa están generando su propia energía a partir de la biomasa y vendiendo su excedente a la UTE. El problema de esta fuente es que al quemarse libera CO2, uno de los principales gases de efecto invernadero.

Y si bien existe la tecnología para que las emisiones sean totalmente limpias, en Uruguay la situación todavía es mixta. "Hay instalaciones muy nuevas que funcionan de forma muy limpia y hay instalaciones viejas y obsoletas que queman la biomasa con todo el humo que genera", explicó Gonzalo Abal.

El problema de la energía eólica y la solar es que no son programables. "Es un problema en la red eléctrica, que es un sistema de suma cero: la energía que se genera en un momento dado tiene que ser igual a la energía que se consume en ese momento", y debe complementarse con una fuente que se pueda programar como es la hidroeléctrica, siempre que no haya sequía, agregó.

La potencia estuvo compuesta por 1.538 megavatios de origen hidráulico, 1.696 megavatios térmicos (combustibles fósiles y biomasa), 481 megavatios de origen eólico y cuatro megavatios de generadores solares fotovoltaicos, detalla el Balance Energético Nacional de 2014.

Considerando la potencia instalada por fuente, 66 por ciento correspondió a la energía renovable (hidráulica, biomasa, eólica y solar), mientras que el restante 34 por ciento constituyó energía no renovable (gasóleo, fueloil y gas natural).

En la economía, hubo un cambio estructural en la matriz de consumo energético a partir de 2008, que se mantuvo igual los últimos siete años. El sector industrial es el que más consume (39 por ciento), seguido del transporte (29 por ciento), residencial (19 por ciento), comercio y servicios (ocho por ciento) y por último el agro, la pesca y la minería (cinco por ciento).

Entre 2007 y 2014, la industria desplazó al transporte al segundo lugar y produjo el incremento del consumo de biomasa. Las empresas de pulpa de celulosa fueron decisivas en ello, porque gracias a esa fuente se volvieron autosuficientes en más de 90 por ciento, dentro de la transformación iniciada en 2005.

En este país, "el cambio importante se dio en la eólica; allí es donde se hicieron necesarios los cambios y se enfrentaron desafíos", aseguró a IPS el especialista Gerardo Honty, del Centro Latino Americano de Ecología Social.

La energía eólica está en pleno desarrollo y "estamos cerca de un gigavatio (1.000 megavatios) de capacidad instalada, estamos en cronograma con lo previsto", destacó Abal a su vez.

En cuanto a la energía solar fotovoltaica, "tenemos una planta ya operativa de 50 megavatios, son 100 hectáreas de paneles solares, y se empezó a desplegar una segunda de 50 megavatios con capitales europeos", detalló este académico.

"Las demás plantas, unas 15, son más pequeñas, del orden de entre uno y cinco megavatios, y están distribuidas en el norte del país", añadió Abal.


Conexión con los vecinos
Uruguay diversifica la canasta de fuentes de energía, pero también puede "agrandar el tamaño de la red geográfica, si tú te interconectas con Argentina y el sur de Brasil, la probabilidad de tener un evento atmosférico que te deje sin generación eólica en toda esa área, en toda la pampa húmeda, es muy baja", explicó el físico.

El Sistema Interconectado Nacional cuenta con interconexiones con Argentina (2.000 megavagtios) y con Brasil (70 megavatios y en ampliación a 500 megavatios), esta última demorada debido a que la generación tiene frecuencias diferentes en cada red, y hay que establecer un sistema de conversión para superar el problema.

En Uruguay, "el problema no es el sector eléctrico sino los motores de combustión que no pueden ser abastecidos con las (fuentes) renovables mencionadas", puntualizó Honty.

El desafío futuro está en el transporte y en especial en el público.

La Intendencia (alcaldía) Municipal de Montevideo evalúa la alternativa de vehículos eléctricos autónomos por su eficiencia energética, porque asegura cero emisiones contaminantes y reduce al mínimo la contaminación sonora, indicó el economista Gonzalo Márquez, del departamento de Movilidad, en un foro sobre energía.

Pero todavía no hay un cronograma previsto, comentó a IPS, porque hay dificultades a resolver como los costos de la unidad, el mantenimiento, la autonomía de la batería y el subsidio que tiene el transporte público, "un costo oculto que asume la sociedad".

Uruguay apuesta a que para cuando termine la transformación en el sector energético, las emisiones contaminantes serán de entre 20 a 40 veces menores al promedio mundial, proyectó Méndez, el máximo responsable gubernamental de la respuesta al cambio climático.

Además, este país pretende ser neutral en carbono para 2030. Eso significa que "estamos planteando para ese año que lo que capturemos de CO2 (dióxido de carbono) sea mayor a lo que emitamos en toda nuestra economía".

Editado por Estrella Gutiérrez
http://www.ipsnoticias.net/2015/11/uruguay-apuesta-en-grande-a-las-nuevas-energias-renovables/

jueves, 12 de noviembre de 2015

¿Por qué se están muriendo las abejas?


Se ha notado un declive alarmante de abejas melíferas desde 1980. En 2006, los apicultores reportaron que entre el 30 y 90 por ciento de sus colmenas estaban desapareciendo, dejando a la reina sin suficientes abejas obreras. Este problema se denominó el síndrome de colapso de la colmena (CCD por sus siglas en inglés).

La importancia de las abejas melíferas

El síndrome de colapso de la colmena es una amenaza no tan sólo para la producción de miel, sino también para una tercera parte de la producción agrícola de los Estados Unidos y alrededor del 70% de las hortalizas más importantes del mundo.
Las abejas son indispensables para la producción de las manzanas, pepinos, cebollas, zanahorias y almendras, entre muchos otros alimentos.
Aunque es difícil saber exactamente qué es lo que está causando la muerte de tantas abejas, los científicos concuerdan que el síndrome de colapso de la colmena se debe a una combinación de factores, pero la causa principal del deterioro de las abejas tiene que ver con las prácticas agrícolas industriales.
Irónicamente, la misma industria que depende tanto de las abejas las está matando.

Causas principales del síndrome de colapso de la colmena

Los insecticidas (especialmente los neonicotinoides): Las abejas son sensibles a los químicos en general, pero especialmente a una clase de insecticidas llamados neonicotinoides. Los neonicotinoides afectan el sistema nervioso de las abejas y destruye su habilidad de navegar, causa parálisis y eventualmente termina en la muerte. Al parecer, las abejas dan preferencia a flores tratadas con neonicotinoides, quizás de una manera similar a las personas que fuman a pesar de los daños que causan los cigarros. Algunos tipos de neonicotinoides, por ejemplo el imidacloprid y la clotianidina, se han prohibido en Europa debido al efecto negativo que tienen para las abejas; sin embargo las empresas agroquímicas que producen los pesticidas (Bayer y Syngenta) han levantado una demanda contra la Comisión Europea retar su prohibición. Mientras tanto, en los Estados Unidos los neonicotinoides se siguen utilizando, aunque legalmente no se deben aplicar cuando hay abejas presentes.
La pérdida de habitat: Las abejas viajan grandes distancias en busca de flores. La urbanización reemplaza el habitat natural de las abejas con carreteras, centros comerciales y departamentos. Las abejas tienen que viajar más lejos para encontrar comida y la variedad de los alimentos disponibles es muy reducida. Esto provoca estrés y afecta la habilidad de las abejas de sobrevivir. Para empeorar la situación, en las zonas rurales los ecosistemas nativos se han destruido para crear campos donde se siembran las hortalizas que dependen de las abejas para producir frutos... pero las plantas se han empapado de los mismos químicos que matan a las abejas. En pocas palabras, destruimos las fuentes naturales de alimento para las abejas mientras las obligamos a consumir néctar infundido con un coctél de químicos mortales. Y nos sorprendemos cuando las colmenas sufren.
Los parásitos y las enfermedades: Aunque las causas más importantes de la muerte de las abejas son los dos factores anteriores, los parásitos, hongos, bacterias y virus son más fáciles de observar y a veces parecen ser los culpables. Sin embargo, una colmena sana puede resistir la enfermedad y los parásitos mucho mejor que una colmena ya estresada por otras razones. Entonces los parásitos y las enfermedades también contribuyen al síndrome de colapso de la colmena, pero su influencia es exagerada debido a la debilidad previa de la colmena.

Otros problemas que contribuyen a la disminución de las abejas

La radiación electromagnética emitida por los teléfonos celulares y torres de comunicación inalámbrica puede interferir con la navegación de las abejas. Investigadores de la Universidad de Landau en Alemania observaron que las abejas no regresaban a su colmena cuando había teléfonos celulares cercanos.
El cambio climático puede ser otra fuente de estrés para las abejas debido a la exageración de las fluctuaciones de temperatura y precipitación, los cambios en las temporadas de floración, y la extensión geográfica y estacional de los agentes .


http://vidaverde.about.com/od/Jardin-organico/fl/Por-que-se-estan-muriendo-las-abejas-sindrome-de-colapso-de-la-colmena.htm

miércoles, 11 de noviembre de 2015

La desaceleración económica amenaza al progreso.



