viernes, 23 de marzo de 2018

Dirigentes indígenas filipinos son víctimas de persecuciones.



El asesinato de Ricardo Mayumi, uno de los lideres indígenas del Movimiento de los Campesinos Ifugao ha generado zozobra y terror en la población así como grandes críticas a nivel internacional contra Filipinas, debido a la persecución constante a dirigentes contrarios al gobierno.

Mayumi, quien se desempeñaba como activista indígena supuestamente fue asesinado por oponerse a un proyecto de construcción de una presa eléctrica. Su muerte pone en evidencia la atmósfera cada vez  más hostil a la que tienen que enfrentarse a diario los activistas filipinos, informaron miembros del movimiento.

Indicaron además, a través de un comunicado, que Mayumi al igual que otros dirigentes recibieron amenazas de muerte. Sin embargo, las autoridades no han dado declaraciones acerca de las causas de su muerte y expresaron que están llevando a cabo las investigaciones.

De acuerdo a los parlamentarios de la Asociación de los Países del Sur de Asia (Asean) y la Asociación a favor de los Derechos Humanos (APHR), Mayumi fue encontrado el 2 de marzo en su vivienda, ubicada en la provincia de Ifugao con un disparo. Por ello, instaron a las autoridadesinvestigar el hecho.

Eva Kusuma Sundari, consejera de la Aphr manifestó su preocupación porque el Gobierno en Manila parece estar en contra de proteger los defensores de los derechos humanos.

Por su parte, Victoria Tauli-Corpuz, relatora de la Organización de Naciones Unidas de las comunidades indígenas, negó la acusación del gobierno de pertenecer al grupo miliciano maoísta y resaltó que teme por su seguridad y la de otros activistas de la nación.

La mayor tasa de mortalidad de los defensores del ambiente en 2017 es la de Filipinas. Según las estadísticas reseñadas por la ONG Británica Global Witness, de las casi 200 muertas en el mundo de activistas en 2016, una quinta parte ocurrió en suelo filipino.

El gobierno filipino declaró una medida administrativa contra 600 indígenas como terroristas por arriesgar su vida, a diario para defender sus derechos.

Contexto

Indígenas de la isla filipina de Mindanao exigen la desmilitarización de sus tierras ancestrales.

El pueblo Lumad, es la denominación o nombre colectivo de las 18 tribus que viven en las ricas áreas de Mindanao.

Debido a la presencia de grupos insurgentes, los Lumad luchan por su hogar en medio de un conflicto armado que ha llevado la muerte a sus habitantes.

La ONU ha documentado en los últimos años los asesinatos de líderes, activistas y pobladores, incluidos niños. También se reportaron ataques a escuelas tribales y maestros.

https://www.servindi.org/actualidad-noticias/13/03/2018/dirigentes-indigenas-filipinos-son-victimas-de-persecuciones

miércoles, 21 de marzo de 2018

Engaño y destrucción detrás de la definición de bosque de la FAO.



Durante décadas, el Movimiento por los Bosques Tropicales (WRM, por su sigla en inglés) ha exigido a la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) que revise urgentemente su definición de bosque, ya que esta en gran medida beneficia a los intereses de las empresas de plantaciones de monocultivos industriales de árboles.

La definición de la FAO reduce un bosque a cualquier área cubierta por árboles. Y, por tanto, esta definición descarta otras formas de vida, así como la diversidad biológica, cíclica y cultural que define a un bosque en una interconexión continua con las comunidades que dependen de los bosques.

Esta definición reduccionista también permite que las empresas responsables de decenas de millones de plantaciones industriales de rápido crecimiento cuenten sus monocultivos como “bosques plantados”. Las estadísticas forestales de los países cuentan estas plantaciones industriales como “bosques”, a pesar de todos sus impactos sociales y ambientales que han sido ampliamente documentados alrededor del mundo.

La organización de las Naciones Unidas (ONU) declaró el 21 de marzo como el Día Internacional de los Bosques en 2013. Para el WRM, este día ha sido una oportunidad más para denunciar la engañosa definición de bosques de la FAO.

Ya en 2009, el WRM denunció en su Boletín 141 que:

“la definición de bosque no es un tema académico o lingüístico: es un tema político que en los hechos tiene graves consecuencias sociales y ambientales. Definir las plantaciones como bosques otorga poder al sector empresarial –particularmente a las empresas de plantaciones– y debilita a las comunidades locales que se les oponen para proteger sus medios de vida. Al no aceptar un cambio en su definición, la FAO continúa contribuyendo a esto”.

Actualmente, la definición de la FAO sigue siendo la definición de bosque más utilizada. Sirve como guía para las definiciones nacionales de bosques en todo el mundo -como lo denunciamos en una Carta Abierta en 2017. También es la referencia en los ámbitos internacionales, tal como las negociaciones sobre el clima de la ONU.

Debido a que el Acuerdo de París adopta la definición de bosques de la FAO, la promoción de las plantaciones industriales se está encubriendo con la imagen positiva que tienen los bosques
El Acuerdo de París de 2016, de las Naciones Unidas, promueve la expansión de las plantaciones de monocultivos de árboles a través de diferentes medios. Las plantaciones de árboles están siendo promovidas para los denominados sumideros de carbono, dudosos programas de reforestación o restauración están siendo introducidos y la madera está siendo promocionada como fuente de energía para reemplazar a los combustibles fósiles. Debido a que el Acuerdo de París adopta la definición de bosques de la FAO, la promoción de las plantaciones industriales se está encubriendo con la imagen positiva que tienen los bosques.

