Si bien vivimos en la era de las comunicaciones nos ocurre algo paradójico, tenemos comunicación y acceso a cualquier tipo de información, pero el contacto cara a cara se ha ido perdiendo.
Al levantarnos mientras preparamos el desayuno, encendemos el celular la computadora, chequeamos mensajes, emails, mientras intentamos ponernos al día con las principales noticias de la mañana.
Mientras tanto, suena el celular y el teléfono de línea, y dejamos en el Chat a tres personas esperando. Así atendemos una por una las llamadas, y luego nos zambullimos en la computadora.
El tema de la computadora es adictivo, ya sea por trabajo, por pasar el rato, por informarse, cualquier motivo lleva a dejarla encendida la mayor parte del día, pero si hiciéramos un cálculo de las horas útiles o tiempo eficaz nos daríamos cuenta que suele estar ocupando muchas horas muertas de nuestro tiempo.
La falta de tiempo, y los ocasionales contactos por los distintas alternativas de Internet nos mantienen vinculados con mucha gente, quitando tiempo para sentarse cara a cara a tomar un café y observar el brillo de la mirada, el tono de voz, y las expresiones del rostro, cosa que las cámaras no consiguen captar tal como el estar frente a frente.
Este contacto que cada vez es menos frecuente, tiene sus repercusiones en el modo de comunicarnos, pues hay cosas que sólo uno puede expresar mirando a los ojos de la persona con quien se habla.
Actualmente, también trabajamos vía Internet, sin llegar muchas veces a mantener un vínculo presencial con la persona en cuestión.
Asimismo, para quienes tienen familiares en el exterior, la red es un fantástico medio de comunicación, aunque el mirar la cámara y sentir que los queridos están a un océano de distancia, duele mucho, a pesar de acceso directo, el pecho se comprime.
Por otra parte, se ha perdido el diálogo no sólo con amigos, con vecinos, apenas conocemos sus nombres o les decimos buen día. Es que las comunicaciones han avanzado a nivel tecnológico, pero en lo que respecta a los seres humanos, la falta de tiempo y el estrés han confabulado en detrimento del contacto cara a cara, del detenernos unos minutos a escuchar a alguien a prestarle nuestra atención
Andrea Calvete
Hola Andrea; he leído algunos de tus artículos sobre TIC.
ResponderEliminarMe gustaría ponerme en contacto contigo para acercarte algún material que te puede resultar interesante.
Saludos.
Jorge Nelson Olivera
jorgenolivera@gmail.com