La desaceleración del crecimiento económico a partir de 2008, y especialmente tras el derrumbe de los precios de los productos básicos a finales de 2014, amenaza con revertir los logros del excepcional lustro previo a la crisis financiera mundial, cuando el crecimiento del Sur en desarrollo superó al del Norte industrializado.
Desde 2002, muchos países en desarrollo, incluidos algunos de los más pobres, crecieron más rápidamente después de un cuarto de siglo de estancamiento en África, por ejemplo.
La economía mundial corre el riesgo de continuar su espiral descendente hacia el estancamiento prolongado. Los mecanismos de vigilancia mejorados del Fondo Monetario Internacional no generaron una mejor coordinación macroeconómica internacional, como se pregonaba.
Pero esa no ha sido su tardía recompensa por apegarse a las políticas prescritas por el saber convencional, como afirman algunos apologistas de los programas de ajuste estructural en los últimos 20 años del siglo XX.
En cambio, las principales razones fueron el entorno internacional más favorable, caracterizado por los precios más altos de las materias primas, las bajas tasas de interés y los renovados fondos de ayuda, junto con el crecimiento acelerado de China e India.
Las tendencias recientes deben verse dentro de un contexto histórico más extenso para poder extraer las lecciones adecuadas. El crecimiento económico en los años 80 y 90 fue, en general, más lento que en las dos décadas anteriores.
Pero a pesar del espectacular crecimiento de varios países en desarrollo, África subsahariana perdió debido a su estancamiento durante más de 20 años desde finales de la década de 1970, y América Latina perdió la década de 1980, al menos.
Las políticas estatales en los años 80 aparentemente para ajustarse a las "expectativas del mercado"- con frecuencia recortaron el gasto público, principalmente en el ámbito social.
Como la inequidad a nivel nacional creció en la mayoría de los países en los años 80, las desigualdades internacionales entre los Estados continuaron creciendo. El bienestar económico en el Sur en desarrollo se vio constreñido aun más por la presión demográfica, incluida la rápida urbanización.
La industrialización incipiente en muchos países fue abortada por los ajustes estructurales y la liberalización económica. La prematura liberalización comercial exacerbó la desindustrialización, el desempleo y el déficit fiscal, sin generar fuentes alternativas de crecimiento económico.
Los países de bajos ingresos, así como los Estados fallidos, se caracterizan generalmente por una reducida industrialización que, a su vez, retarda la transformación estructural y el desarrollo sostenible más inclusivo.
Las consecuencias adversas que tienen para el desarrollo las políticas y programas impuestos a los países del Sur, independientemente de las circunstancias históricas y el contexto económico, son bien conocidas.
Hay un mundo de diferencia entre la liberalización con mesura desde una posición de poderío económico, como ocurrió en la Asia oriental de reciente industrialización en la década de 1980, y su adopción forzada, para cumplir con la Organización Mundial del Comercio o las obligaciones del préstamo.
A pesar del discurso oficial que afirma lo contrario, las normas multilaterales distan mucho de apoyar al desarrollo sostenible y deben modificarse de manera acorde.
Desde finales del siglo XIX, los términos de intercambio adversos que favorecen a las industrias en detrimento de las materias primas, a los artículos de las zonas templadas frente a los productos agrícolas tropicales, y a los artículos industriales del Norte antes que los del Sur implican que muchos países en desarrollo han producido y exportado mucho más, pero ganan relativamente menos.
Se suponía que la liberalización financiera internacional debía atraer los capitales privados para llenar los vacíos de financiamiento. En cambio, dio lugar a transferencias de capital netas de los "pobres en capital" a los "ricos en capital", mayor volatilidad financiera y la desaceleración del crecimiento económico.
La experiencia también demostró que las "terapias de choque", que a menudo se corresponden con las grandes crisis del sistema financiero, en general, han causado más daño que bien.
Dada su mayor vulnerabilidad a las vicisitudes externas, los países en desarrollo deben tener mayor espacio fiscal para asegurar su capacidad contracíclica, así como un gasto público sostenido para las inversiones necesarias en infraestructura física y social y en recursos humanos.
El fortalecimiento de la base impositiva, la obtención de más fuentes confiables de finanzas internacionales y la canalización de la ayuda a través de los presupuestos nacionales pueden ser fundamentales.
En vez de la obsesión actual con la eliminación del déficit fiscal, se necesita una estrategia de estabilización macroeconómica más equilibrada y adecuada para reducir al mínimo los vaivenes desestabilizadores de la actividad económica y los saldos externos, a la vez que se fomenta un círculo virtuoso de mayor estabilidad macroeconómica, inversión, crecimiento y generación de empleo.
Los países en desarrollo necesitan fortalecer sus capacidades y aptitudes y garantizar el suficiente "espacio político" para llevar a cabo reformas adecuadas que favorezcan el desarrollo sostenible.
Con frecuencia se afirma que el desarrollo solo puede alcanzarse mediante la reducción del Estado. Sin embargo, en gran parte del Sur en desarrollo, eso condujo a democracias antiliberales que no permiten las opciones y a la frustración de la ciudadanía, privada de sus derechos.
En cambio, los gobiernos con responsabilidad democrática deben consultar a la ciudadanía para promover las inversiones destinadas a la transformación estructural y la generación de empleo.
La economía mundial corre el riesgo de continuar su espiral descendente hacia el estancamiento prolongado. Los mecanismos de vigilancia mejorados del Fondo Monetario Internacional no generaron una mejor coordinación macroeconómica internacional, como se pregonaba.
En cambio, el camino hacia el desarrollo sostenible sigue obstaculizado por las limitaciones autoimpuestas de las políticas deflacionarias y la negativa a brindar la ayuda necesaria o de cooperar para aumentar los impuestos para todos.

Traducido por Álvaro Queiruga
Por Jomo Kwame Sundaram
http://www.ipsnoticias.net/2015/11/la-desaceleracion-economica-amenaza-al-progreso/

viernes, 6 de noviembre de 2015

Trabajo decente contra la pobreza y el hambre.




Ocho años después del inicio de la crisis financiera y económica mundial, el desempleo aumentó afectando a más de 200 millones de personas en el mundo, y solo es una fracción de quienes viven en condiciones de vulnerabilidad e inseguridad.
De hecho, más de cuatro quintas partes de la fuerza laboral está fuera del sector formal, casi sin acceso a beneficios sociales.
Cuando hay que sobrevivir sin protección social, el desempleo no es una opción para la mayoría de las personas pobres del mundo. En cambio, su destino probablemente se parezca más al de los trabajadores pobres o de bajos ingresos debido al subempleo, la baja productividad o las limitadas opciones de supervivencia.
Según las últimas estimaciones del Banco Mundial, el número de personas en situación de extrema pobreza (con menos de 1,25 dólares al día) disminuyó de 1.930 millones, en 1981, a 1.910 millones, en 1990, y a 1.010 millones, en 2011, con una proyección para este año de 835,5 millones.
Con la ralentización de la economía global, en especial tras el colapso de los precios de las materias primas agrícolas desde fines de 2014, muchos analistas se preguntan si las proyecciones del Banco Mundial tienen sentido.
Es evidente que el crecimiento de la economía global, registrado en la media década previa a 2008, no generó los suficientes puestos de trabajo en cantidad ni calidad, catalizando un discurso del “crecimiento sin empleo”.
Brevemente, en 2009, los países ricos destinaron una cantidad significativa de recursos a salvar sus sistemas financieros, mejorar sus economías y fortalecer las redes de seguridad social. Pero solo unos pocos de ellos evitaron una excesiva austeridad fiscal. Al parecer, otros con consumidores mixtos emularon tarde las exitosas medidas monetarias expansivas de la Reserva Federal de Estados Unidos.

Condiciones de empleo

Más allá del número creciente de desempleados o subempleados, también se deterioran las condiciones de los empleados. El empleo informal y los contratos de corto plazo, que significan menos seguridad laboral y derechos para los trabajadores, se vuelven la norma para demasiadas personas.
La tercerización y la subcontratación también se hacen más comunes, generando mayor inseguridad laboral para los trabajadores, lo que se conoce como la “precariedad laboral”. El deterioro de las condiciones de empleo ocurre en muchos países, y en especial afecta a los trabajadores con menor formación y capacitación.

Las políticas nacionales destinadas a contrarrestar esas tendencias y a disminuir el desempleo tuvieron, en el mejor de los casos, un éxito limitado. En su deseo de permanecer o de volverse competitivos, los gobiernos y los empleadores tomaron muchas medidas para aumentar la flexibilidad del mercado laboral y aumentaron la inseguridad para la mayoría de los trabajadores.
Y esa flexibilidad laboral exacerbó la inseguridad económica y la desigualdad, socavando las perspectivas de un empleo decente.
Mientras, la proporción del empleo en el sector servicios respecto del empleo total global superó a la de la agricultura durante una década.
De hecho, hace décadas ya que el empleo en el mundo está cada vez más dominado por el sector servicios, en el que abundan los trabajos mal remunerados y precarios, sin cobertura social, lo que hace que los beneficios por desempleo hayan dejado de ser un derecho social para muchas personas en las naciones más ricas.

