viernes, 22 de noviembre de 2013

El presidente más joven de la historia de EEUU era un hombre enfermo.


John F. Kennedy, de cuyo asesinato se cumplen mañana 50 años, fue el presidente más joven de los Estados Unidos, pero detrás de su imagen saludable y llena de energía se escondía un hombre enfermo, aquejado de muchos males que le hacían dependiente de los fármacos, según su historial clínico.
Quizás el más conocido de sus problemas médicos fueran sus terribles dolores de espalda, que le obligaba a llevar un corsé y a tomar fuertes analgésicos y que se atribuían a las heridas que sufrió cuando se hundió su lancha torpedera PT109, arrollada por un destructor japonés durante la II Guerra Mundial en aguas del Pacífico en agosto de 1943.
Kennedy y los demás supervivientes de la tripulación de la patrullera que él comandaba aguantaron seis días alimentándose de cocos en una isla cercana hasta que fueron rescatados, y el episodio pasó a ser una página gloriosa en la carrera del que iba a ser elegido presidente de los Estados Unidos a los 43 años de edad en 1960.
Pero los dolores de espalda causados por la osteoporosis en tres vertebras fracturadas eran sólo la punta del iceberg de una salud frágil, según revelaron los informes médicos de la Casa Blanca hechos públicos casi cuarenta años después del asesinato de Kennedy el 22 de noviembre de 1963 en Dallas.

La "maldición" de los Kennedy
 
Desde muy joven Kennedy padecía la enfermedad de Addison, un raro desorden endocrino que destruye las glándulas suprarrenales y causa síntomas como fatiga, anorexia, náuseas, pérdida de peso, hipoglucemia, hipotensión y pigmentación de la piel y las mucosas.
Y más adelante, cuando ya era senador, le fue diagnosticado hipotiroidismo, una disfunción de la glándula tiroidea que provoca depresión y somnolencia entre otros síntomas.
Según un artículo de 2009 del médico de la Marina estadounidense Lee Mandel, reeditado en la última edición de la revista Annals of Internal Medicine con motivo de la efeméride de este viernes, la coincidencia de ambos males se da en una enfermedad denominada síndrome poliendocrino autoinmune tipo 2 (SPA2).
En una época en la que no existía la presión mediática de hoy, esta información no llegó al público, pero Kennedy protagonizó varios episodios en los que se evidenció su mal estado de salud.
En su libro "In search for JFK" de 1976, Joan y Clay Blair relatan cómo Kennedy se desmayó durante una visita a Inglaterra en septiembre de 1947 cuando era congresista por Massachusetts.
El médico que le atendió, Sir Daniel Davis, le diagnosticó una crisis suprarrenal y comentó a una amiga del senador: "A ese joven amigo americano suyo le queda menos de un año de vida", escribió el matrimonio Blair.
Cuando Kennedy anunció su candidatura al Congreso en 1945, pesaba sólo 68 kilos para una estatura de 1,83 metros y según los archivos médicos fue hospitalizado por problemas de espalda e intestinales en al menos nueve ocasiones entre 1955 y 1957.
La doctora Janet Travell, responsable de gran parte del historial médico de Kennedy, menciona la toma diaria de ocho medicamentos distintos en octubre de 1961, entre ellos varios esteroides, testosterona y hormona tiroidea.
Kennedy también consumía codeína y metadona para el dolor, ansiolíticos y pastillas para dormir.
El historiador Robert Dallek, autor de una biografía titulada "Una vida inacabada: John F. Kennedy, 1917-1963, habla en un artículo publicado en 2002 en la revista "The Atlantic" del "callado estoicismo de un hombre que lucha para soportar un dolor y una angustia extraordinarios".

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miércoles, 20 de noviembre de 2013

Esvástica, el símbolo que no significa lo que crees.