Tal como lo afirmó el WRM, junto con La Vía Campesina, Amigos de la Tierra Internacional y Focus on the Global South, en una Carta Abierta a la FAO en 2014,

“(La definición) no toma en cuenta a los por lo menos 300 millones de mujeres y hombres del mundo entero que, según la FAO, dependen directamente de los bosques para su subsistencia”.

La FAO debería asumir plena responsabilidad por la fuerte influencia que su definición de bosque tiene sobre las políticas económicas, ecológicas y sociales mundiales.



¡Las plantaciones no son bosques!

https://www.servindi.org/actualidad-noticias/21/03/2018/engano-y-destruccion-detras-de-la-definicion-de-bosque-de-la-fao
https://wrm.org.uy/es/files/2018/03/Compilaci%C3%B3n-21-de-Marzo-2018-ES.pdf

martes, 20 de marzo de 2018

Un experimento contamina el mar para saber cómo salvar a los corales.


La acidificación del océano por las emisiones de dióxido de carbono frena el crecimiento .
Los corales están en peligro. A la amenaza que sufren por la subida de temperatura de las aguas por el cambio climático, se suma la acidificación de los océanos. Estos últimos capturan parte de las emisiones de dióxido de carbono que generan los humanos. La acumulación de este gas se traduce en un aumento del pH de los mares que frena el crecimiento de los corales. Así lo confirma el primer estudio de acidificación oceánica realizado en el ecosistema natural de los arrecifes y publicado en la revista Nature.
Hasta ahora todas las investigaciones se habían desarrollado dentro de un laboratorio. En esta ocasión, los científicos han escogido como lugar del experimento una zona de arrecifes en la isla de One Tree, en el sur de la Gran Barrera de Coral. "Si haces el experimento en un laboratorio siempre estás sujeto a la crítica por hacerlo en unas condiciones determinadas y controladas. En el medio natural, no. Hay muchos factores que intervienen como la luz o los organismos", afirma el científico del Instituto de Investigaciones Marinas del CSIC, Xosé Antón Álvarez Salgado.

Para realizar la investigación, se acidificó artificialmente el agua del mar mediante la adición de dióxido de carbono. El objetivo era reflejar las proyecciones que existen para fin de siglo si no se reducen las emisiones de este gas. Los expertos observaron que la calcificación se redujo un 34%, lo que compromete la supervivencia de este tipo de ecosistemas.

Los arrecifes construyen sus esqueletos a partir de la adición de carbonato cálcico. Este proceso se hace más difícil a medida que aumenta la acidez del agua. Xosé Antón Álvarez Salgado señala que el océano está sobresaturado de carbonato cálcico. "Pero a consecuencia de la acidificación esta sobresaturación está disminuyendo. Si sigue bajando, puede que estos organismos no sean capaz de calcificar y lleguen a deaparecer", sostiene.

 Una comunidad saludable de arrecifes de coral en la Gran Barrera.ampliar foto
Una comunidad saludable de arrecifes de coral en la Gran Barrera. DAVID KLINE DKLINE
Los investigadores alertan de que para evitar que los corales desaparezcan solo hay una solución: reducir drásticamente las emisiones de dióxido de carbono. "Nuestros hallazgos proporcionan una evidencia sólida de que la acidificación del océano frenará notablemente el crecimiento de los arrecifes de coral en el futuro a menos que reduzcamos rápidamente las emisiones de gases de efecto invernadero", asegura Rebecca Albright, coautora del estudio e investigadora de la Academia de Ciencias de California.
importante frente a fenómenos naturales: protegen el litoral de los efectos de ciclones y huracanes.
Para Enric Sala, director ejecutivo de Mares Prístinos, un proyecto de National Geographic para proteger los lugares todavía inmaculados de los océanos, la solución pasa por desarrollar una sociedad basada casi en sus totalidad en energías renovables. "Si no lo hacemos, estaremos firmando la sentencia de muerte de los arrecifes de coral tal y como los conocemos y de muchos otras especies y ecosistemas en el planeta", señala el ecólogo marino.

LOS CORALES, FUENTE DE ALIMENTO Y DE INGRESOS TURÍSTICOS

El incremento de la temperatura y de la acidez de las aguas ya han provocado el blanqueamiento y la muerte de más de la mitad de corales de la Gran Barrera de Australia o del mayor arrecife de Japón. Los arrecifes de coral alimentan a millones de personas en todo el mundo, brindan protección costera y generan miles de millones de dólares anuales en ingresos turísticos. La muerte de estos animales supondría una pérdida importante de biodiversidad. Más del 25% de las especies marinas dependen de los arrecifes de coral durante al menos una parte de su vida. Pero la muerte de todos los corales no solo tendría consecuencias graves para la vida marina. Más de 500 millones de personas dependen de los arrecifes de coral para obtener alimentos y protección de la costa. Además, los arrecifes son una barrera

Por: 
https://elpais.com/elpais/2018/03/15/ciencia/