Trabajo decente para todos

Aunque esquivo para las personas más pobres, el objetivo de un trabajo decente para todos, fijado por la Organización Internacional del Trabajo en 1999, significa empleos productivos, gratificantes y seguros con protección social e ingresos justos para los empleados y sus familias.
Las estrategias para promover el empleo productivo y el trabajo decente deben atender las desigualdades en el ingreso, entre otras. También deben promover avances sociales y asegurar igual tratamiento para todos, con independencia de género, cultura, edad o nacionalidad, así como proteger los derechos de las personas con discapacidades.
Las políticas en ese sentido deben asegurarse de que las condiciones laborales mejoren de forma sostenida, en especial para las personas de menores ingresos y las que padecen condiciones de empleo inaceptables y peligrosas.
Los gobiernos deben emplear a las y los trabajadores necesarios para proveer servicios básicos, como la construcción de infraestructura y mantenimiento, así como servicios sociales, que esperan a las personas y que se necesitan para garantizar los recursos humanos para el desarrollo sostenible.
También se necesitan grandes incentivos para fomentar las inversiones privadas, mientras que un mejor marco normativo puede contribuir a mejorar las oportunidades de empleo.
La sociedad civil y el sector privado pueden desempeñar papeles vitales en la promoción de un trabajo decente para todos.
Los gobiernos y el sector privado deben redoblar esfuerzos para promover la responsabilidad social corporativa y ayudar a concretar el trabajo decente para todos. A través del pleno empleo y del trabajo decente, los beneficios de la recuperación económica y del crecimiento se podrán compartir mejor, tanto entre los países como dentro de cada uno.

Finalmente, las personas juzgarán los cambios por lo que estos les traigan a sus vidas.

El empleo seguro y decente seguramente encabeza la agenda personal de la mayoría de las personas, y también debe ser una prioridad nacional e internacional. El trabajo decente también es la forma más segura para que las personas escapen a la pobreza y, por lo tanto, debe ser una prioridad de todo esfuerzo serio para reducir el hambre y la pobreza de forma sostenida.

http://www.ipsnoticias.net/2015/11/trabajo-decente-contra-la-pobreza-y-el-hambre/
Por Jomo Kwame Sundaram

jueves, 5 de noviembre de 2015

El derecho de voto.


El derecho de voto

(El siguiente artículo pertenece a la publicación “Los Derechos del Pueblo: Libertad individual y la Carta de Derechos”. .)
Ni los Estados Unidos ni ningún estado de la Unión negará o coartará a los ciudadanos de los Estados Unidos el derecho al sufragio por razón de raza, color o condición previa de esclavitud.
— Decimoquinta Enmienda a la Constitución de los Estados Unidos (1870)

El derecho al sufragio de los ciudadanos de los Estados Unidos no será negado o coartado por el gobierno federal o por ningún estado por razón de género.
— Decimonovena Enmienda (1920)

El derecho de los ciudadanos de los Estados Unidos a votar en una elección primaria o en cualquiera otra... no les será negado o restringido... porque hayan dejado de pagar alguna capitación o cualquier otra contribución tributaria.
— Decimocuarta Enmienda (1964)

El derecho al voto de los ciudadanos de los Estados Unidos que tengan dieciocho años de edad o más no será denegado o coartado por el gobierno federal o por cualquier estado por razón de edad.
— Vigésima sexta Enmienda (1971)

Abraham Lincoln dio la mejor descripción de la democracia como "el gobierno del pueblo, por el pueblo y para el pueblo". Sin embargo, para que el gobierno sea ejercido "por el pueblo" es necesario que el pueblo decida quiénes serán sus dirigentes. La sociedad democrática no puede existir sin elecciones libres e imparciales, y si los funcionarios del gobierno no rinden cuentas en forma constante al electorado, entonces ninguno de los demás derechos puede estar garantizado. Por lo tanto, el derecho al voto no sólo es una libertad individual importante, sino también una piedra fundamental del gobierno libre.
Una pregunta persistente en la historia de este país ha sido quién debe tener ese derecho. Un tema que se percibe en todo el pasado estadounidense es la expansión gradual del voto, desde que estaba reservado sólo para varones blancos dueños de propiedades hasta que el sufragio universal se concedió casi a todas las personas mayores de 18 años. un tema conexo consiste en garantizar que cada uno de los votos tenga el mismo valor neto, en la medida en que esto sea posible en un sistema federal. Pero como los estadounidenses ven a menudo este derecho como lo más natural, no siempre lo han ejercido con toda la cabalidad que debieran. con casi 200 millones de ciudadanos en condiciones de votar, demasiadas personas piensan que su sufragio individual no contará. Sin embargo, el escaso margen que decidió la elección presidencial de 2000 ha sido un recordatorio de que cada uno de los votos cuenta.
No obstante, sería un error creer que la expansión del sufragio fue un proceso inevitable o pacífico. Los norteamericanos coloniales creían sin duda en las elecciones libres, pero pensaban también que el derecho de voto sólo se debía conceder a los varones con propiedades, cuya riqueza los dotaba de un mayor conocimiento de las necesidades de la sociedad. La historia de este derecho, aunque esencial para los mecanismos de la democracia y la protección de las garantías individuales, es una serie incesante de conflictos.
Alexis de Tocqueville, La democracia en los Estados Unidos (1835)

Cuando un pueblo empieza a poner trabas para que alguien tenga derecho al sufragio, podemos estar seguros de que tarde o temprano lo abolirá por completo. Esa es una de las reglas más invariables del comportamiento social. Cuanto más lejos se extienda el límite de los derechos de voto, tanto más fuerte será la necesidad de ampliarlos aún más, ya que las fuerzas de la democracia se fortalecen con cada nueva concesión y sus exigencias aumentan a medida que se acrecienta su poder. La ambición de quienes quedan por debajo del límite de elegibilidad aumenta en proporción al número de los que están por encima del mismo. Por último, la excepción se convierte en la regla; las concesiones se suceden unas a otras sin interrupción y ya no hay punto de reposo hasta el momento en que se logra el sufragio universal.

A pesar de la "regla" de Tocqueville, el avance del sufragio universal no ha sido ni directo ni sencillo. En la era de Jackson (décadas de 1820 a 1840) hubo enconadas luchas políticas para suprimir el requisito de tener propiedades. Una sangrienta guerra civil que casi partió en dos al país condujo a la concesión del voto a los ex esclavos negros. En la Primera Guerra Mundial, los partidarios del sufragio femenino presionaron a favor de su causa aprovechando el llamado de Woodrow Wilson a hacer del mundo un lugar seguro para la democracia. Así mismo, el sacrificio de hombres de color en la Segunda Guerra Mundial hizo que los tribunales empezaran a suprimir los obstáculos que habían erigido para privar del sufragio a los negros. A su vez, la muerte de tantos jóvenes en Vietnam en la década de 1960 dio lugar a que la edad mínima para votar se redujera a 18 años. En fecha más reciente, se requirieron largos litigios en los tribunales federales para enmendar el mal reparto de las legislaturas estatales, creado por los cambios de la población en casi un siglo, para establecer condiciones más igualitarias de votación en muchos estados. Cada paso en la expansión del sufragio se ha logrado con intensa lucha y el camino al sufragio universal no ha sido ni corto ni fácil.
* * * * *
John Adams a James Sullivan acerca del sufragio (1776)

El mismo razonamiento que nos induciría a admitir que todos los hombres que carecen de propiedades votaran, junto con los que sí las tienen... demostraría que también sería preciso admitir que voten las mujeres y los niños; porque, en términos generales, las mujeres y los niños tienen tan buen juicio y poseen mentes tan independientes como los hombres que carecen por completo de propiedades.... Puede estar seguro, señor mío, de que es peligroso abrir una fuente tan pródiga de controversia y altercados como la que se abriría si se intentara alterar los requisitos para ser votantes; eso no tendría fin. Surgirían nuevas exigencias; las mujeres exigirían el voto; mozalbetes de doce a veintiún años pensarían que sus derechos no habían sido debidamente reconocidos; y todos los hombres que no poseen ni un cuarto de penique exigirán tener la misma voz que cualquiera en todos los actos del Estado. Eso tendería a confundir y destruir todas las diferencias y aplanaría todas las jerarquías a un solo nivel común.