Hoy en día resulta difícil imaginar un símbolo que tenga asociado un significado tan negativo y siniestro como el de la esvástica, popularizado en todo el mundo por el uso que hicieron de él los nazis, y por lo general interpretado como sinónimo de muerte, destrucción, racismo y totalitarismo.Paradójicamente, en realidad el origen de este signo en síntesis una cruz de cuatro brazos doblados en ángulo de 90 grados, se remonta a miles de años antes del surgimiento del nazismo, fue utilizado por gran parte de las culturas y civilizaciones del planeta y, además, hasta el ascenso al poder de Adolf Hitler había sido considerado casi siempre un símbolo de significado positivo.Los usos más antiguos de la esvástica un término sánscrito que significa, literalmente, "muy auspicioso", parecen remontarse al neolítico y la Edad del Bronce, estando bien documentado su uso extendido en la civilización del valle del Indo entre el 3300 y el 1300 a.C., y más tarde por todo el Mediterráneo, siendo muy popular entre las culturas de la Antigüedad clásica.Sin embargo, su uso más prolongado y habitual tuvo lugar en distintos rincones de Asia, y ha estado durante siglos vinculado a creencias religiosas como el hinduismo, el jainismo o el budismo. En todas estas tradiciones religiosas y en muchas otras sigue teniendo un significado positivo, siempre relacionado con la buena suerte, el éxito, la prosperidad o la fortuna.En el jainismo, los cuatro brazos de la esvástica que forman parte de su símbolo oficial, el Jain Prateek Chihna, están vinculados con los cuatro gati destinos que, según esta creencia, puede tener el alma en los sucesivos ciclos de reencarnación: humano, animal, celestial y demoniaco.En el hinduismo, por su parte, se relacionan con los cuatro purushartha, los cuatro objetivos de la vida de los varones, citados en los Dharma Sastra: Dharma (el deber religioso), Artha (la riqueza que permite alcanzar el placer), Kāma (el placer) y Moksha (la liberación del ciclo de reencarnación).En el caso del budismo, la esvástica aparece habitualmente representada en el pecho de algunas estatuas de Buda, y por lo general significa "el todo" o "la eternidad".En época griega y romana la esvástica, en sus dos "versiones" dextrógira y levógira, es decir, con los brazos "moviéndose" en el sentido de las agujas del reloj, o al contrario se utilizó principalmente como motivo decorativo, apareciendo a menudo en mosaicos, tejidos y decoraciones murales como un patrón similar al de las grecas.En la prehistoria Europea, durante las edades del hierro y del bronce, la esvástica también tuvo un significado solar, y a menudo la esvástica se representó de formas variadas, por ejemplo con sus brazos curvos en lugar de rectos.Por otra parte, en algunas culturas europeas de raíces célticas parece haber estado relacionado igualmente con un simbolismo de tipo funerario, vinculándose con las puertas del nacimiento y de la muerte, dependiendo de si sus brazos eran dextrógiros o levógiros.En el cristianismo, sorprendentemente, la esvástica también se utilizó a menudo como forma de decoración en algunas iglesias y templos medievales, bien en mosaicos como los que cubren parte del suelo de la catedral de Amiens (Francia), bien en los muros exteriores, generalmente como variación de la cruz de Cristo.Ya en épocas más recientes, y antes de que esta singular cruz de cuatro brazos acabara identificándose con el nazismo, la esvástica fue empleada como símbolo de buena suerte entre algunos pilotos a comienzos de siglo XX. De hecho, fue utilizada como insignia por la Fuerza Aérea Finlandesa entre 1918 y 1945.También formó parte del emblema de la marca cervecera Carlsberg desde mediados del siglo XIX, aunque la compañía danesa dejó de utilizarla cuando los nazis llegaron al poder, debido a sus ya negativas connotaciones.En su Mein Kampf, Hitler identificó el signo de la esvástica con la raza aria, después de que el movimiento völkisch hubiera interpretado de forma interesada los textos de Heinrich Schliemann sobre este símbolo, que el arqueólogo había descubierto en sus excavaciones de Troya. Desde entonces, el milenario símbolo nunca volvió a ser visto del mismo modo.Bastó apenas un cuarto de siglo tiempo durante el cual los nazis hicieron uso de la cruz gamada, entre 1920 y 1945 para cambiar de forma radical la percepción sobre un símbolo que, durante miles de años, había sido interpretado de forma positiva.

http://es-us.noticias.yahoo.com/blogs/blog-de-noticias/esvástica--el-símbolo-que-no-significa-lo-que-crees-161911671.html