jueves, 12 de noviembre de 2015

¿Por qué se están muriendo las abejas?


Se ha notado un declive alarmante de abejas melíferas desde 1980. En 2006, los apicultores reportaron que entre el 30 y 90 por ciento de sus colmenas estaban desapareciendo, dejando a la reina sin suficientes abejas obreras. Este problema se denominó el síndrome de colapso de la colmena (CCD por sus siglas en inglés).

La importancia de las abejas melíferas

El síndrome de colapso de la colmena es una amenaza no tan sólo para la producción de miel, sino también para una tercera parte de la producción agrícola de los Estados Unidos y alrededor del 70% de las hortalizas más importantes del mundo.
Las abejas son indispensables para la producción de las manzanas, pepinos, cebollas, zanahorias y almendras, entre muchos otros alimentos.
Aunque es difícil saber exactamente qué es lo que está causando la muerte de tantas abejas, los científicos concuerdan que el síndrome de colapso de la colmena se debe a una combinación de factores, pero la causa principal del deterioro de las abejas tiene que ver con las prácticas agrícolas industriales.
Irónicamente, la misma industria que depende tanto de las abejas las está matando.

Causas principales del síndrome de colapso de la colmena

Los insecticidas (especialmente los neonicotinoides): Las abejas son sensibles a los químicos en general, pero especialmente a una clase de insecticidas llamados neonicotinoides. Los neonicotinoides afectan el sistema nervioso de las abejas y destruye su habilidad de navegar, causa parálisis y eventualmente termina en la muerte. Al parecer, las abejas dan preferencia a flores tratadas con neonicotinoides, quizás de una manera similar a las personas que fuman a pesar de los daños que causan los cigarros. Algunos tipos de neonicotinoides, por ejemplo el imidacloprid y la clotianidina, se han prohibido en Europa debido al efecto negativo que tienen para las abejas; sin embargo las empresas agroquímicas que producen los pesticidas (Bayer y Syngenta) han levantado una demanda contra la Comisión Europea retar su prohibición. Mientras tanto, en los Estados Unidos los neonicotinoides se siguen utilizando, aunque legalmente no se deben aplicar cuando hay abejas presentes.
La pérdida de habitat: Las abejas viajan grandes distancias en busca de flores. La urbanización reemplaza el habitat natural de las abejas con carreteras, centros comerciales y departamentos. Las abejas tienen que viajar más lejos para encontrar comida y la variedad de los alimentos disponibles es muy reducida. Esto provoca estrés y afecta la habilidad de las abejas de sobrevivir. Para empeorar la situación, en las zonas rurales los ecosistemas nativos se han destruido para crear campos donde se siembran las hortalizas que dependen de las abejas para producir frutos... pero las plantas se han empapado de los mismos químicos que matan a las abejas. En pocas palabras, destruimos las fuentes naturales de alimento para las abejas mientras las obligamos a consumir néctar infundido con un coctél de químicos mortales. Y nos sorprendemos cuando las colmenas sufren.
Los parásitos y las enfermedades: Aunque las causas más importantes de la muerte de las abejas son los dos factores anteriores, los parásitos, hongos, bacterias y virus son más fáciles de observar y a veces parecen ser los culpables. Sin embargo, una colmena sana puede resistir la enfermedad y los parásitos mucho mejor que una colmena ya estresada por otras razones. Entonces los parásitos y las enfermedades también contribuyen al síndrome de colapso de la colmena, pero su influencia es exagerada debido a la debilidad previa de la colmena.

Otros problemas que contribuyen a la disminución de las abejas

La radiación electromagnética emitida por los teléfonos celulares y torres de comunicación inalámbrica puede interferir con la navegación de las abejas. Investigadores de la Universidad de Landau en Alemania observaron que las abejas no regresaban a su colmena cuando había teléfonos celulares cercanos.
El cambio climático puede ser otra fuente de estrés para las abejas debido a la exageración de las fluctuaciones de temperatura y precipitación, los cambios en las temporadas de floración, y la extensión geográfica y estacional de los agentes .


http://vidaverde.about.com/od/Jardin-organico/fl/Por-que-se-estan-muriendo-las-abejas-sindrome-de-colapso-de-la-colmena.htm

miércoles, 11 de noviembre de 2015

La desaceleración económica amenaza al progreso.



