viernes, 12 de junio de 2015

Los surfistas serán objeto de estudio.



Un grupo de científicos busca estudiar cómo la contaminación en el agua puede afectar a la salud humana y los deportistas serán los protagonistas
El agua de los océanos podría alojar a una bacteria resistente a los antibióticos, conocidas como superbacterias, que complejizan el tratamiento de ciertas infecciones. Y para estudiarlas, los científicos recurrirán a los humanos que más tiempo pasan adentro del agua, los surfistas.
El centro Europeo para el Medio Ambiente y la Salud Humana en la Universidad de Exeter y la ONG del Reino Unido Surfistas contra las Aguas Residuales (SAS por su nombre en inglés) están reclutando a surfistas dentro del país que quieran participar de un estudio para el cual deberán proporcionar muestras rectales.
En total, se buscará a 300 personas. La mitad deberá surfear al menos tres veces al mes y cada uno de ellos deberá llevar a alguien que no practique el deporte. De esta forma, los investigadores podrán comparar a quienes pasan gran parte de su tiempo en el agua con aquellos que no lo hacen y ver cómo la exposición a la contaminación los afecta en relación con las superbacterias.
"Sabemos que los surfistas suelen tragar más agua del mar que otras personas que frecuentan la playa – alrededor de 170 mililitros por sesión–, unas 10 veces más que los nadadores", dijo Anne Leonard, una de las investigadoras que trabajarán en el estudio, en un comunicado de la universidad.
"Ya hemos demostrado que el agua puede contener bacterias resistentes a los antibióticos pero no tenemos idea de cómo esto afecta a los microbios que viven en nuestro organismo o cómo esto impacta en nuestra salud",.

Bacterias que preocupan

La amenaza de las superbacterias es tan seria, que incluso el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, lanzó un plan para reducir el uso de antibióticos en el tratamiento de infecciones en humanos y animales, recoge la cadena de noticias BBC.
"Pese a que la calidad de las aguas ha mejorado dramáticamente en los últimos 20 años, las aguas costeras todavía pueden ser contaminadas por animales y seres humanos, que podría introducir miles de millones de bacterias potencialmente dañinas en el océano"
Es que si las bacterias se vuelven más resistentes a los antibióticos, las infecciones se volverán más difíciles de tratar.
Los investigadores esperan tener resultados en 2016. "Pese a que la calidad de las aguas ha mejorado dramáticamente en los últimos 20 años, las aguas costeras todavía pueden ser contaminadas por animales y seres humanos, que podría introducir miles de millones de bacterias potencialmente dañinas en el océano", dijo Andy Cummins, directora de campaña de la SAS.
El estudio fue anunciado este lunes, fecha en la que se celebra el Día mundial de los océanos.

http://www.cromo.com.uy/los-surfistas-seran-objeto-estudio-n652636

jueves, 11 de junio de 2015

Los niños esclavos del oro.



Ghana es uno de los 10 mayores productores mundiales de oro y los consumidores lo prefieren porque, a diferencia de lo que ocurre con otros vendedores de este metal, es una democracia. Pero esto no hace, sin embargo, que la compra sea todo lo limpia que podría ser: según un nuevo informe de Human Rights Watch, un tercio del oro de Gana es obtenido de minas de pequeña escala que operan en la ilegalidad y que emplean a niños en condiciones degradantes.
Mañana es el Día Internacional contra el Trabajo Infantil y la organización internacional Human Rights Watch (HRW) llama la atención sobre la situación de Ghana, donde la ley "prohíbe el trabajo minero para cualquier persona menor de 18 años". Pero donde miles de niños y adolescentes –especialmente de entre 15 y 17 años– son empleados en lugares peligrosos y expuestos al manejo de metales tóxicos.
"Era un trabajo difícil, no teníamos tiempo para descansar. Trabajábamos de seis de la mañana a ocho de la noche. Si terminábamos antes teníamos tiempo para comer, pero si no, no. A veces no teníamos ningún momento de descanso", contó a la organización un joven de 14 años llamado Faruk que ya no se desempeña en las minas.
En general, los jóvenes empleados en estos lugares sufren dolores de cabeza, cuello, espalda y miembros superiores e inferiores. A largo plazo pueden tener problemas de columna.
Las tareas que realizan y el dinero que reciben a cambio son variables. En general, buscan el oro, lo separan, transportan las cargas y lo procesan con mercurio. Algunos cobran un salario diario de entre US$ 1,50 y US$ 6,25. Otros reciben paga por cargas transportadas y en estos casos hay variaciones considerables: se dan US$ 2,20 a jóvenes que hacen 25 viajes pero también a los que hacen 50.
No hay cifras de a cuántos incide esta realidad pero se puede inferir que a miles, según los datos disponibles. El gobierno ha otorgado 1.170 permisos a mineras de pequeña escala para la explotación de oro. Un miembro del gobierno declaró a HRW que cerca del 90 % de las minas de pequeña escala son ilegales. Serían, pues, unas 10.530 los sitios no declarados.
"Las minas de oro sin licencia en Ghana son lugares muy peligrosos, donde ningún menor debería trabajar", expresó la investigadora principal para los Derechos del Niño de HRW, Juliane Kippenberg.