La opinión de Adams era la más común en la época de la Revolución de los Estados Unidos y la creación de la Constitución, documento que ni siquiera menciona el derecho de voto. Tanto la madre patria como sus colonias imponían la condición de ser propietario para poder votar y basaban esta práctica en dos suposiciones. Primera, los hombres propietarios de bienes, sobre todo de tierras, tenían un interés personal en preservar a la sociedad y el gobierno a fin de proteger su riqueza. Segunda, sólo los hombres propietarios tenían la "independencia" suficiente para tomar decisiones políticas importantes y asesorar a los miembros de la asamblea a cargo de debatir y decidir esas cuestiones. El militar y teórico político inglés del siglo XVII Henry Ireton escribió que el cimiento de la libertad es "que quienes van a elegir a los que harán las leyes deben ser hombres que no dependan de nadie más". Para la gente de clase media y alta, esa independencia sólo se podía obtener mediante la posesión de propiedades.
Este concepto de "independencia" dio lugar a la exclusión de las mujeres (que eran dependientes de sus esposos), los jóvenes (que dependían de sus padres), los esclavos y siervos (dependientes de sus amos) y los asalariados (que dependían de un empleo temporal para su sobrevivencia). Además, varias colonias excluían a los católicos, a los judíos y también a los indígenas. Además de eso, los criterios sobre cuántos bienes debía tener un hombre para tener derecho de votar eran diferentes, no sólo de una colonia a otra, sino dentro de cada colonia, del campo a la ciudad. La gente que vivía en áreas urbanas podía tener menos bienes raíces que sus parientes del campo, pero bienes personales mucho más abundantes. En general, los historiadores estiman que en la época de la Revolución de los Estados Unidos, la proporción de varones blancos adultos con derecho al voto era tal vez tres de cada cinco, una cifra más alta que la de Gran Bretaña, pero todavía relativamente pequeña.
Sin embargo, la Revolución tuvo un efecto democrático mucho mayor de lo que muchos de sus partidarios esperaban. Si se toma en serio el grito de batalla de no aceptar "ningún impuesto sin representación", esa expresión que se generalizó a raíz de los disturbios por el Impuesto del Timbre en 1765, muchas personas que pagaban impuestos estaban privadas del derecho de voto. O no tenían propiedades, pero pagaban impuestos sobre las mercancías que compraban, o sus bienes no satisfacían el mínimo requerido para votar. Un escritor de la Maryland Gazette declaró en 1776 que "la finalidad definitiva de toda libertad es poder gozar del derecho al libre sufragio". Si eso era cierto, entonces a ocho de cada 10 colonos se les negaba en verdad la libertad
Esta lógica no se perdió entre los colonos rebeldes. Así como Adams y otros conservadores querían mantener un sufragio limitado, la rebelión contra la autocracia del rey desembocó en una rebelión similar contra el requisito de tener propiedades para poder votar. El lema "ningún impuesto sin representación" halló tanta aplicación en el caso de la asamblea estatal o el consejo municipal, como en el caso del rey y el Parlamento. Los hombres no lucharían por la independencia si ésta sólo consistiera en instaurar un régimen antidemocrático en lugar de otro. En medio de la Revolución, los ciudadanos del oeste de Massachusetts declararon: "Ningún hombre puede ser obligado a obedecer una ley a la cual no ha dado su consentimiento, ya sea en forma personal o a través de su representante legal".
En consecuencia, el concepto del requisito de ser propietario cedió su sitio a requisitos tributarios, por lo menos en algunas regiones. Si la gente pagaba impuestos, entonces debía tener derecho de voto, ya que sólo por medio del sufragio podía evitar que el gobierno abusara de sus facultades y le arrebatara su libertad. El resultado fue que, a pesar de su indudable expansión después de la Revolución, el sufragio seguía estando lejos de ser universal, y el requisito de tener propiedades, ya sea como la posesión efectiva de bienes reales o personales, o a partir de ciertos niveles mínimos de tributación, siguió restringiendo el derecho de voto durante los siguientes 50 años.
¿Pero acaso la posesión de bienes impartía a los hombres más sabiduría? ¿Acaso el amor a la libertad, o el buen juicio en asuntos públicos, depende de la riqueza propia? Benjamin Franklin, tal vez el más cabal de los demócratas que concurrieron a las convenciones en las que fueron redactadas la Declaración de Independencia en 1776 y la Constitución en 1787, no creía en verdad que eso fuera cierto.
Benjamin Franklin habla del sufragio

Un hombre tiene hoy un asno que vale cincuenta dólares y esa posesión le da derecho de voto; sin embargo, el asno muere antes de la siguiente elección. Entre tanto, el hombre adquirió más experiencia, su conocimiento de los principios del gobierno y su comprensión de la humanidad son más amplios, por lo cual está más capacitado para hacer una selección sensata de funcionarios. Pero el asno ha muerto y el hombre no puede votar. Ahora bien, caballeros, les suplico que me informen ¿en quién se basaba el derecho al sufragio? ¿En el hombre o en el asno?

El comentario de Franklin se habría de repetir una y otra vez en el medio siglo siguiente, a medida que se desataron las luchas para generalizar el sufragio en cada uno de los estados. (Desde la fundación de la nación hasta la Guerra Civil, los requisitos para el voto fueron controlados por el Estado. Aún hoy, a pesar de la presencia de varias disposiciones constitucionales y de leyes federales sobre el derecho al voto, la responsabilidad primordial en la administración del sufragio sigue recayendo en los estados.) El requisito de tener propiedades fue eliminado poco a poco en uno tras otro de los estados, hasta que todos lo suprimieron hacia 1850. En 1855, los requisitos de haber pagado impuestos también fueron desechados, por lo cual quedaron pocas barreras económicas, o ninguna, que privaran del voto a los varones adultos blancos.
Los especialistas citan varias razones para esta evolución. Mencionan las reformas democráticas de la era de Jackson, que pusieron fin a muchas prerrogativas económicas. La expansión de la Unión hacia el oeste creó también estados donde había poca riqueza y en los que el espíritu igualitario de la frontera era dominante. En los estados más antiguos, el crecimiento de la industria y las ciudades creó una abundante clase obrera que exigía la participación en el proceso político aun cuando sus miembros no tuvieran tierras ni bienes personales apreciables. Incluso en los estados del Sur, donde la aristocracia provinciana seguía teniendo el mando, el crecimiento de la clase media y la clase trabajadora en las ciudades dio lugar a la exigencia de suprimir el requisito de tener propiedades para poder votar. Los ciudadanos de Richmond, Virginia, solicitaron la convención constitucional del estado en 1829 y manifestaron que si alguna vez la Mancomunidad necesitaba ser defendida de un ejército extranjero, como había ocurrido en el pasado, no se haría distinción alguna entre los que tienen tierras y los que no las tienen.
Declaración formal de los no propietarios residentes de la ciudad de Richmond (1829)

[El requisito de tener propiedades] crea una odiosa distinción entre los miembros de la misma comunidad; priva de toda participación en la promulgación de las leyes a gran parte de los ciudadanos que están obligados a obedecerlas y comprometen su sangre y su caudal para mantenerlas, y concede las más altas prerrogativas a una clase privilegiada, no en atención a sus servicios públicos sino a su propiedad privada...

A la hora del peligro nunca se hacen distinciones denigrantes entre los hijos de Virginia. Las listas de reclutamiento no son sometidas a escrutinio, no se efectúan comparaciones con los registros de propiedades para excluir del servicio a los que han sido eliminados de las filas de los ciudadanos. Si los ciudadanos sin tierra han sido ignominiosamente excluidos de las urnas en tiempo de paz, al menos durante las guerras han sido convocados con generosidad para ir al campo de batalla.

La mayor fuerza impulsora de la expansión del sufragio fue tal vez la irrupción de partidos políticos organizados que propusieron plantillas de candidatos para contender por los cargos públicos defendiendo un punto de vista político específico. En la primera mitad del siglo XIX, el Partido Demócrata, dirigido por los seguidores de Andrew Jackson, movilizó a los votantes urbanos y encabezó la lucha para generalizar el sufragio y suprimir el requisito de tener propiedades. Sus opositores, los whigs, habrían preferido mantener limitado el acceso al sufragio, pero al darse cuenta de que estaban luchando por una causa perdida, se unieron a los demócratas y esperaron recibir así una parte del crédito y captar también los votos de los que ahora podrían ejercer con libertad el voto.
Sin embargo, aun cuando en la década de 1850 la mayoría de los varones blancos mayores de 21 años podían votar, dos grandes grupos seguían estando excluidos del proceso político: los afro-estadounidenses y las mujeres.
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Delegado a la Convención Constitucional de Indiana (1850)

Según nuestra idea general del derecho del sufragio universal, no tengo objeción que hacer... pero si la intención con que se toma esa resolución es ampliar el derecho de sufragio para incluir a las mujeres y los negros, estoy contra ella. Tengo entendido que este texto, "todos los hombres blancos y libres mayores de 21 años", debe ser la medida del sufragio universal.

La ley evadía por completo el problema del estado jurídico de los esclavos negros en el Sur, los cuales no tenían derecho de hablar, y mucho menos al sufragio. Ni siquiera los afro-estadounidenses libres podían votar, ya sea que vivieran en el Norte o en el Sur, al tiempo que las mujeres, a pesar de la aprobación de algunas leyes de reforma que les permitieron tener propiedades y entablar juicios, eran consideradas todavía por la ley como personas dependientes de su esposo o de su padre e inadecuadas para el ejercicio del voto.
Se requirió una guerra civil para abolir la esclavitud en los estados del Sur y, como parte del intento de conceder a los ex esclavos la igualdad y un estado legal apropiado, la nación aprobó tres enmiendas a la Constitución. La Decimotercera abolió la esclavitud como institución; la Decimocuarta hizo por primera vez de la ciudadanía un rasgo nacional y la confirió a todas las personas nacidas en los Estados Unidos o naturalizadas; y la Decimoquinta prohibió que cualquiera de los estados negara el derecho de voto por motivos de raza.
Por desgracia, la promesa de la emancipación no tardó en desvanecerse en el Sur, cuando uno a uno de esos estados no sólo erigió obstáculos jurídicos o procesales para impedir el acceso de los negros a las urnas, sino también promulgó leyes que relegaron a éstos a una situación de inferioridad permanente. No fue sino hasta la Segunda Guerra Mundial, en la que combatieron soldados norteamericanos negros y blancos para derrotar a los fascistas, cuando se hizo patente que no es posible luchar por los derechos del pueblo en el exterior, al tiempo que esos mismos derechos se les niegan a algunos estadounidenses sólo por el color de su piel.
En medio de la guerra, la Corte Suprema recibió una impugnación al sistema de elecciones primarias exclusivas para blancos, que era la norma en todo el Sur. En las elecciones primarias, los miembros de un partido escogían entre los candidatos al que habría de ser el representante del partido en la elección general de noviembre. Desde la década de 1880 hasta la de 1960, la persona que ganaba las primarias del Partido Demócrata en la mayoría de los estados del Sur tenía la victoria asegurada en la elección general, porque el Partido Republicano era muy débil en esa región. Pese a que, por esa razón, las primarias eran una parte importante del proceso de elecciones, tal vez la más importante, los estados sureños sostenían la falacia de que los partidos políticos eran organizaciones privadas y, como tales, se podía impedir que los negros se afiliaran a ellos y, por ende, que votaran en las primarias. En 1944, la Corte Suprema puso fin a esa falacia e inició el proceso por el cual los afro-estadounidenses pudieron reclamar su legítimo derecho al voto.
Juez Stanley Reed en Smith vs. Allwright (1944)

Cuando las primarias llegan a formar parte de la maquinaria para la elección de funcionarios estatales y nacionales, como sucede aquí, las mismas pruebas que se usan para determinar el carácter de la discriminación o restricción se deberían aplicar tanto en las elecciones primarias como en la elección general.... Estados Unidos es una democracia constitucional. Su ley orgánica garantiza a todos los ciudadanos el derecho de participar en la elección de funcionarios públicos sin que ningún estado restrinja tal derecho por motivos de raza. Esta garantía del pueblo, de tener oportunidad de elegir, no debe ser anulada por estado alguno mediante procesos de votación en los que una organización privada pueda ejercer discriminación racial en las elecciones. Los derechos constitucionales serían de escaso valor si pudieran ser denegados de esta manera indirecta.

