jueves, 24 de febrero de 2011

Día Nacional del Tereré.

Frío pero no congelado, amargo pero sabroso. Solo o en ronda de amigos, así es como se bebe un refresco de yerba mate al que los paraguayos denominan tereré.
Por una reciente ley de la república se instauró el Día Nacional del Tereré, que es el ultimo sábado de febrero. La celebración comenzó este jueves en una plaza del centro de Asunción con una exposición de artesanías de guampas (cuernos de res), vasos y tazas alusivos a la fiesta. En Yukyry, un pueblo cercano a la frontera con Brasil, se agregó un festival de arpas y guitarras.
En Paraguay está generalizado el consumo de tereré en su versión refrescante, a diferencia de lo que ocurre en Argentina, Brasil y Uruguay donde se bebe caliente la infusión de las hojas machacadas de un árbol cuyo nombre científico es Ilex paraguarienses Saint Hilaire.
"Tanto el mate como el tereré es un vínculo de amistad. Se lo bebe en colectividad pequeña aunque algunos prefieren tomarlo en soledad", fue una de las descripciones realizadas por Helio Vera, un estudioso de la conducta social de los paraguayos fallecido recientemente.
Marlene Sosa, promotora cultural, explicó a The Associated Press que el tereré "es parte de la identidad nacional igual que la sopa de maíz molido, única sopa del mundo que en Paraguay es sólida y no líquida porque se la presenta en forma de pan".
"Más que un líquido rehidratante, el tereré es un elemento cultural de unión entre las personas para compartir unos minutos de charla sobre política, fútbol, actividades familiares, académicas o laborales", añadió.
Sosa afirmó que "el tereré es tan sagrado como la siesta. En Paraguay, debido a la alta temperatura el día laboral comienza a las 6 de la mañana y al mediodía se lo bebe antes del almuerzo y finalmente se duerme una siesta".
Vera acotó con buen humor que en este país "existen dos estaciones: la del ferrocarril y el verano. Entonces, de los doce meses del año, trece tienen temperaturas superiores a los 32 grados centígrados. Imposible tomar el zumo de la yerba con agua caliente porque con el refresco se combate la deshidratación que el clima subtropical produce en el ser humano".
La traducción oficiosa al español del vocablo de la lengua guaraní tereré sería "consumo del té en ronda", derivación del guaraní "jeré", que significa "ronda". "Jeré", con el paso de los siglos y por el uso del pueblo, quedó en "teré".
El ministerio de Agricultura y Ganadería informó a la AP que la yerba mate se cultiva sólo en la fértil región oriental y no en la árida región occidental. Posee una propiedad estimulante suave llamada mateína. Existen 20.000 hectáreas de cultivos permanentes con una producción anual de 80.000 toneladas, más de la mitad para el consumo interno y el resto exportado a Brasil, Argentina, algunos países de Europa y EEUU, ingresando al país unos 18 millones de dólares por año.
El primer productor regional de yerba mate es Brasil, luego Argentina y Paraguay en el tercer lugar.
"Los frailes jesuitas vieron en el siglo XVII que los nativos de la etnia de los guaraníes bebían el jugo o zumo de la yerba en mate (calabaza seca) succionando el líquido a través de canutos, tubos o bombillas de origen vegetal. A partir de entonces, comenzó la explotación del producto para su venta a España y otros países de Europa. Durante mucho tiempo esa bebida fue conocida como Té jesuita".
En la actualidad, el tereré se bebe de una guampa (cuerno de res) que generalmente está forrada con cuero vacuno o simplemente tela sintética con grabados artesanales de insignias del equipo preferido de fútbol, nombres de personas, símbolos patrios o títulos académicos como profesor, licenciado o doctor. Y el tubo ya no es vegetal sino de cobre, plata o alpaca. El agua se mantiene fría en botellones aptos para la refrigeración con trozos de hielo, también hoy presentados con los más llamativos y extravagantes ornamentos.
El médico francés Aimé Bonpland inició los primeros estudios científicos de las plantitas de yerba en el siglo XIX en las actuales provincias argentinas de Corrientes y Misiones, pertenecientes siglos atrás al Paraguay, pero luego fue otro francés estudioso de las ciencias naturales, Saint Hilaire, quien la clasificó definitivamente como Ilex Paraguariensis.
 

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