La desaceleración del crecimiento económico a partir de 2008, y especialmente tras el derrumbe de los precios de los productos básicos a finales de 2014, amenaza con revertir los logros del excepcional lustro previo a la crisis financiera mundial, cuando el crecimiento del Sur en desarrollo superó al del Norte industrializado.
Desde 2002, muchos países en desarrollo, incluidos algunos de los más pobres, crecieron más rápidamente después de un cuarto de siglo de estancamiento en África, por ejemplo.
La economía mundial corre el riesgo de continuar su espiral descendente hacia el estancamiento prolongado. Los mecanismos de vigilancia mejorados del Fondo Monetario Internacional no generaron una mejor coordinación macroeconómica internacional, como se pregonaba.
Pero esa no ha sido su tardía recompensa por apegarse a las políticas prescritas por el saber convencional, como afirman algunos apologistas de los programas de ajuste estructural en los últimos 20 años del siglo XX.
En cambio, las principales razones fueron el entorno internacional más favorable, caracterizado por los precios más altos de las materias primas, las bajas tasas de interés y los renovados fondos de ayuda, junto con el crecimiento acelerado de China e India.
Las tendencias recientes deben verse dentro de un contexto histórico más extenso para poder extraer las lecciones adecuadas. El crecimiento económico en los años 80 y 90 fue, en general, más lento que en las dos décadas anteriores.
Pero a pesar del espectacular crecimiento de varios países en desarrollo, África subsahariana perdió debido a su estancamiento durante más de 20 años desde finales de la década de 1970, y América Latina perdió la década de 1980, al menos.
Las políticas estatales en los años 80 aparentemente para ajustarse a las "expectativas del mercado"- con frecuencia recortaron el gasto público, principalmente en el ámbito social.
Como la inequidad a nivel nacional creció en la mayoría de los países en los años 80, las desigualdades internacionales entre los Estados continuaron creciendo. El bienestar económico en el Sur en desarrollo se vio constreñido aun más por la presión demográfica, incluida la rápida urbanización.
La industrialización incipiente en muchos países fue abortada por los ajustes estructurales y la liberalización económica. La prematura liberalización comercial exacerbó la desindustrialización, el desempleo y el déficit fiscal, sin generar fuentes alternativas de crecimiento económico.
Los países de bajos ingresos, así como los Estados fallidos, se caracterizan generalmente por una reducida industrialización que, a su vez, retarda la transformación estructural y el desarrollo sostenible más inclusivo.
Las consecuencias adversas que tienen para el desarrollo las políticas y programas impuestos a los países del Sur, independientemente de las circunstancias históricas y el contexto económico, son bien conocidas.
Hay un mundo de diferencia entre la liberalización con mesura desde una posición de poderío económico, como ocurrió en la Asia oriental de reciente industrialización en la década de 1980, y su adopción forzada, para cumplir con la Organización Mundial del Comercio o las obligaciones del préstamo.
A pesar del discurso oficial que afirma lo contrario, las normas multilaterales distan mucho de apoyar al desarrollo sostenible y deben modificarse de manera acorde.
Desde finales del siglo XIX, los términos de intercambio adversos que favorecen a las industrias en detrimento de las materias primas, a los artículos de las zonas templadas frente a los productos agrícolas tropicales, y a los artículos industriales del Norte antes que los del Sur implican que muchos países en desarrollo han producido y exportado mucho más, pero ganan relativamente menos.
Se suponía que la liberalización financiera internacional debía atraer los capitales privados para llenar los vacíos de financiamiento. En cambio, dio lugar a transferencias de capital netas de los "pobres en capital" a los "ricos en capital", mayor volatilidad financiera y la desaceleración del crecimiento económico.
La experiencia también demostró que las "terapias de choque", que a menudo se corresponden con las grandes crisis del sistema financiero, en general, han causado más daño que bien.
Dada su mayor vulnerabilidad a las vicisitudes externas, los países en desarrollo deben tener mayor espacio fiscal para asegurar su capacidad contracíclica, así como un gasto público sostenido para las inversiones necesarias en infraestructura física y social y en recursos humanos.
El fortalecimiento de la base impositiva, la obtención de más fuentes confiables de finanzas internacionales y la canalización de la ayuda a través de los presupuestos nacionales pueden ser fundamentales.
En vez de la obsesión actual con la eliminación del déficit fiscal, se necesita una estrategia de estabilización macroeconómica más equilibrada y adecuada para reducir al mínimo los vaivenes desestabilizadores de la actividad económica y los saldos externos, a la vez que se fomenta un círculo virtuoso de mayor estabilidad macroeconómica, inversión, crecimiento y generación de empleo.
Los países en desarrollo necesitan fortalecer sus capacidades y aptitudes y garantizar el suficiente "espacio político" para llevar a cabo reformas adecuadas que favorezcan el desarrollo sostenible.
Con frecuencia se afirma que el desarrollo solo puede alcanzarse mediante la reducción del Estado. Sin embargo, en gran parte del Sur en desarrollo, eso condujo a democracias antiliberales que no permiten las opciones y a la frustración de la ciudadanía, privada de sus derechos.
En cambio, los gobiernos con responsabilidad democrática deben consultar a la ciudadanía para promover las inversiones destinadas a la transformación estructural y la generación de empleo.
La economía mundial corre el riesgo de continuar su espiral descendente hacia el estancamiento prolongado. Los mecanismos de vigilancia mejorados del Fondo Monetario Internacional no generaron una mejor coordinación macroeconómica internacional, como se pregonaba.
En cambio, el camino hacia el desarrollo sostenible sigue obstaculizado por las limitaciones autoimpuestas de las políticas deflacionarias y la negativa a brindar la ayuda necesaria o de cooperar para aumentar los impuestos para todos.

Traducido por Álvaro Queiruga
Por Jomo Kwame Sundaram
http://www.ipsnoticias.net/2015/11/la-desaceleracion-economica-amenaza-al-progreso/