La lucha por la igualdad para los negros estaba lejos de haber concluido y en la década de 1950 y 1960, los grandes movimientos de los derechos civiles encabezados por Martin Luther King, Jr., Thurgood Marshall y otros, combatieron la discriminación racial en los tribunales y en los recintos del Congreso. Algunos de los resultados en materia de voto fueron la Vigésima cuarta Enmienda en 1964, que abolió el impuesto de capitación (por el cual se exigía el pago de un impuesto para tener derecho al voto, con lo cual se impedía que mucha gente pobre, sobre todo negros, ejerciera el sufragio) y la memorable Ley de los Derechos de Voto de 1965. Por primera vez en 100 años, las Enmiendas de Reconstrucción adoptadas al final de la Guerra Civil pudieron ser aplicadas y la ley no sólo señaló las prácticas que privaban a los negros del derecho de voto, sino confirió al gobierno federal las facultades necesarias para aplicar la ley en todos los niveles.
No se puede negar la importancia de la Ley de los Derechos de Voto, no sólo por su éxito al hacer que los afro-estadounidenses pudieran acudir a las urnas, sino también porque consiguió que el derecho al voto se generalizara en gran parte de la nación. En un sistema federal, muchas de las funciones del gobierno están a cargo de los estados, funciones que en otros países ejerce el gobierno nacional. Como se dijo antes, los comicios eran controlados por la ley estatal, y en gran parte todavía lo son. Hasta 1870, los estados establecían todos los requisitos para votar; se supone que en ese año la Decimoquinta Enmienda prohibió que los estados negaran el voto por motivos de raza. En enmiendas ulteriores, el sufragio se amplió para incluir a las mujeres y los menores de 18 años, y el impuesto de capitación fue abolido. La Ley de los Derechos de Voto fue aún más lejos y, en los estados que mostraban pautas evidentes de discriminación, registradores federales tomaron a su cargo los procesos de registro de votantes y los comicios, asegurando así que a las minorías no se les prive de ejercer el voto. Algunos estados siguen sujetos a las condiciones de esta ley de 1965, aun cuando el control estatal se ha restablecido en la mayoría de las operaciones diarias de la maquinaria electoral. Pero a pesar de que los estados dirijan todavía las elecciones, ahora lo tienen que hacer a la luz de las normas y los procedimientos nacionales.
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Declaración de la Convención de Seneca Falls (1848)

La historia de la humanidad es una historia de repetidos agravios y usurpaciones perpetradas por el hombre contra la mujer, encaminados al objetivo directo de establecer una tiranía absoluta sobre ella.

Él jamás ha permitido que ella ejerza su derecho inalienable de votar en las elecciones.

Él la ha obligado a someterse a leyes en cuya formulación ella no tuvo derecho de opinar.

Al privarla de este derecho al sufragio, el primer derecho de todo ciudadano, la ha dejado sin representación alguna en los recintos de la legislación. Él la ha oprimido en todos los aspectos.

No se sabe con claridad cuándo empezaron las mujeres a pugnar por el derecho al sufragio, pero hay indicios de que ellas votaban en forma ocasional en algunos estados, después de la Revolución. De ordinario, se cree que el inicio formal de la agitación en favor del sufragio universal, incluso para la mujer, fue la Convención de Seneca Falls de 1848, la cual copió explícitamente gran parte de la Declaración de Independencia y luego insertó en ella los pecados del hombre contra la mujer, en sustitución de los agravios de Jorge III contra sus colonias de Norteamérica. Pero el movimiento de reforma de la década de 1850 sólo pudo impulsar una campaña importante, que resultó ser la abolición de la esclavitud y en el que las mujeres desempeñaron un papel clave. Sin embargo, cuando el Congreso concedió el derecho de voto a los ex esclavos, las mujeres se sintieron traicionadas. Como quiera que los estados seguían controlando el voto, las mujeres empezaron a cabildear en las legislaturas estatales por su derecho al sufragio. El territorio de Wyoming reconoció el voto femenino en 1869, pero en 1900 sólo cuatro estados habían concedido a las mujeres la plena igualdad política. El movimiento cobró ímpetu en la era Progresista, los dos decenios de fermento reformista transcurridos entre 1897 y 1917, y los partidarios del sufragio exigieron una enmienda constitucional.
Cuando Estados Unidos se involucró en la Primera Guerra Mundial en un intento declarado de salvar la democracia, la prudencia política dictaba que no era posible enviar a estadounidenses al exterior, a combatir y morir por un ideal, mientras éste se le negaba a la mitad de la población de su país. El presidente Woodrow Wilson, que al principio se opuso a dicha enmienda, ahora le daba su apoyo y el Congreso aprobó una enmienda constitucional en junio de 1919. En menos de un año se reunieron los 36 estados necesarios para ratificar la enmienda propuesta, muy a tiempo para que las mujeres votaran en la elección presidencial de 1920.
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Una vez que la ley estadounidense garantizó que cada adulto tuviera derecho al voto, el siguiente gran logro de mediados del siglo XX fue asegurarse de que el voto de cada persona contara, no sólo en términos de la operación de recuento, sino en proporción a la preferencia electoral de los demás votantes del estado. La Constitución expresa con claridad que cada estado deberá tener dos senadores y que los miembros de la Cámara de Representantes serán designados en proporción a la población de cada estado comparada con la población nacional, según se determine por medio de un censo decenal obligatorio. Sin embargo, no existen lineamientos sobre el modo en que los representantes deberán ser asignados dentro de cada estado. En la época en que fue redactada la Constitución de los Estados Unidos, James Madison insinuó que el arreglo debía ser equitativo, de modo que el voto de un hombre tuviera más o menos el mismo peso que el de su vecino, tanto en las elecciones estatales como en las federales.
Algunos estados modifican a intervalos periódicos los límites de sus distritos electorales (federales) y también los de sus distritos electorales estatales, para garantizar al menos una equidad aproximada entre los votantes, y tres quintas partes de los estados prorratean con regularidad una de sus cámaras legislativas o ambas. Sin embargo, a pesar de los grandes cambios de la población en la década de 1950, 12 estados no habían redefinido sus distritos en más de tres decenios, lo cual dio lugar a graves discrepancias en el valor de cada voto individual. Por ejemplo, en el pequeño estado de Vermont, el distrito electoral más populoso tenía 33.000 personas y el menos poblado 238, pero cada uno de ellos elegía un representante para la Asamblea Estatal. En California, el distrito senatorial estatal de Los Ángeles tenía seis millones de habitantes; en una sección rural menos poblada del estado, el distrito correspondiente tenía sólo 14.000 personas. Este tipo de distorsión hace que los votos urbanos y suburbanos sufran una grave devaluación, al tiempo que los votos de los distritos rurales más antiguos son sobrevalorados. Como es natural, los representantes rurales que controlaban el gobierno estatal tenían pocos incentivos para prorratear, ya que al hacerlo tendrían que renunciar a su poder.
Al ver que no era posible lograr que las legislaturas mismas efectuaran los cambios, los grupos reformistas recurrieron a los tribunales e invocaron la garantía constitucional de una "forma republicana de gobierno" (Artículo IV, Sección 4), pero al principio la Corte Suprema se negó a intervenir porque, por tradición, había evitado los temas relacionados con el prorrateo, pues los veía como asuntos "políticos" que no eran de la incumbencia de los tribunales. Después, en marzo de 1962, la Corte aceptó un litigio presentado por votantes urbanos de Tennessee, pues allí no se habían modificado los límites de los distritos desde 1901, a pesar de que la constitución del estado disponía que se hiciera un nuevo prorrateo cada 10 años. El hecho mismo de que la Corte accediera a conocer esos casos indujo a muchas legislaturas a modificar voluntariamente sus distritos; en otros lugares, los reformadores presentaron docenas de litigios en tribunales estatales y federales para exigir nuevos prorrateos.
Pero Estados Unidos tiene un sistema federal y, hasta la fecha, los votos de un estado no tienen el mismo peso que los de otros en una elección presidencial. En el sistema de este país, cada estado tiene derecho a cierto número de votos en el Colegio Electoral, un órgano que se reúne cada cuatro años para emitir su voto por un candidato a la presidencia, según lo dicte la elección popular. La diminuta Rhode Island tiene tres votos en el Colegio Electoral, que corresponden a su representante y sus dos senadores, y un voto allí es proporcionalmente mayor, en un cálculo por persona, que en los estados grandes como California o Nueva York. Han surgido otros problemas en el sistema federal. ¿Sería posible que los estados adoptaran un arreglo en el que una de las dos cámaras de una legislatura representara unidades geográficas —por ejemplo, condados— en la misma forma en que el Senado de la nación representa estados? ¿Podría un estado reconocer ciertas divisiones históricas como un factor a considerar al trazar los límites de los distritos electorales? ¿Qué normas tendría que aplicar el tribunal superior?
De hecho, el criterio que adoptó la Corte en el caso titulado Gray vs. Sanders (1963) resultó ser tan claro y más o menos fácil de aplicar —una persona, un voto— que no sólo brindó una guía judicial, sino también captó la imaginación popular. Todas las demás formulaciones de esa cuestión parecieron confrontar a un grupo contra otro —rural contra urbano, viejo colono contra recién llegado—, pero "una persona, un voto" aportó un tinte democrático. ¿Quién se podría oponer a que se garantice a cada persona que su voto contará igual que el de todas los demás? Aceptar esta fórmula implicaba suscribir la democracia y la Constitución; oponerse a ella parecía una actitud malvada y mezquina. Al cabo de no mucho tiempo, todos los estados de la Unión ya habían prorrateado de nuevo sus distritos estatales y del Congreso en forma equitativa.
Presidente de la Corte Suprema, Earl Warren, en Reynolds vs. Sims (1964)