Los niños sufren heridas y males respiratorios debido al trabajo.

Uno de los afectados es Samuel, que tiene 16 años y dio su testimonio a HRW. "Es una tarea difícil porque trabajo en un lugar de explotación donde hay humo de las máquinas que están calientes. Inhalo el polvo y el humo y después voy a casa a dormir. Al día siguiente toso con sangre, esto puede durar hasta una semana después de un día de trabajo. Una vez falté a clases durante una semana, fui dos veces al médico", relató.

Controlar el negocio 

De las minas artesanales e ilegales se obtienen unas 40,7 toneladas de oro que el gobierno exporta por más de US$ 1.700 millones, según datos oficiales de 2013.
Entre los principales destinos se encuentran Suiza, los Emiratos Árabes Unidos, Sudáfrica, India, China, Turquía, Líbano y Estados Unidos.
En general, los que compran son refinadores que poco saben –o poco investigan– sobre el origen de los productos. De acuerdo con el estudio de HRW, los trabajadores de las minas ofrecen aquello que consiguen a intermediarios locales, que lo llevan luego a las ciudades. De ahí los comerciantes lo trasladan a la capital del país, Accra, donde lo adquieren los exportadores que luego negociarán con los extranjeros.
A la luz de estos datos, HRW instó a las refinerías internacionales que utilizan oro proveniente de Ghana a que ejerzan mayor control sobre su cadena de suministro, "para asegurarse de que no se están beneficiando del trabajo infantil". Estas empresas "deben tener políticas claras" contra el trabajo de los menores, insistió HRW, que señaló que es necesario un seguimiento regular e inspecciones no anunciadas.
La actitud del gobierno por ahora es insuficiente. Oscila entre la ausencia de controles y los cierres agresivos y no hay una legislación adecuada. Todas las minas forman parte de la Compañía de Comercio de Oro de Ghana, que es propiedad del gobierno. Pero las autoridades no tienen manera de determinar si los niños participan en la extracción del metal y al momento de otorgar licencias de funcionamiento, lo hace "sin imponer ningún criterio de derechos humanos", de acuerdo con el informe.

Usan mercurio sin cuidados

En las minas de pequeña escala está muy extendido el uso de mercurio, que en estado líquido se agrega al oro y luego permite separarlo de otros metales. El mercurio ataca al sistema nervioso central y puede dejar secuelas de por vida.
"Hay un alto riesgo de daño cerebral y otras discapacidades de por vida. La exposición a altos niveles de mercurio puede resultar en fallas en los riñones, el sistema respiratorio o incluso en la muerte. Cuanto más pequeño el chico, mayores son los riesgos", advierte el informe.
Los jóvenes obtienen el metal de los mismos a los que venden luego el oro. Inhalan cuando lo funden y se contaminan las manos cuando lo tocan. Pero ninguno de los entrevistados por HRW sabía cómo protegerse y algunos nunca habían oído que podía ser peligroso.
"Me dijeron que si trabajas con mercurio durante largo tiempo, sobre todo si bates el oro con las manos, tus dedos comienzan a temblar. Suele sucederme y eso afecta mi escritura", relató Ibrahim, que tiene 19 años y trabaja con este metal desde que tiene 17.


J. KIPPENBERG - HRW
http://www.elobservador.com.uy/los-ninos-esclavos-del-oro-n653135