Los antepasados de los pingüinos no vestían el característico esmoquin negro y blanco como los actuales, sino que tenían plumas de color marrón rojizo y gris, según científicos de EEUU que estudiaron un fósil de pingüino gigante de hace 36 millones de años, hallado en Perú. El fósil, que mide casi metro y medio, fue encontrado cerca de la reserva de Paracas, en la costa de Perú.
La especie, bautizada como Inkayacu paracasensis o "Rey del agua", data el eoceno tardío, una época en la que los pingüinos gigantes hoy extintos proliferaban en todo el hemisferio sur, según un estudio publicado en la revista Science.
Los científicos de las universidades de Texas en Austin, Carolina del Norte, Yale y Akron determinaron el color del pingüino al analizar los melanosomas de sus plumas, pequeñas estructuras responsables del color del plumaje.
Sus plumas eran grises y marrón rojizas, unos tonos que se asocian hoy con pingüinos jóvenes, no con los adultos.
"Las características de los huesos de este fósil en particular indican que se trata de un adulto plenamente desarrollado, no de un joven, por lo que fue una sorpresa encontrar estos colores marrón y gris", señaló uno de los autores del estudio, el Dr. Dan Ksepka de la Universidad de Carolina del Norte.
Los investigadores también comprobaron que los melanosomas del fósil eran mucho más pequeños que los de los pingüinos actuales, lo que abre un interrogante sobre cómo y por qué las plumas de estas aves cambiaron con el tiempo.
Además, en términos de tamaño, las plumas no eran más grandes que las que hoy tienen los pingüinos de tamaño normal, mucho menores que el rey de la especie, el Pingüino Emperador, que mide 1,20 metros.
Según Ksepka, el análisis de las diferencias entre estas plumas fosilizadas y las de los pingüinos actuales puede dar pistas sobre por qué especies gigantes como el Inkayacu se extinguieron, mientras sobrevivieron las especies más pequeñas.
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