En la medida que el derecho de voto de un ciudadano pierde valor, él mismo se menoscaba como ciudadano. No se puede hacer que el peso del voto de un ciudadano dependa del lugar donde vive.... Un ciudadano, un votante capacitado, no lo es en mayor o menor grado por el hecho de que viva en la ciudad o en el campo. Este es el mandato claro y vigoroso de nuestra Constitución en la Cláusula de Igual Protección...

Ni la historia por si sola, ni la economía u otro tipo de intereses de grupo son factores admisibles para tratar de justificar las disparidades de la representación basada en la población.... Los que votan son los ciudadanos, no la historia o los intereses económicos. Votan las personas, no las tierras, los árboles o los pastizales. Mientras nuestra forma de gobierno sea representativa y nuestros legisladores sean los instrumentos de gobierno, elegidos en forma directa por el pueblo del cual serán representantes directos, el derecho de elegir a los legisladores con plena libertad y sin trabas es uno de los fundamentos de nuestro sistema político.

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Se podría pensar que con la abolición de los requisitos de propiedad y los impuestos de capitación, y el reconocimiento de los derechos de la gente de color, las mujeres y las personas de 18 años, la lucha por el derecho al voto estaba ganada. Sin embargo, como hemos dicho a menudo, la democracia es un proceso en continua evolución y la forma en que definimos los derechos del individuo en una democracia cambia también a lo largo del tiempo. Hay gran diferencia entre la forma en que el ciudadano estadounidense votaba en la década de 1820 y como lo hace a principios del siglo XXI. Más aún, esto no es un simple caso de héroes democráticos que intentan ampliar el sufragio, al tiempo que unos demonios antidemocráticos lo quieren restringir.
En toda la historia de los Estados Unidos, la gente ubicada en lo que se conoce como la mejor posición económica ha sentido temor al gobierno de las masas; este tema campea en todos los escritos de la generación fundadora. Hoy podemos hallar una versión de ese temor, aunque en forma diferente, en los que desean "purificar" el proceso electoral. Por ejemplo, los intentos de simplificar el registro de votantes son censurados a menudo como incitaciones a la corrupción de ese proceso. El relajamiento de las normas de alfabetización y la expansión de los derechos de voto a ciudadanos que no hablan o no leen inglés es alabada por algunos, como una victoria de la democracia, y atacada por otros a causa del temor de que gente con poco conocimiento de los asuntos importantes pueda ser manipulada por demagogos.
Sin embargo, persiste el hecho curioso de que, a pesar de todo lo que hemos ampliado el derecho al sufragio, el porcentaje de estadounidenses que votan en las elecciones presidenciales y otras es uno de los más bajos entre las naciones industrializadas. Por ejemplo, en la campaña presidencial de 2000, menos del 50 por ciento de las personas que podían votar acudieron a las urnas. Los especialistas discrepan en sus explicaciones de por qué se ha producido esta reducción en el voto a partir de su punto máximo, a fines del siglo XIX, cuando los índices de votación se mantenían con regularidad en el 85 por ciento o más de los electores registrados. Algunos historiadores atribuyen la disminución a la pérdida de importancia de los partidos políticos en la vida diaria de la gente. Otros creen que el crecimiento de grupos de interés bien financiados ha hecho que la gente pierda interés en elecciones que se disputan sobre todo por medio de anuncios en la prensa y la televisión. Cuando se pregunta a quienes no votan por qué se han abstenido, las respuestas son muy variadas. Algunos no creen que su voto individual pueda cambiar las cosas y otros no consideran que los asuntos en juego les afecten, pero también hay a quien no le interesa votar. Este comentario es triste a la luz del largo movimiento histórico en pos del sufragio universal en los Estados Unidos.
Persisten preguntas técnicas y procesales. En la elección presidencial de 2000, los funcionarios electorales del estado de Florida descartaron unos 50.000 sufragios, sobre todo porque las tarjetas de votación no fueron perforadas correctamente y no se veía con claridad a favor de quién había emitido el elector su sufragio. En ese momento, a causa del sistema arcaico conocido como el Colegio Electoral, toda la elección dependió de menos de unos cuantos cientos de votos emitidos en ese estado. Tanto los demócratas como los republicanos acudieron de inmediato al tribunal para impugnar los procedimientos y, a la postre, la Corte Suprema de los Estados Unidos concedió el estado de Florida —y la elección— a George W. Bush.
En ese caso —y no por primera vez— el Colegio Electoral reconoció a un presidente que obtuvo una minoría del voto popular. Los estadounidenses están muy conscientes de la estructura del Colegio Electoral. Éste no es uno de los aspectos más eficaces o racionales de la democracia del país, y representa una reliquia de una época en que no se confiaba en que la gente pudiera elegir a un presidente en forma directa. Pero el sistema de Colegio Electoral también es valioso en nuestros días, por cuanto garantiza la representación de los estados más pequeños dentro del sistema federal y en realidad es poco probable que sea reformado.
Los problemas de recuento de votos asociados a la elección de 2000 oscurecieron algunos temas muy importantes. Ambas partes querían un recuento justo de los votos; deseaban que cada sufragio depositado en forma legítima y marcado correctamente fuera incluido en la cuenta, pero sus criterios técnicos para determinar estos hechos diferían. A pesar de que los medios se quejaron de que el estado discriminó a las minorías en su forma de manejar el asunto, la verdad es que la mayoría de los votos que a la postre fueron anulados eran de votantes blancos ancianos de clase media que se confundieron y no supieron marcar la boleta electoral. Ni entonces ni ahora se ha insinuado que esto haya sido un ardid para invalidar decenas de miles de votos; antes que el recuento se iniciara, nadie se dio cuenta de que el sistema estaba muy lejos de ser perfecto,. Por eso, en la siguiente sesión de su legislatura, Florida instituyó reformas para asegurarse de que ese fracaso no se vuelva a presentar.
Una elección así, en la que no gana la persona que obtiene la mayoría del voto popular, es rara en los Estados Unidos, y la facilidad con que la gente aceptó a George Bush como el vencedor nos da un indicio de la fe que el público tiene en los mecanismos normales del proceso electoral en este país. No hubo desórdenes en las calles ni se erigieron barricadas. El candidato demócrata, Al Gore, aceptó la decisión de la Corte Suprema sobre la forma en que los votos debían ser contados.
Pero el resultado tan cerrado de la elección presidencial de 2000 hizo que mucha gente recordara que el voto individual sí cuenta. Un cambio de fracciones de punto porcentual en media docena de estados habría inclinado con facilidad la elección hacia el otro lado. El resultado probable es que, en el futuro, los estadounidenses ya no verán como un hecho tan sin importancia este importante derecho, un derecho que es la esencia misma del concepto del "consentimiento de los gobernados".

