Ella estaba cansada...
Él tuvo un sueño...
Todos podemos hacer algo...
En el año 1955, en Alabama, una mujer negra de 42 años volvía a su casa en ómnibus después de culminar su jornada de trabajo como costurera.
Era un día común, era un viaje común en un ómnibus público... y sin embargo lo que sucedió ese día en esa unidad de transporte tuvo enormes consecuencias para el futuro de miles de personas. El hecho fue muy simple. Esa mujer, llamada Rosa Park, se negó a cederle su asiento a un blanco que ni siquiera se lo había pedido, y por esa simple razón fue arrestada. Las protestas que se desataron a partir de allí, incluyendo un boicot de más de un año al transporte público segregado, marcaron un jalón histórico ineludible y fueron el comienzo de una nueva etapa en la continuación de la larga lucha por los derechos civiles en EEUU.
Cuando Rosa Park cumplió 90 años le realizaron un reportaje en donde le preguntaron si alguna vez imaginó las consecuencias de aquel acto, a lo que ella contestó, relatando la anécdota por milésima vez, en una respuesta que parece simple pero que tiene un significado y una profundidad que vale la pena recordar:
"No tenía idea de que alguien se enteraría de lo que me había sucedido aquel día. Ni siquiera tenía certeza de que sobreviviría aquel día.
Simplemente estaba cansada del maltrato. El joven blanco que estaba de pie no había pedido el asiento. Fue el conductor quien decidió crear un problema. Yo estaba sentada donde se suponía que debía hacerlo. El conductor exigió a cuatro personas negras que se pararan por una persona blanca que no había pedido un asiento. Simplemente sentí que no podía permitirme seguir siendo maltratada de esa manera."
Y no lo hizo...
Él tuvo un sueño...
Años más tarde, en Agosto de 1963, una multitud marchó hasta Washington formando parte de la misma etapa en el proceso de lucha contra el racismo y a favor de los derechos civiles en EEUU. Martín Luther King pronuncia, ante ellos, su histórico discurso "Yo tuve un sueño"...
"...Existen aquellos que preguntan a quienes apoyan la lucha por derechos civiles: "¿Cuándo quedarán satisfechos?" Nunca estaremos satisfechos en tanto el negro sea víctima de los inimaginables horrores de la brutalidad policial. Nunca estaremos satisfechos en tanto nuestros cuerpos, pesados con la fatiga del viaje, no puedan acceder a alojamiento en los moteles de las carreteras y los hoteles de las ciudades. No estaremos satisfechos en tanto la movilidad básica del negro sea de un gueto pequeño a uno más grande. Nunca estaremos satisfechos en tanto a nuestros hijos les sea arrancado su ser y robada su dignidad por carteles que rezan: "Solamente para blancos". No podemos estar satisfechos y no estaremos satisfechos en tanto un negro de Mississippi no pueda votar y un negro en Nueva York crea que no tiene nada por qué votar. No, no estamos satisfechos, y no estaremos satisfechos hasta que la justicia nos caiga como una catarata y el bien como un torrente..."
"...Yo tengo un sueño que mis cuatro hijos pequeños vivirán un día en una nación donde no serán juzgados por el color de su piel sino por el contenido de su carácter..."
"...Pero hay algo que debo decir a mi gente, que aguarda en el cálido umbral que lleva al palacio de la justicia: en el proceso de ganar nuestro justo lugar no deberemos ser culpables de hechos erróneos. No saciemos nuestra sed de libertad tomando de la copa de la amargura y el odio. Siempre debemos conducir nuestra lucha en el elevado plano de la dignidad y la disciplina. No debemos permitir que nuestra protesta creativa degenere en la violencia física. Una y otra vez debemos elevarnos a las majestuosas alturas de la resistencia a la fuerza física con la fuerza del alma..."
Discurso plagado de referencias políticas y religiosas, pronunciado por un militante y ministro religioso, pero que sin embargo se transforma en un mensaje que trasciende credos y razas.
"...Y cuando esto ocurra, cuando dejemos resonar la libertad, cuando la dejemos resonar desde cada pueblo y cada caserío, desde cada estado y cada ciudad, seremos capaces de apresurar la llegada de ese día cuando todos los hijos de Dios, hombres negros y hombres blancos, judíos y gentiles, protestantes y católicos, serán capaces de unir sus manos y cantar las palabras de un viejo espiritual negro: "¡Por fin somos libres! ¡Por fin somos libres!..."
Él asumirá...
El 4 de noviembre Barack Hussein Obama, descendiente de africanos, fue electo como futuro presidente de EEUU.
Hace cincuenta años no habría podido viajar sentado en un ómnibus de Alabama. Hoy se ve en el sillón presidencial.
Todos podemos hacer algo...
Como en toda gesta histórica de los pueblos en la lucha contra el racismo y la discriminación, y por ende en la búsqueda de la libertad y la justicia, podemos extraer varias conclusiones que trascienden al hecho y a la etapa histórica y su contexto.
El valor de la actitud individual ante lo injusto y lo arbitrario. Esa capacidad que tiene todo ser humano para revelarse ante la injusticia, aún sabiendo, como Rosa Park, que esa actitud conlleva consecuencias.
El saber que cada uno de nosotros puede hacer algo por cambiar este mundo plagado de discriminación y arbitrariedades, y que por más pequeño que sea nuestro gesto, la simple determinación de asumir la acción en algo simple y en apariencia hasta insignificante podrá estar marcando el comienzo de un cambio de insospechada profundidad.
El saber canalizar por las vías más inteligentes todo la fuerza y la convicción de lucha que anida en los pueblos. El saber que solamente en la acumulación masiva pueden ponerse los pilares para cambiar los aspectos más negativos de estas sociedades injustas. Saber que esos grandes cambios solo serán posibles si los colectivos los hacen suyos y los transitan con la paciencia, el esfuerzo, y la sabiduría necesarias.
El saber que el gran tema sigue siendo tener claridad en fijarnos los objetivos colectivos, sabiendo que solamente la fuerza de la participación los hará posibles.
"La libertad no es gratis..." dijo Rosa Park
La justicia social tampoco.
Hay que ganarla.
Hay que hacerla entre todos.
Y todos y todas podemos hacer algo.
Sigamos avanzando.
Gustavo Bernini - Diputado uruguayo.
En este texto tendriamos que incluir tambien la lucha que diriamente realizan los inmigrantes sin estatus legal para ser reconocidos, aceptados e integrados a la tierra de las oportunidades...
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