http://iipdigital.usembassy.gov/st/spanish/publication/2009/06/20090612101016pii0.6158563.html#axzz3qe8c6gyr

martes, 3 de noviembre de 2015

OMS pide medidas para evitar la violencia contra los jóvenes

Cada años son asesinados unos 200.000 jóvenes en el mundo, lo que convierte al homicidio en la cuarta causa principal de muerte de las personas entre 10 y 29 años de edad, según un nuevo estudio de la Organización Mundial de la Salud (OMS).
El informe, Prevención de la violencia contra los jóvenes: un panorama general de la evidencia, publicado el martes 27 por la OMS, ilustra la magnitud y las consecuencias del problema a nivel mundial.
Las tasas de homicidios juveniles calculadas en algunos países de América Latina, el Caribe y África subsahariana superan 100 veces o más las de Europa occidental y el Pacífico occidental, que tienen las proporciones más bajas del mundo.
La violencia contra los jóvenes tiene muchas formas, como el acoso, la agresión física, la violencia sexual y los homicidios.
El informe reveló que los jóvenes sufren 43 por ciento del número total de homicidios en el mundo. De ellos, 83 por ciento son hombres. La mayoría de los homicidas también son varones.
A su vez, la mayoría de los homicidios en este grupo etario se producen en países de bajos y medianos ingresos.
Las tasas de homicidios juveniles calculadas en algunos países de América Latina, el Caribe y África subsahariana superan 100 veces o más las de Europa occidental y el Pacífico occidental, que tienen las proporciones más bajas del mundo.
Por cada joven que pierde la vida por la violencia, muchos más son ingresados a los hospitales por lesiones graves. Por ejemplo, en solo un mes en Brasil hubo casi 5.000 casos de lesionados por hechos violentos, más de la mitad de ellos de 10 a 29 años de edad.
Este tipo de violencia tiene consecuencias para toda la vida, entre ellas la discapacidad física y problemas de salud mental. Un estudio reveló que los estudiantes que experimentan acoso y violencia escolar tienen de 30 a 50 por ciento más de probabilidades de sufrir depresión.
La violencia contra los jóvenes también genera otras consecuencias sociales, señaló el informe de la OMS, como bajos rendimientos educativos, sistemas de salud sobrecargados, futuras pérdidas de ingresos económicos, costos sociales asociados al miedo y la reducción de la cohesión social.
En Estados Unidos, los gastos médicos y la pérdida de ingresos derivados de la violencia contra los jóvenes ascienden a 20.000 millones de dólares por año.
La OMS destaca varios factores de riesgo que contribuyen a este tipo de violencia, como la participación previa en hechos delictivos, la falta de lazos sociales, el consumo de drogas, la pobreza, las relaciones entre padres e hijos, el maltrato infantil y el bajo rendimiento académico.
Como resultado de las numerosas causas posibles, la OMS evaluó 21 estrategias y políticas para evitar la violencia contra los jóvenes.
“Uno de los mayores obstáculos para prevenir eficazmente la violencia juvenil ha sido la falta de información acerca de qué cosas funcionan”, según el informe.
Entre las estrategias más prometedoras se encuentran los programas de crianza de los hijos y de desarrollo de la primera infancia, de prevención del acoso escolar, políticas de supervisión comunitaria orientadas a detectar problemas, leyes de control de armas y políticas de mejoramiento urbano.
En España, un programa de prevención del acoso escolar, con formación del personal educativo y del alumnado, logró una reducción en la victimización del 25 a 15 por ciento.
El programa brasileño Fica Vivo, de corte comunitario, brindó asistencia financiera y social de a los jóvenes con el fin de reducir la dependencia de los grupos criminales. El plan también vinculó a agentes de la policía con miembros de la comunidad para mejorar su conocimiento de la zona y reforzar las relaciones personales. Eso permitió una reducción de 69 por ciento en la tasa de homicidios en los primeros seis meses.
En la ciudad colombiana de Medellín las autoridades mejoraron la infraestructura de los vecindarios de bajos ingresos y construyeron un sistema de transporte público que conecta a las comunidades aisladas con el centro urbano. Las medidas redujeron las tasas de homicidio en 66 por ciento.
Aunque muchos de los programas están asociados a la salud pública, el informe instó a adoptar una estrategia multisectorial para lidiar con la violencia contra los jóvenes.
“La salud es solo uno de varios sectores cuyas contribuciones son esenciales si se quiere lograr un éxito sostenido en la prevención de la violencia juvenil”, declaró el director del Departamento de Gestión de Enfermedades no Transmisibles, Discapacidad, Violencia y Heridas de la OMS, Etienne Krug.
Sin embargo, la OMS señaló que la mayor parte de la evidencia se obtiene en países de altos ingresos, por lo que es difícil de aplicar en los de bajos ingresos. No obstante, la organización destacó la necesidad de adopción de un enfoque coordinado, sistemático y de largo plazo para la prevención de la violencia contra los jóvenes.
La resolución 67.15, aprobada por 184 Estados miembros en la 67 Asamblea Mundial de la Salud en mayo de 2014, incluye compromisos para prevenir la violencia contra los niños y niñas. Los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible, de reciente aprobación, contienen compromisos más amplios para reducir todas las formas de violencia y muertes derivadas de ella.

jueves, 29 de octubre de 2015

La vida de las comunidades indígenas dentro de una zona en reclamación en Venezuela.


Cada vez que desea regresar al lugar donde nació, LP (por razones de seguridad no reveló su nombre), siempre en compañía de su familia, toma un taxi o bien un autobús hasta Sakaiká, una comunidad indígena pemón arekuna ubicada 125 kilómetros de Santa Elena de Uairén y desde ahí se interna hacia la selva. Santa Elena es la principal ciudad del municipio Gran Sabana, en la remota frontera venezolana con Brasil.
Sus antepasados según la obra Cultura pemón, de monseñor Mariano Gutiérrez Salazar (UCAB 2002) llamaban Inkén o Ikén a la región que ella y los suyos ahora llaman "Guyana". Ese enorme pedazo de territorio que en algunos mapas de Venezuela aparece enrejado e identificado como Guayana Esequiba (Zona en Reclamación) y que en otros simplemente se obvia.
LP nació en Parima o Paruima, una comunidad arekuna ubicada al otro lado de la Línea de Schomburgk, que se planteó en el siglo XIX en medio de la disputa territorial entre Venezuela y la Guayana Británica pero, como es de rutina, fue presentada días después como nacida en San Rafael de Kamoirán, una comunidad pemón arekuna localizada al oeste de la línea pespunteada.
LP y su gente van hacia Parima o Paruima a pie y con provisiones para al menos ocho horas de caminata de selva, no llevan pasaporte ni pasan por oficina de aduanas e inmigración alguna; a veces, cuenta ella, hacen un alto a medio camino, antes de cruzar el río, cocinan, se bañan y descansan hasta el amanecer. Entonces, después de desayuno, reinician la marcha hasta llegar a su destino.
Ella pronuncia Parima o Paruima con acento. Algo así como "Parrima". Aprendió a hablar en arekuna y muy pronto en inglés; el español lo dominó poco después, cuando sus padres dejaron Parima Mission para divulgar la noticia del Evangelio entre los taurepán de la Gran Sabana con quienes comparten el idioma pemón, aunque con ciertas variantes que, sin embargo, no les impiden entenderse.
LP es venezolana. Tiene su Cédula de identidad. Desde que entró en vigencia la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, en 1999, su documento de identificación indica incluso la comunidad y pueblo indígena del cual forma parte.
Ella es pemón arekuna. Pero al menos seis de sus paisanos son procesados por el Servicio Administrativo Identificación, Migración y Extranjería (Saime) por su permanencia en Santa Elena sin documentos. "Si regresan, los deportan al Esequibo", a la zona, administrada por la República Cooperativa de Guyana, que la República Bolivariana de Venezuela reclama como propia. A los warao, dice, las autoridades venezolanas les exigen identificarse como pemón a cambio de no ser considerados como guyaneses, una estrategia que para ellos se convierte en una afrenta discriminatoria al tener que negar su origen.
Que LP sepa en Ikén, Guyana, Guayana Esequiba, Zona en Reclamación residen miembros de al menos nueve pueblos indígenas: sarao, arawako, kariña, patamuná, arekuna, akawaio, wapishana, makushi y wai wai.
Los más numerosos son los arawako. Los warao, los arawako, los kariña, los arekuna y los akawaios hacen vida tanto en Guyana como en Venezuela. En Santa Elena de Uairé, Tumeremo y Puerto Ordaz, tres localidades del estado Bolívar, acuden a los hospitales cuando lo necesitan y se abastecen de los víveres de uso diario, si bien se autoidentifican como guyaneses o simplemente como amerindios.
De los gobiernos de ambos lados, según su experiencia, se sabe poco o nada; mientras tanto, en esas tierras proliferan grupos de ciudadanos brasileros y venezolanos en busca de oro y diamantes e incluso "se dice que hay chinos sacando madera".
Sobre la décadas de los 30 a 40 del siglo XX, siendo primos hermanos de los abuelos de LP, los abuelos de DD, en cambio, "eran rebeldes, se resistían a ponerse ropa y a ir a la iglesia". Abandonaron Paruima y se internaron hacia las cabeceras del Kuyuní. Se establecieron en Inawai, a la altura de Las Claritas, a donde luego llegó también una Misión Adventista a la cual finalmente se integraron.
Desde Las Claritas, en el Kilómetro 88, hasta San Martín de Turumbán, cerca de Tumeremo (en el municipio Sifontes del estado Bolívar), el idioma dominante, entre los indígenas, es el inglés".
A su modo de ver, San Rafael de Kamoirán y Paruima Mission son una misma cosa. Son comunidades arekuna, la una evangelizada por los misioneros católicos y la otra por los misioneros adventistas, durante la primera mitad del siglo XX.
San Martín de Turumbán, en Sifontes, al igual de San Ignacio de Yuruaní, en Gran Sabana, ambos municipios del venezolano estado Bolívar, son comunidades que se fundaron con indígenas venidos del Esequibo, con aquellos que alguna vez aceptaron la posibilidad de declararse venezolanos y que, tras delaciones, debieron refugiarse en Venezuela.
En cuanto a la disputa que mantienen Venezuela y Guyana por la tierra de sus abuelos, DD expresa: "Eso del problema ese no le vemos sentido. La gente que se quedó allá y la que se quedó aquí hemos estado visitándonos".
"Nuestros representantes, de uno y otro lado, están politizados, dice LP, por eso tenemos que reunirnos y sacar una declaración como indígenas".
Cultura pemón en sus páginas dedicadas a los makunaimas, a los intrépidos protagonistas de muchas de las leyendas del pueblo pemón, cuenta que Wei, el sol, el padre de los makunaimas, "como buen pemón, viaja a Ikén en busca de mercancías varias usuales", como sus descendientes.

https://notiindigena.wordpress.com/2015/10/28/la-vida-de-las-comunidades-indigenas-dentro-de-una-zona-en-reclamacion-en-venezuela/

martes, 20 de octubre de 2015

Palomares, un accidente radiactivo que ha costado 50 años solucionar.


Después de varios intentos de Gobiernos anteriores, el ministro de Exteriores, José Manuel García-Margallo, y el secretario de Estado estadounidense, John Kerry, han firmado este lunes un acuerdo con el que se comprometen a limpiar la tierra que permanece contaminada con material nuclear desde hace casi 50 años, en 1966, en Palomares (Almería).

Todavía faltan aclarar, según Margallo, "temas de tratamiento de residuos, compactación, transporte, para en el plazo más breve posible ratificar el acuerdo y ejecutarlo, poniendo en marcha las infraestructuras necesarias" para su traslado terrestre y marítimo a EEUU, ha añadido. La voluntad, según el ministro, "es hacerlo ya, cuanto antes, y que Palomares vuelva a la normalidad que tenía antes de 1966". Esto es lo que pasó entonces:
El día del accidente
Los niños Miguel y Alercon Bentille, fotografiados por Getty Images, vieron el choque de dos aviones estadounidenses sobre el cielo de Palomares (Almería) en la mañana del 17 de enero de 1966. Eran un bombardero B-52 y un avión nodriza KC-135 de las Fuerzas Aéreas de EEUU que estaban haciendo una operación rutinaria de repostaje en vuelo, antes de que el B-52 regresase a Estados Unidos. Manolo González, un habitante de Palomares citado por la BBC, también fue testigo del accidente. "Miré hacia arriba y vi esta enorme bola de fuego cayendo del cielo. Los dos aviones se estaban rompiendo en pedazos". Por suerte, nadie del pueblo murió aquella mañana.
La bomba H perdida
Los cuatro tripulantes del avión cisterna estadounidense murieron, igual que tres de los siete del B-52. Por la colisión cayeron cuatro bombas atómicas que transportaba el B-52, tres en la cercanías de Palomares y otra no lejos de Almería. Aunque no hubo explosión (no tenían los detonadores activados), no funcionaron los paracaídas que llevaban integrados, pensados para un aterrizaje suave. Se tardó cuatro meses en terminar de localizarlas todas, porque una de ellas cayó en el mar, a unos ocho kilómetros de la costa. Se inició la que bautizaron como operación flecha perdida. Era plena guerra fría y no solo le interesaba a España y EEUU encontrarla. "El diseño de esas bombas era ultra secreto. Cuando se realizaba la búsqueda había barcos espía soviéticos alrededor", según le contó a la BBC la científica Bárbara Morán, autora de El Día que perdimos la Bomba H.
La limpieza de la zona
Dos de las armas nucleares impactaron en el suelo y sus nueve kilos de combustible nuclear se diseminaron por la zona, en forma de óxidos de plutonio, uranio y americio fundamentalmente. Después del accidente, EEUU invirtió 80 millones de dólares de entonces y se retiraron, en 4.810 bidones, 1.400 toneladas de tierra y restos vegetales que fueron transportados a un almacén nuclear de Carolina del Sur. Poco más ha hecho Washington hasta ahora, aparte de ingresar entre 1997 y 2007 unos tres millones de dólares para vigilar la radiactividad de la zona y de realizar algunos viajes de inspección a la zona, como denunciaba un artículo publicado en El País en 2010.
La propaganda
Ante el miedo a la radiactividad de la bomba perdida, el entonces ministro de Información y Turismo, Manuel Fraga; el que fuera embajador de Estados Unidos en España, Angier Beiddle Duke, el jefe de la región aérea del Estrecho y el presidente entonces de la Agencia Efe, Carlos Sentís, se bañaron en el mar en un intento de demostrar al mundo y a la población local que no había peligro para la salud. Desde entonces el ahora CIEMAT (Centro de Investigaciones Energéticas, Medioambientales y Tecnológicas) realiza estudios periódicos de radiación y vigilancia.
50.000 metros cúbicos contaminados con plutonio
Según uno de los informes del Consejo de Seguridad Nuclear (CSN) que cita Efe desde 1966, los programas de vigilancia realizados no han mostrado ningún resultado que haga sospechar la existencia de morbilidad inducida por las radiaciones ionizantes y no hay evidencia de patología directamente relacionada con la dispersión de material radiactivo en el medio ambiente. Ecologista en Acción acusó al Gobierno este verano ante la Fiscalía de no haber advertido a los vecinos de la zona de que se estaban removiendo tierras radiactivas, pues hasta 2007 no se valló el área afectada. Según el CIEMAT, quedan 50.000 metros cúbicos por limpiar. Greenpeace ha pedido nuevos estudios en la zona para reevaluar la contaminación, porque según recuerda, los últimos estudios sobre la contaminación en Palomares son de hace una década y los restos radiactivos pueden haber cambiado a consecuencia, por ejemplo, del viento.

http://www.huffingtonpost.es/2015/10/19/palomares-radiactividad_n_8329876.html?ir=Spain

miércoles, 14 de octubre de 2015

El calentamiento global necesita una respuesta urgente .


El cambio climático, no es algo que se deba tomar a la ligera. Está empezando a provocar daños en nuestra Tierra que serán irreversibles. Las actuaciones por parte de todo el planeta, ¡deben empezar ya!

Las naciones tienen que actuar coordinadamente para prevenir un cambio climático que ya ha comenzado y que lleva camino de causar daños incalculables a las propiedades, a la seguridad alimentaria y energética mundiales y, a la larga, a millones de personas y a la propia civilización humana.

En el último siglo, la Tierra se ha calentado casi un grado centígrado. Eso ha modificado el clima, el régimen de precipitaciones y el equilibrio ecosistémico y alimentario que de ellos dependen. La intensificación de huracanes, sequías, inundaciones, lluvias torrenciales y nevadas sin precedentes la vemos todos los días, en todas las televisiones. Y cada vez más.

¿Puede haber una componente de variabilidad natural? Posiblemente, pero la práctica totalidad de la comunidad científica mundial coincide en afirmar que la causa es humana: La acumulación de gases como el dióxido de carbono, el metano y otros, que atrapan parte del calor que abandona la Tierra, modificando su balance energético. La Tierra, que sigue recibiendo el mismo calor del Sol, no puede sino calentarse un poco, para recuperar ese balance.

La urgencia la marca el nivel de 450 partes por millón (ppm) de CO2 en la atmósfera, que la ONU y la comunidad científica han establecido como el nivel que no hay que rebasar si queremos tener una razonable probabilidad de el calentamiento global no exceda los 2ºC. Desgraciadamente, ya hemos superado las 400 ppm y esta concentración está subiendo a razón de 3 ppm cada año.

Pues bien, si está ocurriendo y conocemos el origen, corrijamos la causa. Reduzcamos las emisiones de esos gases de las actividades humanas que las causan (Electricidad, Calefacción, Transporte, Industria, Agricultura, Bosques y Residuos).

Fácil decirlo, pero muy difícil hacerlo. Sobre todo, por los intereses billonarios de los países y empresas que dependen de los hidrocarburos. Y por otras mil razones que no caben aquí.

Afortunadamente, el mundo cuenta con las soluciones, tenemos la tecnología para iniciar el proceso, las herramientas legislativas y el liderazgo mundial para intentarlo: algunas energías renovables (eólica y solar) ya son más competitivas que las energías convencionales más baratas (carbón, nuclear y gas). Solo necesitan un par de décadas para sustituir ordenadamente las infraestructuras energéticas fósiles y descarbonizar la electricidad, la calefacción, el transporte… Obviamente, el proceso será largo. Y será necesaria la aparición de nuevas tecnologías para erradicar las emisiones en sectores como la industria, la agricultura o la gestión forestal. Pero ya tenemos la tecnología para empezar.

La Cumbre de París, con motivo de la COP21, podría conseguir un Acuerdo Internacional vinculante para poner precio a las emisiones de gases. La solución "Cargo al Carbono con Devolución" ("Carbon Fee & Dividend)" parece la más adecuada. Un Acuerdo de los 196 países de la ONU parece inalcanzable pero tampoco es necesario. Para empezar, bastaría con un Acuerdo entre China, EEUU y la UE, los tres más contaminantes, al que se adherirían los demás países de manera paulatina.

No menos importante, tenemos dos líderes mundiales que podrían conseguirlo: el Presidente Obama está decidido a poner todo su poder y prestigio para conseguir un acuerdo que proteja el clima de nuestros hijos y nietos. El Papa Francisco, ya lo ha hecho con su Encíclica "Laudato Si" y lo ha intentado de nuevo hace un par de semanas, con sendas comparecencias en las Cámaras Legislativas de los EEUU y en la Asamblea Anual de la ONU, ante los 200 jefes de Estado. Ese liderazgo está acompañado por la posición de la Unión Europea y China, lo que permite ser optimistas para que se logre un Acuerdo Internacional Significativo en la Cumbre por el Clima de París, que tendrá lugar el próximo Diciembre.

Esto es solo el comienzo. Pero hay que empezar ya.

Emilio de las Heras
http://www.ecoticias.com/co2/107774/El-calentamiento-global-necesita-una-respuesta-urgente